El césped es una de esas plantas que requieren de pocos cuidados y que basta con recortar debidamente con regularidad para que tenga un aspecto cuidado y ordenado. Por eso es la estrella de los jardines

Cómo plantar césped natural

Ya os explicamos cómo hacer un huerto urbano con pocos recursos, en esta ocasión os vamos a explicar todas las maneras de plantar césped natural.

La primera pregunta es: ¿cuándo plantar el césped? La mejor época para plantar el césped es en otoño, porque es la época más húmeda en nuestro clima y la humedad ayuda a que el césped arraigue debidamente. No obstante, también es bastante beneficioso plantarlo en primavera por las lluvias constantes o habituales en esta estación, aunque elegir esta época comporta el riesgo de estresar el césped si la siembra coincide con las últimas heladas. 

Una vez decidida la época, hay que decidir qué tipo de siembra se va a realizar, ya que existen dos variantes: el césped se puede plantar en semillas, es decir, de la manera tradicional, o en rollos (también llamados tepes) que se pueden adquirir en la mayoría de los comercios especializados en jardinería y similares y que consisten en una rejilla que sujeta varios metros de césped ya crecido.

Esta segunda opción es más simple, ya que basta con colocar el césped, ya desenrollado, sobre el terreno a cubrir y regarlo para que arraigue bien, así que en los siguientes subapartados nos vamos a centrar en la siembra tradicional, para la cual hay que seguir los siguientes pasos: 

Antes de la siembra

Lo primero es preparar el terreno. Para ello hay que arrancar todas las malas hierbas presentes en la tierra y removerla con una azada hasta los veinte centímetros de la superficie, para romper los terrones y dejarla desmenuzada. Sin este paso, las semillas no llegarían a la profundidad adecuada. Luego, hay que controlar la humedad del suelo. Si hay un exceso de humedad hay que añadir material orgánico, mientras que si hay falta de agua hay que añadir arena para favorecer el drenaje.

Una vez hecho esto, es recomendable pasear por encima del suelo removido para compactarlo un poco, y repetir esta operación varias veces a lo largo de una semana antes de la siembra. Finalmente, justo antes de sembrar, es bueno añadir un buen fertilizante, en una dosis de unos 150 gramos por metro cuadrado de terreno.

Cómo sembrar el césped

La siembra propiamente dicha se puede hacer con máquina o a mano, pero en ambos casos hay que asegurarse de que no haga viento, ya que éste podría arrastrar las semillas y dar lugar a siembras desiguales. En caso de realizarse con una sembradora, se van a realizar dos pasadas sobre el mismo terreno, una de atrás hacia adelante y otra de izquierda a derecha, es decir, creando una cuadrícula, y si se hace a mano es recomendable dividir las semillas en dos partes iguales e ir repartiendo a un lado y a otro de la línea que sigamos, para asegurarnos de que queden bien diseminadas. Justo después de dejar caer las semillas, se debe compactar el suelo otra vez con un rastrillo o similar y procederse a un primer riego, excepto si se trata de un suelo que ya está muy húmedo, en cuyo caso el primer riego deberá hacerse en cuanto la tierra empiece a secarse.

En caso de que se haya optado por usar tepes, el primer riego ha de ser anterior a la colocación de los tepes, ya que lo que hay que humedecer es la tierra bajo ellos, no los propios tepes. Tras el riego, los rollos han de ir colocándose completamente extendidos en paralelo con el lateral más largo del terreno, y asegurarse de que no queda espacio entre unos y otros, ya que de haberlos quedarían unas antiestéticas zonas sin césped que luego serían muy difíciles de arreglar.

Luego hay que humedecer los tepes ya colocados con la manguera, y es aconsejable pasarles un rulo por encima para favorecer el contacto entre el tepes y el suelo y eliminar las bolsas de aire que hayan podido quedar. 

Después de la siembra

Si todo va bien, el césped arraigara y crecerá en unas tres semanas. No obstante, hay que tener una serie de precauciones para que eso suceda: 

  • Hay que mantener alejadas las aves, que se alimentan a menudo de semillas, y otros animales que puedan comerse las semillas o remover la tierra y desenterrarlas, como los ratones o los topos
  • No hay que andar por encima del sembrado ni colocar en el área sembrada nada pesado, como podrían ser los sistemas de irrigación, ya que el proceso de brotación de la semilla podría verse obstaculizado. 

Durante la primera semana se debe regar a menudo, incluso varias veces al día (3 o 4) para favorecer el arraigo. Luego se puede disminuir la frecuencia de riego a 1 o 2 veces al día. Para que el césped se mantenga fuerte y sano, se recomienda regar siempre en horas de poco calor para que no se seque demasiado deprisa.

Una vez haya crecido, se debe esperar a que alcance una altura mínima de 10 cm. antes de proceder al primer corte. Igualmente, cuando el césped se haya plantado desde cero, con semillas, es recomendable evitar en la medida de lo posible el paso de gente y animales por encima del césped en los primeros 12 meses tras la siembra. En caso de que hayáis usado tepes podéis acortar el tiempo, ya que es menos frágil.