En noviembre del año pasado, 18 mujeres denunciaron el fotógrafo Jean-Claude Arnault (71 años) por abusos y vejaciones sexuales. Desde entonces, han sido muchas las voces que se han sumado a estas acusaciones llegando a personajes de la talla de Victoria de Suecia (40), según señaló este fin de semana el diario Svenska Dagbladet.

Al parecer, el francés habría manoseado el trasero de la heredera al trono durante una recepción en la Villa de la Academia Sueca que otorga el premio Nobel en Djurgården, en Estocolmo.

El medio recoge el relato de tres testigos que aseguran que una ayudante de la princesa Victoria (que por aquel entonces tenía unos 20 años) tuvo que acudir al rescate de la heredera para apartar la mano de Arnault. "Su ayudante femenina se arrojó hacia adelante y lo apartó", recoge el medio sueco.

Gtres.

Las informaciones también señalan que la casa real, ante estos hechos, advirtió a la Academia que nunca más debería permitirse que el fotógrafo se quedara a solas con la princesa, según relata el medio The Local.

Por el momento, la casa real sueca han señalado al diario que "no harían comentarios sobre la información", pero han querido dejar claro que respaldan el movimiento global Me Too de denuncia contra el acoso sexual. Además, la misma portavoz de la familia real aseguró que "la información que rodea a Jean Claude-Arnault, de la que se han hecho eco los medios desde otoño, es aterradora".

El que sí ha hablado es el fotógrafo, que ha negado las acusaciones. El sábado su abogado dijo a Expressen que esta nueva acusación es "falsa y errónea" y que solo se ha hecho pública para "difamarlo y dañarlo".

El escándalo que rodea al dramaturgo también ha salpicado a la Academia Sueca que concede el premio Nobel de Literatura, ya que el francés se encuentra muy relacionado con esta institución a través de su club literario y por ser el esposo de una de sus miembros, Katarina Frostenson (65). 

Tras las denuncias, la Academia cortó la relación con Arnault y diversos miembros terminaron renunciando, entre ellos la propia Frostenon. La esposa del fotógrafo, que en un primer momento era reticente a abandonar su puesto, se vio obligada a dimitir. Con ella también renunció Sara Danius, la que fuera primera mujer al cargo de la institución.

Los problemas de la Academia no terminan aquí, ya que los estatutos de la institución estipulan que solo se pueden nombrar nuevos miembros tras la muerte de los actuales. Por eso, estos abandonos "ponen en serio peligro la capacidad de la Academia de cumplir con su importante labor", según la casa real sueca.

Para evitar este bloqueo institucional el rey Carlos XVI Gustavo de Suecia reformó los estatutos. Aún así, todavía quedan muchas trabas que superar tanto en el plano organizativo como reputacional. 

[Más información: La Casa Real sueca mostrará sus vestidos en una exposición]

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