La madre de Iñaki Urdangarin (50 años) ha sido la primera persona en visitar la cárcel de Brieva (Ávila). Claire Liebaert (83) ha viajado al pueblo abulense para visitar a su hijo que desde el pasado 18 de junio cumple su condena de 5 años y 10 meses en prisión. 

Lo ha hecho en la más estricta cautela y atendiendo a cada movimiento para que no trascendieran imágenes. El cuidado de la intimidad y la privacidad del entorno del exduque de Palma es una de las cuestiones que más preocupan en su entorno. 

Iñaki Urdangarin en el aeropuerto de Madrid antes de su ingreso en prisión. Gtres.

Claire Liebaert vive en Vitoria, acompañada por el resto de la familia Urdangarin, por lo que ha tenido que recorrer más de 300 kilómetros para poder pasar algo de tiempo junto a su hijo. A pesar de su delicado estado de salud, la madre de Iñaki ha sido la primera persona que encontrarse con él en la cárcel, según adelantó El Confidencial Digital.

El exduque de Palma tiene derecho a una visita semanal de 50 minutos en el locutorio del centro penitenciario, con un cristal que le separe de su visita y un auricular de teléfono para comunicarse u orificios que les permite escucharse. También tiene derecho a llevar a cabo un vis a vis al mes, ejercicio reservado para los familiares cercanos. El exduque está muy bajo de ánimo desde que puso un pie en la cárcel, aunque los servicios de prisión, como la alimentación, son de su agrado, Iñaki se encuentra en muy baja forma anímica. 

Parece que Claire Liebaert no es sólo un fuerte apoyo para Iñaki, también para Cristina (53) y sus hijos. Los nietos de Claire estuvieron junto a ella el pasado fin de semana -23 de junio- cuando la suegra de la infanta viajó a Ginebra para celebrar en familia la graduación de su nieto Pablo Nicolás (17). 

La condena de Urdangarin recoge los delitos de prevaricación, malversación, tráfico de influencias, fraude y dos delitos fiscales, por los que tendrá que cumplir su condena en esta cárcel de mujeres. Brieva ha acomodado uno de los módulos, en el que cumplió su pena Luis Roldán -exdirector de la Guardia Civil- para recibir entre sus paredes al exduque. 

Iñaki cumple una condena en solitario, sin más compañía que la de los funcionarios que le acompañan y que le llevan y traen los platos de comida. Está sólo en un pabellón especial de cinco celdas, un patio, un comedor y varias salas de vis a vis. 

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