El 6 de mayo es la fecha más importante marcada en el calendario para la Familia Real británica en este 2023. Los preparativos de la coronación de Carlos III (74 años) como nuevo rey de Inglaterra están muy avanzados, aunque todavía hay detalles que rematar y polémicas que solucionar. La mayor, el papel que tendrán los duques de Sussex en la ceremonia y cómo manejarán ese reencuentro para que las tensiones no sean demasiado evidentes a nivel institucional.

Una de las cosas que a buen seguro más llamará la atención en el gran día será el atuendo del monarca y las joyas que lucirá. Todas ellas pertenecen a la Corona y han sido utilizadas desde tiempo inmemoriales por los soberanos y soberanas en su entronización. Cada una tiene su particular historia.

Será el primer evento de estas características en siete décadas, pues el reinado de Isabel II fue el más largo de la historia británica. Según palabras de Buckingham "la coronación reflejará el papel del monarca en la actualidad y mirará hacia el futuro, mientras se arraiga en tradiciones y pompa de larga data".

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1. Las coronas

La pieza más importante que lucirá Carlos III el próximo 6 de mayo es, obviamente, la corona, pero no será una, sino dos las que adornen su regia cabeza, en dos momentos diferentes de la ceremonia. La conocida como corona de San Eduardo, que el pasado mes de diciembre ya fue retirada de la Torre de Londres para que comenzaran los trabajos de modificación con el fin de reajustarla para que de adapte perfectamente a su portador, será la estrella del momento mismo de la coronación.

El arzobispo de Canterbury se la pondrá mientras todos exclaman: "Viva el Rey" en la abadía de Westminster. Está adornada con cuatro flores de lis y otras tantas cruces, con dos arcos. Es bastante pesada, ya que la estructura de oro macizo de 22 quilates tiene además alrededor de 400 piedras preciosas y semipreciosas, entre ellas aguamarinas de talla rosa, topacios blancos, turmalinas, rubíes, amatistas y zafiros. Su valor podría ascender a 4,7 millones de euros. La Corona de San Eduardo fue la que llevó Isabel II en su coronación en 1953. Fue realizada para Carlos II en 1661, como reemplazo de la corona medieval que se había fundido en 1649.

Además de ésta, el monarca también usará la Corona del Estado Imperial, otra de las históricas Joyas de la Corona, algo más ligera, pero plagada de gemas, perlas y diamantes. Fue la pieza que descansaba sobre el ataúd de su abuelo paterno, el rey Jorge, en su funeral en 1952. Isabel II, a su vez, la llevó en todas las aperturas del Parlamento británico.

2. Los cetros, el Orbe y el anillo

La coronación es un acto ceremonial, en el que se sigue una hoja de ruta pautada históricamente y que incluye sus símbolos. Carlos III portará el Cetro con Cruz, con un gran diamante, y en la mano izquierda el Cetro con Paloma, engastado con 285 gemas y con una paloma con las alas extendidas, que simboliza la equidad y la misericordia.

El Orbe, una pieza esférica coronada con una cruz y también adornada con piedras preciosas, simboliza la influencia de Dios en el mundo. Otra de las llamativas joyas que se esperan ver ese día es el anillo de coronación, que se coloca en el dedo anular del monarca para representar su unión con el pueblo. Destaca en él una cruz de rubí sobre una piedra azul delineada con diamantes. 

A todo ello hay que sumarle, la Espada de la Ofrenda, engastada con esmeraldas, rubíes, zafiros y diamantes, que forman rosas, cardos y tréboles para señalar diferentes reinos del Reino Unido; la Cuchara de la Coronación, de plata, y un conjunto de espuelas doradas.

3. El aceite para ungir al Rey

Cuando Carlos III sea ungido para proclamarle rey de Inglaterra se utilizará un aceite que ha sido previamente consagrado en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén por Teófilo III y el arzobispo anglicano de Jerusalén, El Reverendísimo Hosam Naoum. Para su elaboración se han recolectado aceitunas de dos olivares del Monte de los Olivos en el Monasterio de María Magdalena y el Monasterio de la Ascensión. Con él también se ungirá a Camilla (75), que no será consorte, sino simplemente la reina.