Un nuevo libro ha reavivado el debate sobre la relación entre la Casa Real noruega y la justicia. Y señala de manera directa a Mette-Marit de Noruega (52 años) como encubridora de los presuntos delitos sexuales que se atribuyen a su hijo, Marius Borg Høiby (28).
El lanzamiento de Fuera de control, escrito por la periodista noruega Kjersti Kvam, ha vuelto a abrir la polémica en torno al joven. Y ha colocado a su madre en una posición tan delicada como controvertida.
El libro profundiza en la trayectoria personal del primogénito de la futura reina, así como en el proceso legal al que se enfrenta: un juicio por 32 cargos relacionados con delitos sexuales previsto para principios del próximo año.
También analiza la intervención que la esposa del príncipe heredero Haakon de Noruega (52) podría haber tenido en el periodo en que empezaron a detectarse las primeras señales de conductas problemáticas. Una poco institucional... y muy directa.
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"Ha perdido de vista su papel institucional"
El diario alemán Bunte ha publicado los primeros extractos de la obra. En ella se sostiene que Mette-Marit "ha perdido de vista su papel institucional en lo que respecta a la protección de su hijo".
Asimismo, se asegura que la princesa "lo defendió hasta que la situación se descontroló, llegando incluso a encubrir repetidamente los escándalos que rodeaban a su hijo mayor".
Según periodistas del citado medio, que han tenido acceso al contenido íntegro del libro, la princesa "habría desdibujado su rol institucional en su intento de proteger a su hijo".
Aseguran que lo respaldó incluso cuando la situación comenzó a volverse incontrolable, llegando, supuestamente, a "utilizar su posición dentro de la monarquía para mitigar las consecuencias".
Los escritores sostienen incluso que la princesa habría intervenido de manera directa para ocultar las fechorías de su hijo mayor. Uno de los episodios más controvertidos relatados en el libro sitúa a Mette-Marit en el apartamento donde tuvo lugar el incidente ocurrido el 4 de agosto de 2024.
Entonces, el joven protagonizó un escándalo y fue detenido en Oslo tras un incidente violento con su pareja. Fue arrestado por agresión física y psicológica, así como por causar daños en el apartamento de su novia, en medio de una discusión bajo los efectos del alcohol y la cocaína.
Según la autora, la princesa acudió al lugar de los hechos para "limpiar cualquier indicio de responsabilidad". Kvam sostiene además que, cuando Marius fue arrestado por primera vez ese mismo mes, la policía de Oslo contactó de inmediato con ella: "La princesa regresó entonces a casa y limpió a fondo la vivienda antes de que se llevaran a su hijo".
Según Andrew Lownie, la reina Isabel II de Inglaterra fue cómplice de sus hijos en su corrupción financiera.
Las similitudes con Isabel II de Inglaterra
Las acusaciones que pesan ahora sobre Mette-Marit recuerdan mucho a las que recayeron en su día sobre la figura de Isabel II de Inglaterra. Estas también quedaron recogidas en un libro.
Y es que, cuando empezaron a salir a la luz los escándalos del expríncipe Andrés (65), la soberana, al igual que la princesa del país nórdico, se dejó llevar por sus instintos maternales.
Así lo sostiene Andrew Lownie, autor del libro Título: El ascenso y la caída de la Casa de York. En una entrevista con EL ESPAÑOL, el historiador y biógrafo de la Familia Real británica explicó que la madre del rey Carlos III (77) "actuó como una madre, no como una Reina".
Según el escritor británico, ante la relación de Andrés Mountbatten-Windsor con el difunto financiero condenado por delitos sexuales Jeffrey Epstein y las acusaciones de abuso sexual por parte de Virginia Giuffre, Isabel II intentó por todos los medios ocultar las múltiples polémicas de su hijo.
"Fue cómplice de su hijo Andrés en todos sus errores y sus líos. Hizo todo lo posible para tapar las oscuras acciones de su hijo, ha asegurado Lownie.
Las similitudes entre la esposa de Haakon de Noruega y la que fuera Jefa de Estado en el Reino Unido de 1952 a 2022 resultan evidentes. Dos madres que representan a la Corona enfrentándose a acusaciones graves, relacionadas con delitos sexuales, de sus adorados vástagos.
El escándalo de Marius Borg ha sacudido a la familia real noruega.
El consumo de cocaína de Marius
Lo cierto es que la obra Fuera de control no es la única que mete el dedo en la llaga en el seno de la Familia Real noruega. El pasado 22 de octubre se publicó otro libro, Hvite striper, sorte får (cuya traducción al castellano es Rayas blancas, ovejas negras), en el que la figura de Marius Borg se ve seriamente cuestionada.
Dicho libro aborda el vínculo entre redes de narcotráfico en Noruega y jóvenes de la alta sociedad, centrándose de manera especial en la figura de Marius Borg Høiby.
En él, los periodistas Torgeir T. Krokfjord y Øystein Norum Monsen investigan la relación y posibles conexiones del joven y su grupo de amigos con algunos de los clanes criminales y traficantes de drogas más notorios del país.
Se describe cómo la policía noruega tenía constancia de que Marius mantenía "trato cercano con el ambiente criminal" y cómo era un "secreto a voces" en ciertos círculos policiales.
El libro genera polémica al afirmar, según fuentes anónimas y algunas observaciones de policías, que Marius podría haber estado involucrado o presente en situaciones de consumo y venta de drogas, en concreto de cocaína.
Los autores relatan un episodio donde la policía lo habría visto en la calle Karl Johan de Oslo consumiendo y presuntamente vendiendo cocaína. La policía ha matizado posteriormente que solo lo observaron bajo los efectos y no vendiendo.
Marius Borg junto a su hermano Sverre en el cumpleaños de Ingrid Alexandra. Año 2022.
32 cargos contra Marius Borg
En paralelo, el caso judicial de Marius Borg Høiby sigue su curso. Se enfrenta a acusaciones de enorme gravedad: cuatro casos de violación, cometidos entre 2018 y 2024; y otros 28 delitos que incluyen maltrato, daños, amenazas, alteración del orden público e infracciones de tráfico.
Un total de 32 cargos que lo sitúan en el centro de uno de los procesos judiciales más mediáticos de dicho país.
El joven fue imputado el pasado mes de agosto por la Fiscalía del país nórdico tras más de un año de investigación.
El juicio ha sido fijado para febrero de 2026. Ya se ha convertido en uno de los procesos más mediáticos en el país de los últimos años.
