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Tal día como hoy, 4 de agosto, se cumple un año desde que estalló uno de los escándalos más graves en la historia reciente de la monarquía noruega. Marius Borg Høiby (28 años), hijo mayor de la princesa Mette-Marit (51), fue arrestado por presunta violación y abuso.

Desde entonces, su nombre no ha dejado de ocupar titulares, tanto por los numerosos cargos que enfrenta como por su nueva relación sentimental con Andrea Shaw (26), una joven de perfil discreto y lazos familiares estrechos con los Borg.

La joven se ha convertido en la nueva pareja de Marius Borg, y su relación no ha pasado desapercibida en la prensa noruega y europea. La atención mediática no solo responde al contexto judicial que atraviesa el hijo de la princesa Mette-Marit, sino también al perfil reservado y al vínculo familiar que une a Andrea con la familia Borg desde hace años.

Andrea Shaw y Marius Borg Høiby celebran en Cannes con el empresario Rehan Syed. Captura de un vídeo publicado en la cuenta de Instagram @princerehan27 . Instagram

Hija del empresario Per Morten Hansen, amigo íntimo de Morten Borg (55) -padre de Marius-, Andrea y el joven se conocen desde la infancia, lo que les ha hecho tener una relación construida sobre una larga amistad.

En los últimos meses, la pareja ha dado un paso más allá al compartir residencia en un exclusivo apartamento en el barrio de Frogner, al oeste de Oslo. Su historia, aunque discreta, ha salido a la luz a través de imágenes captadas en destinos como Kragerø, el fiordo de Oslo, Cannes o la isla Sainte-Marguerite, durante la última edición del festival de cine.

Ambos comparten una afición por las motos -tienen modelos idénticos de Harley Davidson- y suelen moverse en círculos privados ligados al entorno empresarial de sus familias. En medio de la tormenta mediática que atraviesa Marius, Andrea ha sido su mayor apoyo emocional, estando presente en los momentos más delicados y alejándose del foco público.

Pese al creciente interés de la prensa rosa escandinava, Andrea mantiene un perfil reservado. No se le conocen estudios universitarios ni proyectos profesionales visibles fuera del entorno familiar, una circunstancia que muchos atribuyen a su juventud y al máximo control de su privacidad.

Leal, prudente y solidaria, ha rechazado entrevistas y apariciones públicas, limitándose a acompañar a Marius en eventos familiares o de amigos en Oslo y algunas capitales europeas. Su papel, lejos del escándalo, ha sido un apoyo firme y silencioso en medio del ruido que rodea al hijo de la princesa heredera de Noruega.

Un año del escándalo

Hace 12 meses, la Familia Real vivió una de las jornadas más complicadas: Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit, fue detenido por presunta violación y abuso sexual. Ahora, se cumple un año desde que la prensa internacional hiciera público uno de los mayores escándalos que ha sacudido recientemente a la Familia Real y a la opinión pública noruegas.

Marius Borg, hijo mayor de Mette-Marit, con su hermano, el príncipe Sverre. GTRES

El hijo de la Princesa ha sido investigado por la Fiscalía, aunque ha sido la Policía de Oslo quien, tras una larga investigación, ha remitido ante los tribunales un total de 23 cargos contra Marius Borg: tres violaciones, cuatro conductas sexuales ofensivas, abuso en relaciones íntimas, amenazas, lesiones, daños materiales, acoso a un agente, cinco quebrantamientos de órdenes de alejamiento y hasta cinco delitos de tráfico.

Esto ha supuesto un antes y un después en la Corona noruega, ya que el caso involucra a más de 15 víctimas, la mayoría exparejas de Marius. Además, no ha pasado desapercibido y se ha convertido en uno de los casos más mediáticos a nivel nacional e internacional.

De hecho, acumula más de 7.000 menciones en la prensa noruega, siendo uno de los temas más comentados del último año.

El joven permanece en libertad y, según medios noruegos, continúa haciendo vida social y disfrutando de vacaciones mientras espera la formalización de las acusaciones por parte de la Fiscalía.

Del arresto a la investigación judicial

Para entender el caso de Marius Borg, hay que remontarse al año 2024, concretamente al 4 de agosto. El hijo de Mette-Marit fue arrestado en Oslo durante 30 horas tras una fuerte discusión y agresión física a su pareja, quien necesitó atención hospitalaria por una conmoción cerebral. Días después, más exparejas de Borg denunciaron malos tratos y agresiones, tanto ante las autoridades como en redes sociales.

Esto provocó un revuelo mediático de gran escala y no fue tras ese primer arresto cuando Marius fue detenido en dos ocasiones más, acusado de violación con contacto por parte de presuntas víctimas. Pasó a prisión preventiva y, tras unos días, ingresó en una clínica de rehabilitación en Londres, tras admitir que tenía problemas con la cocaína y de salud mental.

Hasta entonces, Borg no había reconocido ningún signo de violencia, salvo el del mes de agosto que lo llevó a pasar la noche en comisaría. Marius admitió en un comunicado haber cometido agresión y daños bajo los efectos del alcohol y las drogas, y pidió disculpas públicas. Los cargos se multiplicaron conforme avanzaban los meses y se reunían nuevas pruebas y testimonios.

Marius Borg, con la Familia Real noruega en 2022. Gtres

En primavera de 2025 salieron a la luz pruebas digitales (carpetas con material gráfico) y se reabrieron causas por presuntos delitos sexuales. La investigación policial fue muy extensa, con análisis de testimonios y peritajes digitales. Tanto es así que la lista de imputaciones creció hasta superar la veintena.

Marius Borg continuó siendo una de las figuras más perseguidas del país, alcanzando más de 14 interrogatorios por parte de la policía. Algunos cargos menores fueron archivados por falta de pruebas; sin embargo, la mayoría se mantuvieron en la investigación final, que ha derivado en los 23 cargos por los que se le acusa, aunque él sigue negando los más graves y aún están pendientes de revisión judicial.

El escándalo ha afectado gravemente la imagen pública de la Casa Real noruega. Se menciona que parte de los delitos investigados habrían ocurrido en Skaugum, residencia oficial del príncipe Haakon (52) y de Mette-Marit, lo que involucra en cierta parte a la Corona.

Mientras tanto, doce meses después de que el escándalo más mediático de la Corona noruega saliera a la luz, Borg continúa en libertad y a la espera de una resolución judicial que determine su futuro. Según informan medios noruegos, la Casa Real noruega solicita "respeto e investigación" en cada uno de sus comunicados oficiales.

La actitud relajada de Marius ante las cámaras -apareciendo en yates, fiestas y vacaciones mientras sigue abierto el proceso- ha generado indignación entre las víctimas, el público y la prensa local, alimentando el debate sobre el privilegio y la igualdad ante la ley.