Pero ponerse moreno, tanto si se hace tendiéndose al sol como si se opta por aplicar la tecnología al asunto, también comporta sus riesgos. A continuación, vamos a contaros los pros y los contras de un buen bronceado y a daros unos cuántos consejos para lucirlo con seguridad.  

Beneficios y contras del bronceado

Ponerse moreno o broncearse es como llamamos al oscurecimiento de nuestro cuerpo causado por el efecto del sol, que activa los productores de melanina, una activación que se da como protección, ya que la piel más oscura es más resistente a dolencias relacionadas con la exposición prolongada a los rayos solares, entre las cuáles se encuentran los siguientes: 

  • Envejecimiento de la piel.
  • Alergias solares.
  • Daño celular.
  • Quemaduras.
  • Inmunosupresión.

Sin embargo, el objetivo de tomar el sol no debería ser ponerse moreno, sino favorecer la síntesis de la vitamina D, que ayuda al metabolismo óseo, nos vuelve más activos y tiene demostrados beneficios psicológicos.

Cómo ponerse moreno

Come bien

Una buena alimentación es fundamental. Para conseguir un buen bronceado hay que consumir frutos ricos en vitamina C, E, licopeno y betacaroteno, como tomates, zanahorias, cerezas, arándanos, melón, aguacate, naranjas, kiwi…

Uno de los trucos para reconocer los alimentos "bronceadores" es el color, ya que la mayoría de los alimentos anaranjados son ricos en carotenos. Todos estos alimentos ayudan a activar la producción de melanina antes de tomar el sol.  

Exfolia tu piel

Para que el bronceado sea uniforme y luzca bien, hay que exfoliar la piel primero con algún producto específico para ello o bien, yendo a un centro de estética donde nos puedan tratar la piel. 

Protege tu piel

Ya abordamos el tema de cómo elegir el factor de protección solar con las diferentes cremas, así como los trucos y remedios caseros  para utilizar en playas y piscinas que nos garantizan el cuidado de la piel. Hay que usar crema protectora para bronceado, o bronceador que incluya factor de protección, y éste nunca debe ser inferior a 15.

Cuando empezamos el proceso de bronceado nuestra piel está más sensible y el peligro es mayor, por lo que el factor de protección debe ser más alto, de entre 30 y 50. Aunque hay gente que cree que la crema impide el bronceado, no es cierto, de hecho, lo uniformiza, ya que con protección la síntesis de la melanina es más gradual y el color final queda más bonito. La crema se debe aplicar repetidamente, como mucho cada dos o tres horas, y no se debe usar sólo para la playa, sino para cualquier actividad al aire libre.

La crema de protección solar es mejor que el bronceador, aunque éste también tiene sus ventajas, como la gran cantidad de agentes hidratantes que aportan. Pero los bronceadores suelen tener un factor de protección muy bajo. Además de las cremas solares, existen protectores solares en pastilla, que se toman oralmente y que son un buen complemento de cremas o bronceadores porque suponen un incremento en el aporte de antioxidantes, extractos vegetales, omega 3 y 6, selenio y vitaminas A, C y E, entre otras sustancias que ayudan a la piel a sintetizar la melanina y luchar frente a los radicales libres.

Toma el sol sólo un rato

Los baños de sol no deberían ser de más de entre 10 y 30 minutos al día, siempre evitando hacerlo entre las 12 y las 16 horas, que es cuando los rayos tienen mayor incidencia, y deben hacerse siempre con protección. Si nos quemamos, hay que dejar de estar al sol. Aunque parezca una perogrullada, lo cierto es que la piel quemada enrojece, pero no se broncea. En cambio, sí se verá dañada, favoreciendo el envejecimiento, la destrucción de la dermis o la aparición de manchas solares y alergia, por no hablar de que favorece la aparición de cáncer de piel. 

Hidrátate

Durante y tras la exposición al sol, hay que hidratarse por dentro (con bebidas preferentemente no azucaradas) y por fuera, con agua mientras estáis al sol y con cremas calmantes e hidratantes como el aloe vera o el after sun después. Si os bronceáis en la playa o en la piscina, alternad un rato al sol con un chapuzón.

Ponerse moreno sin sol

Aunque parezca una contradicción, existen varias opciones para conseguir un moreno perfecto sin sol.

Para empezar, el uso de bronceador permite ponerse moreno sin sol (o con muy poca exposición), ya que estos productos contienen en su composición una molécula llamada dihidroxiacetona (DHA), que al entrar en contacto con nuestra epidermis oxida las células muertas y da un tono bronceado a la piel. No tiene ningún riesgo para la salud y es una forma segura de broncearse sin sol, pero el ligero bronceado que produce ni se acerca a lo que entendemos por estar moreno hoy en día. Los hay en crema y spray, y también preparados para ser aplicados con unas cómodas toallitas, aunque quizás estas sean más recomendables para broncear zonas concretas. 

También, obviamente, se puede recurrir a los centros de bronceado, que ofrecen básicamente dos tipos de bronceado sin sol. Por una parte, las clásicas cabinas de rayos UVA, estas cabinas someten al cuerpo a un bombardeo de rayos similares a los solares y por tanto su bronceado es el más parecido al natural que se puede encontrar. Y, por otra parte, está el autobronceado, es decir, la aplicación de una crema coloreada que se adhiere a la piel y se mantiene en ella durante varias semanas. El inconveniente es que es como el tinte, hay que renovarlo cada cierto tiempo o va desapareciendo.