Juan Carlos I (87 años) vuelve a ser noticia. Tras un largo periodo manteniendo un perfil relativamente bajo durante su exilio en Abu Dabi, ha decidido emprender acciones legales contra dos personas que en el pasado fueron de su total confianza.
El Emérito tiene previsto demandar a Corinna Larsen (61) por haber atentado contra su "honor". Un motivo similar le ha llevado a iniciar una causa judicial contra Miguel Ángel Revilla (82), expresidente de Cantabria y diputado del Parlamento de Cantabria. Lo ha demandado por haberse referido a él públicamente con "expresiones injuriosas, difamantes y oprobiosas que lesionan su derecho fundamental al honor".
Tal y como están las cosas, surgen numerosas interrogantes sobre las inesperadas iniciativas del padre de Felipe VI (57). Una de ellas es: ¿Piensa hacer lo mismo con otros rostros conocidos, como Bárbara Rey (75)? De momento, queda claro que desea saldar asuntos pendientes con quienes fueron parte de su círculo íntimo. Un círculo, y una realidad también, que dista mucho de su vida de antaño.
Imagen de la isla de Nurai, a unos 20 kilómetros de distancia de Abu Dabi.
Afincado en la capital de los Emiratos Árabes Unidos desde agosto de 2020, cuando anunció su marcha de España, el día a día del Emérito en Oriente Medio es toda una incógnita. ¿Dónde vive? ¿A qué dedica su tiempo? ¿Quiénes son ahora sus amigos? Hay muchas preguntas. Y pocas certezas. Porque en estos casi cinco años viviendo a más de 7.500 kilómetros de casa ha procurado mantenerse al margen del foco mediático.
Salvo contadas excepciones, como sus visitas a Sanxenxo, algún compromiso personal -como el funeral de su amigo Aga Khan en Lisboa o una cita deportiva, como su visita al Hipódromo de Meydan para ver la Copa Mundial de Dubái, el día a día del rey Juan Carlos sigue siendo un misterio.
Una casa en una isla
Su lugar de residencia, por ejemplo, ha sido objeto de muchos titulares. Desde Casa Real nunca se ha confirmado dónde vive, pero las últimas informaciones sobre su actual hogar es que se encuentra en la isla de Nurai.
Esta ínsula, de apenas un kilómetro cuadrado de extensión, cuenta con varias villas exclusivas. A ella solo se puede acceder por mar o por aire, lo que garantiza la total privacidad de sus contados habitantes.
Alejado del mundanal ruido en su mansión con vistas al mar, Juan Carlos ha recibido las visitas de amigos de su máxima confianza, así como de sus hijas, las infantas Cristina (59) y Elena (61). Su médico personal en España, Manuel Sánchez, también ha ido a verlo en alguna ocasión.
El rey Juan Carlos, con el teniente coronel Vicente García-Mochales, más conocido como Mochi.
El lugar, dotado de las máximas medidas de seguridad, ofrece al que fuera Jefe de Estado una vida blindada. Además de los cuatro escoltas españoles que velan por su seguridad 24 horas al día, varios policías emiratíes vestidos de turistas vigilan las inmediaciones de su parcela.
Cuatro escoltas y dos asistentes
Los escoltas, por cierto, son guardias civiles veteranos de la Unidad de Seguridad de la Casa del Rey, con amplia experiencia que el propio Juan Carlos eligió para que lo acompañaran en Abu Dabi. En el staff hay que sumar los dos asistentes de cámara, personal que asiste a Juan Carlos desde hace años, antes incluso de abdicar.
La vivienda de Juan Carlos no es una casa cualquiera. Es una lujosa villa, con playa privada y helipuerto cercano, de 2.000 metros cuadrados construidos. Según adelantó Juan Luis Galiacho en Telecinco, el royal se mudó allí a finales de 2024 tras haber estado un tiempo en una residencia cercana.
Juan Carlos, en las regatas de Sanxenxo, en octubre de 2024.
El inmueble dispone de domótica y está completamente adaptado a personas con problemas de movilidad, como es su caso, para que pueda trasladarse de una estancia a otra sin dificultades. Por vivir aquí no paga cantidad alguna, ya que ni es de alquiler ni la tiene en propiedad. Es una mansión donada por uno de sus amigos jeques.
Y es que la mayoría de personas que conforman su círculo de amigos son jeques y príncipes saudíes. Uno de ellos es Príncipe saudí Abdullah bin Saad bin Abdulaziz Al Saud, con el que se dejó ver en el torneo de hípica más destacado del año. Este publicó la primera instantánea del rey tras conocerse su demanda a Revilla. "He conocido al Rey de España Juan Carlos, quien era un buen amigo de mi padre Saad bin Abdulaziz. Que Dios tenga misericordia de él. Hemos recordado su visita en nuestra casa de Barcelona", destacaba en su perfil de X.
Entre las personas de su confianza cabe destacar también a Mohammed bin Rashid, el jeque de Dubai. Con una fortuna de unos 14.000 millones de euros, ha demostrado ser muy generoso con él. En 2011, le regaló dos Ferraris, valorados en 300.000 euros. Ambos vehículos de lujo fueron cedidos a Patrimonio Nacional, y subastados posteriormente.