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El rey Carlos III de Inglaterra (76 años) ha asistido este fin de semana a los Mey Highland Games, que se celebran cada año en el John O'Groats Showground, en Caithness, al extremo norte de Escocia.

Se trata de su tercera visita a este evento deportivo desde que se convirtió en rey. El monarca se ha dejado ver muy animado y, como marca la tradición, ataviado con el traje tradicional de las Tierras Altas (Highlands).

Para la ocasión, el rey ha apostado por un look cien por cien escocés: lució la falda de tartán y la chaqueta de tweed. También llevaba puesto un pequeño pero significativo objeto que no ha pasado por alto: un sgian dubh, el pequeño puñal ceremonial que se coloca dentro del calcetín. Aunque este detalle suele sorprender al público extranjero, lo cierto es que el uso de esta daga es algo habitual dentro del atuendo formal escocés.

El rey Carlos III, en su visita a Escocia, este sábado, 2 de agosto. GTRES

Originalmente, el sgian dubh -cuyo nombre proviene del gaélico y significa literalmente "cuchillo negro" o, en sentido figurado, "cuchillo oculto"- era un arma de uso personal que se llevaba escondida. Primero bajo la axila y, más adelante, en el calcetín alto de la pierna, con la empuñadura visible para facilitar el acceso.

Su función inicial era defensiva; representaba un recurso de protección en una sociedad donde portar armas era una medida habitual de autoprotección. En contextos de hospitalidad, la costumbre exigía mostrar las armas ocultas al entrar en casa ajena en señal de confianza. Por este motivo eran colocadas de manera visible, como ha hecho ahora el soberano británico.

En la actualidad, el sgian dubh tiene un uso exclusivamente ornamental. Se lleva en eventos formales, festivales y celebraciones nacionales como complemento del atuendo tradicional. Es común verla en atuendos de bodas, funerales o ceremonias de clan.

Y, según si el portador es diestro o zurdo, se coloca a la derecha o izquierda: siempre va al lado contrario del lado 'dominante'. Esto explica que Carlos III, que es zurdo, haya colocado el pequeño estilete en su pierna derecha.

Carlos III ha regresado a Escocia. Allí ha participado en los Mey Highland Games. GTRES

A pesar de su situación de salud, -aún se encuentra en tratamiento contra el cáncer- el monarca británico se ha dejado ver sonriente y cercano. En esta ocasión no se le ha visto acompañado de su mujer, la reina Camila (78), pero ha estado rodeado de viejas caras conocidas.

Este evento, celebrado al aire libre, mezcla deporte rural con música de gaitas, bailes folclóricos y desfiles típicos. Es una versión local de los históricos Highland Games, festivales que celebran el espíritu, la fuerza y la herencia celta de las Tierras Altas.

Allí, Carlos III ha saludado a los asistentes, ha echado un ojo a la programación y ha charlado con personalidades locales. Todo ello con otro curioso complemento, esta vez entre sus manos: el típico scottish walking stick, o bastón tradicional escocés.

Los Mey Games son mucho más que un evento folclórico: nacieron como pruebas de fuerza entre clanes y en la actualidad se han transformado en celebraciones nacionales.

Carlos III ha llevado un sgian dubh, dentro de sus calcetines. Este pequeño cuchillo tradicional escocés es un elemento distintivo del traje típico masculino de las Highlands. GTRES

Desde mayo hasta septiembre, distintas localidades de Escocia acogen estos festivales. En ellas compiten atletas en pruebas como el lanzamiento de tronco (caber toss), el martillo o el 'tira y afloja'. Todo ello acompañado de un ambiente festivo, familiar y lleno de tradición.

Con su presencia, Carlos III ha reforzado su vínculo con Escocia y ha mostrado su firme intención de seguir cumpliendo con su agenda institucional, incluso en un momento personal complejo. Cabe recordar, eso sí, que corren las buenas noticias en el seno de su familia.

Hace apenas unas horas se supo la noticia de que su sobrino, Peter Phillips (47), e hijo de la princesa Ana de Inglaterra (74) se ha comprometido con Harriet Sperling (45), tras más de un año de relación. El enlace, cuya fecha no ha sido revelada aún, podría suponer el esperado reencuentro con su hijo, el príncipe Harry (40), con el que prácticamente no tiene relación.