Un injerto capilar se lleva a cabo cuando se desea agregar más cabello a una zona en la que puede estar proliferando la calvicie. Se suele hacer tomando partes más gruesas del cuero cabelludo u otras partes del cuerpo e injertándolo en aquella área en la que se halle la calvicie del paciente.

En todo el mundo, alrededor del 60% de los hombres y el 50% de las mujeres experimentan alguna forma de pérdida del cabello. Para abordar esto, muchas personas utilizan productos de todo tipo. Sin embargo, cada vez son más los que se someten a un injerto o trasplante capilar.

¿Cómo es un injerto capilar?

Un trasplante capilar toma el cabello de una zona y lo transfiere a otra en la que no haya. Por lo general, se toma de la parte posterior de la cabeza, aunque a veces también de otras partes del cuerpo.

Antes de comenzar el trasplante, el cirujano esteriliza la zona en la que se eliminará el vello y utiliza con el paciente anestesia local. Luego empleará alguno de los métodos de trasplante más conocidos: FUT o FUE.

Trasplante de unidades foliculares (FUT)

El método FUT se conoce también como técnica de tira o método FUSS. Para realizar este procedimiento, el cirujano en primer lugar extrae una parte de cuero cabelludo de la zona posterior de la cabeza. El tamaño de cada folículo puede estar en torno a los 15-25 centímetros. A continuación, separa las tiras de cuero cabelludo en pedazos más pequeños con un bisturí. Puede llegar a dividir la tira incluso en 2.000 fragmentos más pequeños, que serán los injertos. Algunos de estos injertos pueden contener un solo cabello cada uno.

El siguiente paso será hacer pequeños agujeros en el cuero cabelludo donde se trasplantará el cabello. El cirujano inserta los pelos del cuero cabelludo extraído en los agujeros de punción. Es aquí donde estamos precisamente frente al injerto capilar. Luego se cubre todo con vendas o gasas. El número específico de injertos que recibe un paciente puede variar en función del tipo de cabello que tenga, el tamaño del sitio del trasplante, la calidad y grosor del cabello e incluso de su color.

Extracción de unidades foliculares (FUE)

El procedimiento FUE es tal vez más sencillo que el anterior. En este caso, el cirujano no tendrá que realizar tantos pasos. 

En primer lugar, afeita el pelo de la parte posterior de la cabeza del paciente. Luego el especialista saca del cuero cabelludo los folículos de manera individual, llegándose a ver incluso unas pequeñas marcas de donde se extrajo cada folículo. Al igual que con el procedimiento FUT, el cirujano hace pequeños agujeros en el cuerpo cabelludo del paciente e injerta los folículos pilosos en los agujeros. Por último, cubre todo con vendas o gasas.

La recuperación tras el injerto capilar

La recuperación de un injerto capilar, ya sea con un procedimiento u otro, puede demorarse entre varias horas o varios días. Todo depende de la cantidad de cabello trasplantado. Lo que sí es cierto es que el paciente puede volver a su casa el mismo día del trasplante.

Una vez que concluye el injerto, el cirujano retira con cuidado todos los vendajes. La zona puede estar hinchada, por lo que es probable que haya que inyectar algún producto para bajar la inflamación. También es posible que el paciente sienta algo de dolor en la zona del trasplante, de ahí que el cirujano le recete medicamentos para aliviar este síntoma.

A su vez, el paciente tendrá que esperar unos días para poder lavarse el pelo. Durante las primeras semanas, tendrá que usar champús suaves. Y si se cae algo de cabello, no hay de qué preocuparse. El cabello trasplantado puede o bien no crecer mucho o coincidir con el cabello que se halla alrededor.

La eficacia de los injertos capilares

El primer trasplante capilar se produjo en Japón en 1939 con pelo del cuero cabelludo. En las décadas siguientes, los especialistas médicos desarrollaron diversas técnicas de injerto capilar hasta llegar a los métodos avanzados de nuestros días. Tanto es así que hoy se puede decir que los injertos capilares son mucho más eficaces que los productos para la caída del cabello.

Es cierto que el injerto capilar no funciona de la misma manera para todo el mundo. Se suele utilizar sobre todo para restaurar el cabello en aquellas personas que se están quedando calvas o su cabello está demasiado frágil. La mayoría de los trasplantes se realizan con cabello existente, por lo que quizás no sean tan efectivos en muchas personas.

Se estima que entre el 10% y el 80% del cabello trasplantado volverá a crecer completamente en un tiempo estimado de 3-4 meses. Al igual que el cabello normal, el trasplantado adelgazará con el tiempo. Las personas con folículos pilosos inactivos pueden recibir trasplantes menos efectivos. Sin embargo, la terapia con plasma puede ayudar a que hasta el 75% o más de los cabellos trasplantados vuelvan a crecer completamente.