En anteriores artículos hablamos sobre la papiroflexia y cómo hacer un sencillo barco de papel. Ahora hablaremos de cómo hacer un comecocos de papel. 

Cómo hacer un comecocos de papel

El funcionamiento de un comecocos de papel es muy sencillo, no necesitamos de mucho arte: se trata de una pieza de papel doblada sobre sí misma (mejor si es papel de reciclaje, para conservar el medio ambiente)hasta que se convierte en una especie de "boca" formada por cuatro picos que se colocan sobre los dedos, de manera que se abren y se cierran de distintas maneras.

Cada una de las caras de las pirámides que forman los picos aporta determinada información, de manera que se pueden realizar preguntas y, tras abrir y cerrar la mano un determinado número de veces aparece una respuesta. Por eso, allá por los años 80, cuando era la última moda en la mayoría de los colegios, se le llamaba también adivinador y era un objeto de relajación.

Pero no solo es divertido jugar con él, sino que también fabricarlo tiene su gracia, ya que se trata de un trabajo de origami sencillo que se puede realizar con niños.

Comecocos de papel, paso a paso

Crear un comecocos de papel es muy simple y solo necesitaréis una hoja de papel de tamaño Din A4 (también os serviría cualquier otro tamaño que guardase las mismas proporciones, pero entonces el tamaño del comecocos difícilmente podría adaptarse a vuestra mano. Si quién va a jugar con él es un niño bastante pequeño, nos puede servir un Din A5).

No hace falta que el papel tenga una consistencia determinada, así que cualquiera puede valer. No obstante, la cartulina y el cartón no son recomendables porque cuesta doblarlos.

Hacer un comecocos de papel básico

Una vez tengamos el papel, hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Doblad la parte superior del papel sobre sí misma de manera que el borde superior se alinee con el borde lateral de la parte opuesta. Debe quedar una forma de triángulo en la zona doblada.
  2. Recortar la zona que queda fuera del triángulo, e intentad hacer el corte lo más recto posible.
  3. Desdoblad el papel: os quedará un cuadrado perfecto con una doblez que lo atraviesa en diagonal.
  4. Doblad el papel sobre sí mismo en sentido inverso, de manera que quede otra vez un triángulo.
  5. Desdoblad nuevamente el papel: en el centro del cuadrado se deben cruzar en ángulo recto dos líneas.
  6. Llevad cada una de las esquinas del cuadrado hacia el punto de intersección de ambas líneas.
  7. Girad la hoja.
  8. Repetid la operación.
  9. Girad nuevamente la hoja. Veréis que se han formado unos huecos en los que podéis meter los dedos. Metedlos y comprobad que podéis mover las pirámides que se han formado.

Ahora toca escribir las respuestas para vuestro juego de adivinación, cosa que empieza por volver a sacar los dedos de los huecos y dejar el comecocos de papel sobre la mesa.

  1. Si todo se ha hecho bien, tendréis frente a vosotros 4 cuadrados perfectamente marcados, y deberéis pintar cada uno de ellos de un color distinto.
  2. Deshaced la doblez. Veréis que cada cuadrado se ha dividido en dos triángulos, un total de 8 para todo el comecocos. Escribid un número en cada uno de ellos.
  3. Desdoblad del todo el comecocos y veréis que a cada triángulo con número le corresponde otro que es como su reflejo: en cada uno de ellos hay que escribir una predicción.

Otra opción, sobre todo para niños pequeños que quizás no tengan un especial interés en saber con quién se van a casar, por ejemplo, es usar el comecocos como base para crear figuras que nada tienen que ver con el juego original. Por ejemplo:

  • Si usamos papel rojo o de otros colores vivos y le añadimos un alambre envuelto en papel verde y un par de hojas, tendremos la base para una bonita flor carnívora a la que alimentar con insectos de papel
  • Un comecocos de papel puede ser la cabeza de un monstruo fantástico, basta sustituir los colores, números y letras por una decoración que incluya pelajes, escamas o dientes afilados.

Si os decidís por esas versiones más "artísticas", lo mejor es que el trabajo de pintura se haga antes de darle forma, es decir, se pinte una vez ya se tenga recortado el cuadrado inicial y luego se le vayan añadiendo dobleces hasta tener entera la estructura. En este tipo de diseños es en donde sí entraría la posibilidad de crear teniendo como base una hoja más grande, ya que, ¿quién dijo que un dragón no puede ser gigantesco?

Y una última opción es usar el comecocos para convertir la educación en casa en un juego y así enseñarles de manera lúdica a los niños. Para ello basta con sustituir las adivinanzas por tareas, de manera que cada día se puedan "sortear" las tareas entre los miembros de la unidad familiar: "dime un número y yo te diré si te toca poner la mesa, lavar los platos o tender la ropa..." Y lo mismo puede hacerse para decidir destinos de vacaciones, o actividades que hacer en familia. Si sois del tipo indeciso, incluso podéis convertir el comecocos en una manera de decidir la ropa que os ponéis o el peinado que os haréis. Todo es echarle imaginación... y ganas.