La Familia Real belga asistió, casi al completo, al desfile militar celebrado este domingo en Bruselas con motivo del día la Fiesta Nacional. El que más destacó, y no por sus méritos, fue Laurent de Bélgica, el hermano del rey Felipe, quien tuvo un comportamiento poco adecuado en la citada fecha señalada.

El príncipe, que estuvo acompañado en todo momento por su mujer, Claire, se puso a hablar por su teléfono móvil durante gran parte del desfile. De hecho, en algunas imágenes tomadas por los fotógrafos y también por ciudadanos allí presentes, se aprecia cómo Claire le llama la atención en más de una ocasión.

En el palco central, el rey y su mujer dedicaron algunas miradas a Laurent para que guardase su dispositivo, al que atendió durante más de dos minutos. Sorprendidos por lo que estaba sucediendo, ninguno de los miembros de la Casa Real no podían creerse que estuvieran viviendo semejante situación, que deja en evidencia la poca profesionalidad del monarca.

Claire de Bélgica hace una reprimenda a su marido, Laurent, por el uso del móvil. Gtres

Ha sido muy criticado por su actitud, tanto por los medios de comunicación belgas como por su familia y seres queridos. Pero sus acciones fuera de lugar no terminaron aquí, y es que, la que fuera durante años doctora de la Familia Real, Cathérine le Clément, se acercó para saludar a la familia y Laurent hizo caso omiso, a pesar de ser conocedor de que la trabajadora ha dedicado su vida a cuidar de la salud de su familia. Fue Claire la encargada de avisarle para que se levantara. Lejos de tenerlo en cuenta, fue la médica la que tuvo que acercarse a saludar al hermano del Rey, que se mostró poco receptivo.

Al concluir el desfile, los políticos asistentes se pusieron en fila para despedir a la realeza. Laurent saludó a uno de los gobernantes, pero segundos después se dio la vuelta y se marchó sin decir nada a nadie.

Esta actitud ha sido duramente criticada tanto por la prensa belga como por los ciudadanos, que han utilizado las redes sociales para mostrar su descontento. Han calificado el comportamiento de Laurent de "inimaginable", "vergüenza" o "grosero".

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