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Sarah Ferguson (65 años) atraviesa una grave crisis reputacional. Un nuevo escándalo que están castigando severamente las organizaciones sociales a las que ha estado vinculada.

En las últimas horas, la duquesa de York ha perdido el respaldo de varias instituciones benéficas británicas tras hacerse público un mensaje que envió a Jeffrey Epstein, el fallecido financiero condenado por delitos sexuales.

Se trata de un correo electrónico, fechado en 2011, en el que Sarah Ferguson se refería al magnate como un "amigo fiel y supremo", después de que él cumpliera condena por explotación sexual de menores. El mensaje, sin embargo, acaba de salir a la luz y ha puesto en el foco a la que fuera mujer del príncipe Andrés (65), vinculado al caso Epstein.

Sarah Ferguson, en los actos de Pascua, el pasado abril Gtres

Ahora, se ha reabierto un capítulo oscuro por el que en su día la Casa Real británica castigó al hermano de Carlos III (76). En 2022, en plena acusación por estar vinculado a un caso de abusos sexuales a menores, la reina Isabel II le retiró a su hijo todos los títulos militares y patronatos reales.

Desde entonces, el príncipe Andrés tampoco recibe el trato de Su Alteza Real. A día de hoy, solo le queda el título nobiliario de duque de York, otorgado tradicionalmente al segundo hijo varón del monarca británico.

Pero, ¿tendrá la misma suerte Sarah Ferguson, quien sigue siendo duquesa de York tras más de 30 años separada de Andrés?

Para responder a la interrogante, EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el experto en la Casa Real británica Richard Fitzwilliams, quien de momento no ve probable la retirada del título a la duquesa de York, a pesar de que atraviesa de una de sus peores crisis mediáticas.

"Es muy poco probable que el título de duquesa de York de Sarah Ferguson esté en riesgo, ya que para retirarle un ducado al príncipe Andrés se requeriría una Ley del Parlamento", explica el experto royal.

En su opinión, a día de hoy "la Familia Real no querría que sus asuntos, por muy tóxicos que sean, fueran debatidos públicamente".

El príncipe Andrés y Sarah Ferguson en un el funeral de Constantino de Grecia. Gtres

En conversación con este periódico, Fitzwilliams también recuerda que Sarah Ferguson "renunció a su título de Su Alteza Real cuando se divorció" del duque de York. En la misma línea, ha rememorado que el príncipe Andrés tampoco puede usar el suyo y que hace unos años fue obligado a renunciar a sus patrocinios.

"El único precedente de esto es la Titles Deprivation Act de 1917 (Ley de privación de títulos de 1917), cuando se retiraron títulos nobiliarios a cuatro lores que habían luchado para el enemigo", explica el experto en temas monárquicos.

"Así que, en realidad, es muy improbable", insiste. Fitzwilliams, no obstante, no descarta que los próximos días salga a la luz más información relacionada con la relación entre Sarah Ferguson y Jeffrey Epstein.

Ley de privación de títulos

La norma a la que hace alusión el experto británico consultado por este medio, fue una ley aprobada por el Parlamento durante la Primera Guerra Mundial. Su propósito era permitir que el rey Jorge V retirara títulos nobiliarios a aquellos lores (lord) que habían luchado o colaborado con las potencias enemigas: Alemania y Austria-Hungría.

La ley autorizaba al Rey, mediante una orden en consejo (Order in Council), a crear un comité para revisar los casos de lores sospechosos de haber "luchado contra Su Majestad" o "adhiriéndose a sus enemigos".

Si se confirmaba la lealtad al enemigo, el noble podía ser privado de su título, dignidad y derechos asociados. Sin embargo, la Ley permitía que los descendientes del sancionado presentaran una petición para restaurar el título en generaciones posteriores.

Jeffrey Epstein y el príncipe Andrés, en un fotomontaje de JALEOS.

Finalmente, en 1919, bajo esta Ley, se retiraron los títulos a cuatro nobles: el príncipe Carlos Eduardo, duque de Albany y duque de Sajonia-Coburgo-Gotha, nieto de la reina Victoria, pero que luchó como general alemán; el príncipe Ernesto Augusto, duque de Cumberland y de Teviotdale, pretendiente al trono de Hannover; el príncipe Ernesto Augusto, duque de Brunswick y príncipe de Gran Bretaña e Irlanda. Además, a Henry, vizconde Taaffe de Corren y barón de Ballymote, quien sirvió al emperador de Austria.

