Si dudamos de la calidad del agua que bebemos, lo más conveniente es filtrarla para conseguir un agua totalmente purificada y libre de microorganismos. Hay muchos métodos para filtrar el agua y todos ellos son cien por cien seguros y eficaces para poder purificar el agua que bebemos en casa.

En otro post, ya vimos otro tipo de tratamientos como el proceso de destilación del agua. Ahora veremos cómo purificar el agua para beber.

Cómo purificar el agua del grifo

En determinadas poblaciones, el agua del grifo, aunque pueda ser apta para el consumo humano, es demasiado caliza, es decir, tiene demasiada cal. Especialmente en las ciudades y pueblos cercanos al mar. Por tanto, es conveniente contar con filtros de agua, porque incluso aunque sea apta para consumir, si no estamos acostumbrados, consumir este agua nos puede sentar mal.

Existen diversos métodos para filtrar el agua, a través de filtros de agua o de un purificador de agua o de aparatos de ósmosis. Todos estos métodos de filtración de agua son muy eficaces, y se basan en colocar un filtro en las griferías, a través del cual se separan los microorganismos que se puedan encontrar en el agua. Son duraderos y muy eficaces, aunque hay que cambiarlos cada cierto tiempo. Los filtros de agua se fabrican en cerámica, carbón activado, tela o arena, y todos filtran el agua de diferentes formas.

Los filtros de cerámica tienen los poros muy finos, mientras que los de carbón activo tienen la capacidad de eliminar el cloro, el mal olor, y los sabores raros o desagradables que pueda tener el agua.

Estos filtros los podemos encontrar en los siguientes formatos:

  • Cartuchos filtradores: son unos filtros que se instalan en la salida del agua, y tienen varios filtros. Su instalación es muy sencilla y se realiza fijándolo al grifo. Necesitan un mínimo mantenimiento, y sólo hay que cambiar los filtros cuando veamos que están saturados, de unos 3 a 6 meses, dependiendo de la dureza del agua. Estos filtros se pueden instalar directamente en el grifo o bajo el fregadero de la cocina. El sistema de filtración bajo el fregadero es muy ventajoso, ya que funciona continuamente, y se conecta directamente a la cañería de salida de agua. Cuando abramos el grifo, ya tenemos el agua filtrada.

  • Jarras de filtro: Su aspecto es parecido al de las jarras de agua tradicionales, salvo que tienen un filtro dentro. Estas jarras de filtro suelen tener una capacidad de entre dos litros y cinco litros.

  • Filtrador por ósmosis: los osmotizadores o filtros por ósmosis son altamente eficaces, ya que consiguen eliminar hasta un 99% de bacterias, virus y otros elementos nocivos para la salud. Es un proceso en el que se separan las sustancias malas por presión contra una membrana porosa que es semipermeable. Es muy eficaz, aunque corremos el riesgo de que se eliminen también sales minerales del agua. Es fácil de montar, viene en un kit que se coloca debajo del fregadero y no necesitamos la ayuda de un fontanero para hacerlo nosotros mismos. Además, necesita un mantenimiento mínimo, que consiste en cambiar la membrana cada dos años, y los filtros cada año.

Purificar agua por ebullición o con productos químicos

La ebullición es una técnica casera y muy sencilla que actúa como un purificador de agua. Consiste en hervir agua para purificarla, y es la forma más tradicional de que el agua esté libre de microorganismos dañinos para la salud.

Si hervimos el agua durante unos 30 minutos, aproximadamente, conseguiremos eliminarlos casi en su totalidad, ya que no resisten las altas temperaturas (superiores a 120º). Después de hervir el agua, la dejaremos enfriar, para verterla en un envase de vidrio, que taparemos herméticamente. De esta forma no entrarán partículas de polvo ni otros elementos que estropeen el agua purificada. Este método también es poco recomendable, porque se pierde una alta concentración de sales minerales debido a la evaporación del agua.

Purificar el agua con el calor del sol es uno de los métodos caseros más tradicionales que existen. Los rayos UVA son muy eficaces para la eliminación de microorganismos en el agua, porque inciden en el ADN de los microorganismos nocivos y los destruyen. Es un método totalmente natural, que se produce en los entornos naturales, y precisamente el agua de manantial se puede beber por los efectos del sol para destruir microorganismos. Es un método que se puede utilizar en casa, colocando un envase transparente y con tapa protectora, y dejándolo todo el día al sol. Al día siguiente ya se podría beber el agua purificada.

Hay también dos productos químicos naturales, muy efectivos para purificar el agua: el cloro y el yodo. Podemos encontrar disponibles, en droguerías y tiendas especializadas, pastillas de dióxido de cloro y yodo, ambos elementos mezclados, o comercializados de forma individual.

Son muy eficaces para purificar el agua. Para utilizar este método, llenamos un recipiente de agua de unos 3 a 5 litros, y agregamos una de esas pastillas, que surtirá efecto en la destrucción de microorganismos entre unos 30 minutos y 4 horas, o bien lo que especifique cada fabricante. El sabor no será malo ni extraño, y el agua es completamente potable y estará purificada. Como sustituto, también se pueden echar unas gotas de cloro, no más de tres o cuatro por litro. En este caso es recomendable dejar el agua reposar durante al menos una hora, para poder consumirla.