Dylan Farrow (32 años), la hija adoptiva de Woody Allen (82) y Mia Farrow (72) que acusó al cineasta de haber abusado sexualmente de ella cuando tenía siete años, ha vuelto a reafirmarse en sus acusaciones en la primera entrevista televisiva que concede y asegura con rotundidad: "soy creíble y digo la verdad".

En un avance de la entrevista, que se emitirá mañana en el programa CBS This morning, la joven, que ahora tiene 32 años, considera importante que "la gente se dé cuenta de que una sola víctima, un acusador, importa y es suficiente para cambiar las cosas".

Casi cuatro años después de que publicara una carta abierta en The New Yok Times en la que relataba los abusos sufridos por parte de su padre, Farrow se ha unido al movimiento en Estados Unidos para sacar a la luz este tipo de hechos, que se inició con las acusaciones contra el productor Harvey Weinstein (65). 

En las últimas semanas se ha mostrado muy activa en su cuenta de Twitter, desde la que ha mostrado su apoyo a las mujeres que han denunciado casos de acoso y también a su hermano Ronan, uno de los que ha destapado este escándalo con investigaciones para la revista The New Yorker.

Al ser preguntada por el periodista Gayle King sobre si ha vuelto a sacar este tema a la luz para acabar con Woody Allen, Dylan Farrow respondió con dureza.

"¿Por qué no debería querer derribarlo? ¿Por qué no debería estar enfadada? ¿Por qué no debería estar herida? ¿Por qué no debería sentir una especie de indignación por haber sido, ignorada, apartada y por no haberme creído todos estos años?", dijo.

"Todo lo que puedo hacer -agregó- es contar mi verdad y esperar que alguien me crea en lugar de solo escucharme".

La acusación de Dylan Farrow contra su padre salió originalmente a la luz en 1992, en medio de la tormentosa separación del actor y director y su pareja, Mia Farrow, quien ganó en los tribunales la custodia de sus hijos.

Allen, que entonces tenía más de 50 años, había iniciado en esa misma época una relación con otra hija adoptiva de Farrow, Soon-Yi Previn, que tenía 19 años y con la que finalmente se casó en 1997.

En 2014, la joven envió una carta a The New York Times en la que contaba cómo el realizador había abusado de ella, pero los hechos ya habían prescrito legalmente.

Esas acusaciones fueron rechazadas por Woody Allen, que siempre ha negado haber abusado de su hija, adoptada por el cineasta durante su relación con Mia Farrow, así como a Moses, además de haber tenido juntos un hijo biológico, Satchel (que posteriormente cambió su nombre por Ronan).

Los actores dan la espalda al director 

la actriz británica Rebeca Hall, que se hizo conocida por su papel en Vicky Cristina Barcelona (2008), fue la primera en ponerse públicamente en contra del director, con el que acaba de rodar A Rainy Day in New York.

Aunque solo rodó un día y su salario no era muy grande, decidió donarlo al fondo de defensa legal Time is Up, movimiento contra el acoso sexual creado por centenares de actrices y productoras de Hollywood.

"Mis acciones han hecho sentirse a otra mujer silenciada y ninguneada. Lo siento profundamente. Lamento mucho esta decisión y no la repetiría a día de hoy", dijo Hall en referencia a Dylan. A continuación fue el protagonista del filme, el joven actor Thimotée Chalamet el que anunció que donaba el salario recibido por su participación en el filme de Allen, para ayudar a "acabar con la injusticia, la desigualdad y, sobre todo, el silencio".

Mientras que Selena Gómez, otra de las actrices participantes en el filme, no ha donado su salario, pero ha hecho una "donación significativa" para Time is Up, que "excede largamente su sueldo" en la película de Woody Allen.

Además, hace apenas una semana la actriz y directora Greta Gerwig afirmó que se arrepiente de haber actuado en una de las películas de Woody Allen, A Roma con amor (2012)

Pocas voces se han manifestado a favor del premiado cineasta, uno de los nombres más respetados artísticamente en la industria del cine. Uno de ellos, Alec Baldwin, que ha trabajado tres veces con el director y que ha dicho que "renunciar" a Woody Allen es "injusto y triste".

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