Hasta la fecha, ningún descendiente de estos títulos ha solicitado oficialmente su restitución ante la Corona británica.

La posición de los Windsor

Respecto al caso Ferguson, la Familia Real se mantiene al margen. De momento, ningún portavoz de la Corona se ha hecho eco del mail que la duquesa de York envió a Epstein ni de su salida de varias ONG.

Sobre ello, y en la misma línea de Richard Fitzwilliams, se ha pronunciado Ana Polo, experta en realeza: "No van a tomar ninguna decisión para no poner el foco en que la monarquía está involucrada en todo esto".

Polo recuerda que la duquesa de York "es una persona que ya está apartada". En su opinión, dejarán el caso aparcado "para no volver a levantar la liebre sobre un tema muy doloroso que a Carlos III le preocupa especialmente". La Familia Real británica, de hecho, "estarán deseando de que pase todo".

"Su exmarido también está fuera de la Corona, excepto en eventos muy familiares y muy íntimos. Mientras vivía Isabel II se intentó limpiar su imagen, pero la relación con Carlos III es nefasta. Incluso fue el Rey, y sobre todo, Guillermo, los primeros en pedir a Isabel II medidas absolutamente drásticas".

Sarah Ferguson y el príncipe Andrés en Ascot, año 2019. Gtres

Los Windsor, y así lo asegura Polo, "han intentado hacer un cortafuegos con todo este tema, apartando lo máximo posible al príncipe Andrés y por consecuencia a Sarah Ferguson, que ni pertenece a la Familia Real".

El caso Ferguson

La polémica en torno a Sarah Ferguson ha surgido después de que algunos medios británicos, como The Sun y Maily on Sunday, divulgaran el contenido del correo que envió la duquesa de York a Jeffrey Epstein en 2011.

En el correo electrónico, supuestamente enviado desde la cuenta personal de Ferguson en abril de 2011, la duquesa de York se disculpaba con Epstein por haberlo vinculado con la pedofilia en una entrevista emitida un mes antes.

"Sé que te sientes terriblemente defraudado por mí, por lo que te han podido decir o has leído. Y debo disculparme por eso. Siempre has sido un amigo fiel, generoso y supremo para mí y mi familia", habría escrito Sarah Ferguson a Jeffrey Epstein, según The Sun y Mail on Sunday.

"Como sabes, no dije, absolutamente no, la palabra con P [pedófilo] sobre ti, pero entiendo que se divulgó que lo dije", continuaba en el correo.

Ferguson se refería a la entrevista publicada en marzo de 2011 por el diario Evening Standard, en la que, al ser preguntada por las 15.000 libras (17.206 euros) que aceptó de Epstein, comentó: "Aborrezco la pedofilia y cualquier abuso sexual infantil y sé que esto fue un gigantesco error de juicio por mi parte. Cuando pueda, devolveré el dinero y no volveré a tener nada que ver con Jeffrey Epstein nunca más".

Sarah Ferguson, en una imagen de 2019. Gtres

En el correo, Ferguson también habría explicado que seguía las recomendaciones de quienes le dijeron que no se comunicase con Epstein para no causarle más problemas a él ni al príncipe Andrés, también involucrado en escándalos sexuales.

Del mismo modo, aseveró que realizó la entrevista con el Evening Standard con el objetivo de actuar con rapidez para salvaguardar su carrera de filantropía y como autora de libros infantiles.

Los correos electrónicos entre el multimillonario y la duquesa de York se intercambiaron después de que él fuera liberado de una cárcel de Florida en julio de 2009, tras cumplir parte se su condena. En diciembre de 2010, el magnate acordó pagar 15.000 libras (17.206 euros) adeudadas en salarios impagos y otras facturas al exasistente personal de Sarah, Johnny O'Sullivan.

Cancelada de las ONG

En las últimas horas, tras la filtración del mail enviado hace 14 años, varias ONG han retirado a la duquesa de York de sus patronatos. La primera fue Julia's House, que gestiona hospicios infantiles para niños con enfermedades terminales.

Tras ella, otras entidades benéficas británicas como la Natasha Allergy Research Foundation, Prevent Breast Cancer, Teenage Cancer Trust o Children´s Literacy Charity se sumaron a la lista y anunciaron que también habían retirado a la duquesa de sus respectivos patronatos.