Entre Lady Gaga y Taylor Kinney las constantes muestras de amor eran la tónica de cada sesión de fotos. Nada hacía presagiar la separación de la pareja y menos aún tras la inminente boda.
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Los photocalls eran su escenario favorito para las caricias y miradas cómplices entre ellos.
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También las alfombras rojas fueron testigo de las exhibiciones amorosas de la entonces feliz pareja.
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Gaga y Kinney sabían divertirse y en esos ociosos momentos al parecer la cantante disfrutaba mucho a hombros de su prometido.
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Taylor y Lady Gaga eran uña y carne. Allá donde el uno fuera, el otro iba con él.
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Más besos glamourosos de la pareja ante los focos de las cámaras. No dejaban duda de que aquí había amor.
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La excentricidad de la cantante contrastaba con la sobriedad de su pareja, un detalle que al parecer no preocupaba a Gaga ni a Taylor, de hecho les unía aún más.
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Los continuos cambios de look de la estrella del pop tampoco parecían disgustar a Taylor, que a cada rato veía a su chica con un estilo de pelo diferente.
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Esta es una de las últimas imágenes de la pareja públicamente, fue tomada en marzo de este año. Aún se veían muchas muestras de cariño y complicidad entre ellos.
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Lady Gaga y Taylor Kinney enseñaban con naturalidad su amor en las redes sociales. Parecían perfectos el uno para el otro, una de esas parejas que dura toda la vida...pero no ha podido ser así. El tiempo dirá si habrá oportunidad para la reconciliación.
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De esta manera ha anunciado la cantante su separación con Kinney. Tal y como dice Gaga, el amor entre ellos siempre perdurará pero su exigencia en el ámbito laboral y los recientes problemas han sido los responsables de decidir este final para la relación.