Este día 5 de noviembre de 2025 es un día muy importante en la vida del rey emérito Juan Carlos (87 años). En Francia ha visto la luz su libro de memorias, Reconciliación, tras tres años de intenso trabajo. Un mes después, el 3 de diciembre, llegará el volumen a las librerías españolas.
Qué duda cabe de que se trata de una obra autobiográfica, escrita por Laurence Debray, que dará mucho de qué hablar, pues el que fue rey de España durante 39 años pone en orden su vida, negro sobre blanco. Tanto la familiar y personal como la institucional.
Juan Carlos I, amén de glosar una existencia cargada de vicisitudes y retos, dice también entonar el mea culpa, y reconocer errores. De entrada, en lo concerniente a su matrimonio con la emérita Sofía (87), el padre de Felipe VI (57) asume haber cometido "torpezas".
Juan Carlos I junto a su mujer, Sofía de Grecia, en una fotografía de archivo.
En su tomo de memorias, Juan Carlos reconoce "desvíos sentimentales" durante su vida, que asegura que no afectaron a sus obligaciones monárquicas. Eso sí, defiende que "la mayor parte" de las "relaciones extraconyugales" que se le atribuyen son "totalmente ficticias".
"¡Me atribuyen incluso hijos ilegítimos! Tuve que contratar a un abogado para defenderme de esas acusaciones. A la prensa le gusta hablar de manera fantasiosa", asegura el anterior monarca español en su libro de memorias Reconciliación, que este miércoles será vendido en Francia.
Juan Carlos asegura que durante buena parte de su reinado "la prensa española respetó cierta confidencialidad", pero a principios de los 90, con el desarrollo de la prensa del corazón y "la estabilización del país como potencia europea, los rumores y especulaciones" sobre su vida privada "comenzaron a emerger".
Lady Di también aparece en las memorias del monarca. Dice de ella que era "fría, taciturna, distante", menos ante los fotógrafos. En esa línea, niega haber tenido relaciones con la Princesa en Palma. "Nada más alejado de la realidad", asegura.
A partir de ahí, Juan Carlos relata el famoso viaje a Botsuana en 2012 en el que sufrió una lesión que obligó a su repatriación a España, lo que provocó que fuera conocido por la opinión pública.
En el mismo, asegura, estaba invitado por Mohamed Eyad Kayali, consejero del rey de Arabia Saudí. "Llegué con invitados que había elegido: un amigo, su exesposa, con quien yo había tenido una relación, y el hijo joven de esta última", señala.
A partir de ahí, el rey emérito rememora aquel viaje, el regreso y las duras consecuencias que tuvo, en términos de imagen, para su reinado y para su vida personal.
"Me sentí debilitado, disminuido durante largos meses, recluido en la Zarzuela. Una parte de España ya no me apoyaba. Tuve el amargo sentimiento de haber sido abandonado (...) Lo soporté en silencio, apretando los dientes", narra.
