Parece que fue ayer cuando familias de toda España y prácticamente el mundo entero se reunieron frente a sus televisores para ver cómo el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia (55 años), se juraba amor eterno ante los ojos de Dios con la mujer de su vida, la periodista Letizia Ortiz Rocasolano (51).

20 años se cumplen este inminente 2024 de aquella mañana de primavera en la que, por primera vez en la historia de nuestro país, el heredero al trono elegía a una mujer plebeya como esposa. Tras dos décadas de sólido matrimonio, se puede afirmar que Felipe no erró y que valió la pena el pulso que le echó a su padre, el rey Juan Carlos (85), en favor de su amor: puro, noble y real, en el más amplio sentido del término.

Desafortunadamente para la fantasía, la estética y la ilusión esperada ese 22 de mayo de 2004 -con lo bien que le habría venido un buen rayo de sol a los hilos de plata y oro del traje de novia de Letizia-, la lluvia también fue protagonista. Un aguacero descargó con fuerza sobre Madrid provocando que los invitados acabasen con los bajos de su atuendo mojados y entrando a la imponente Catedral de la Almudena con paraguas. 

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Letizia lució traje de Pertegaz y Felipe de Borbón, el uniforme de etiqueta del Ejército de Tierra, Gtres

Entre los momentos inolvidables vividos en la boda real, donde hubo más de 1.200 invitados, no podemos por menos que recordar la emoción de la madrina, la reina Sofía (85); la elegancia de Paloma Rocasolano (71) y sus dos hijas, Érika y Telma Ortiz (50) o el look de Rania de Jordania (53) firmado por Givenchy.

También merece un espacio la soledad inesperada de Carolina de Mónaco (66) por la ausencia de su entonces marido, Ernesto de Hannover (69), la lectura emocionada de la abuela Menchu -carta de San Pablo a los Corintios- con una dicción perfecta o la patada de Felipe Froilán de Marichalar (25) a su prima, Victoria López-Quesada y Borbón Dos-Sicilias (26). 

El momento más emotivo tuvo lugar cuando Letizia preguntó a Felipe "¿eres feliz?". "¡Qué calor!", respondió él, ante la sonrisa tímida de ella. La novia se mantuvo regia y sin embargo nerviosa. "Te quiero, guapa", contestó, por fin, el entonces príncipe de Asturias en respuesta a la pregunta original que su inminente esposa le había hecho. 

Felipe y Letizia en el convite de su boda, el 22 de mayo de 2004.

10 años como Reyes

10 años y 11 días después de la histórica boda, el 2 de junio de 2014, el rey Juan Carlos comunicaba a los españoles que había decidido abdicar la Corona en su único hijo varón. 17 días más tarde, el 19 de junio, Felipe de Borbón era proclamado rey de España en un solemne acto celebrado en el Congreso de los Diputados. A su lado, con un vestido blanco firmado por Felipe Varela cuajado de cristales, su esposa, Letizia, hoy la Reina. Destacó también la presencia de Leonor, que pasó a ser la XXXVI princesa de Asturias, título unido a su condición de heredera, y de la infanta Sofía.

En su discurso de proclamación, Felipe trazó sus líneas rojas y quiso dejar claro que la suya sería una monarquía renovada. "La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse continuamente su aprecio, su respeto y su confianza; y para ello, velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente, como corresponde a su función institucional y a su responsabilidad social".

El reinado de Felipe VI comenzaría siendo una suerte de caramelo envenenado: apenas dos años antes, el rey Juan Carlos fue operado de urgencia de la cadera tras caerse en un safari en Botsuana, donde fue descubierto cazando elefantes en el momento más crítico de la crisis económica en España, en la primavera de 2012. A la vez que se conocían esos detalles, la sociedad tomaba conciencia de la figura de Corinna zu Sayn-Wittgenstein (59), amante del Emérito durante ocho años.

Felipe VI, proclamado rey de España ante el aplauso de Letizia y de la princesa Leonor. Gtres

Sin duda, hoy Felipe VI y Letizia se erigen como el gran baluarte de la monarquía, habida cuenta las polémicas que han perseguido a Juan Carlos, exiliado forzosamente en Abu Dabi por sus presuntos negocios ocultos en el extranjero y sus relaciones extramatrimoniales, o el caso de corrupción Nóos que acabó con la infanta Cristina (58) sentada en el banquillo de los acusados y con Iñaki Urdangarin (55) cumpliendo casi seis años de prisión en una cárcel de Ávila.

Mención aparte merece la loable labor de la princesa Leonor, que el pasado mes de agosto ingresó en la Academia Militar General de Zaragoza; a continuación, juró bandera, presidió el desfile de las Fuerzas Armadas el último 12 de octubre y celebró su 18 cumpleaños con honores de heredera: jurando la Constitución Española en el Congreso de los Diputados y con un almuerzo en el Palacio Real con todos los poderes del Estado.