Los pies son una de las partes más delicadas de nuestra anatomía, y uno de los problemas más frecuentes entre cuántos pueden afectarles es el de las uñas encarnadas, una afección bastante molesta y potencialmente peligrosa que se da cuando la uña (frecuentemente la del dedo gordo) crece hacia el interior del músculo del dedo.

Eso provoca que la carne alrededor de la uña enrojezca y se ponga dura y puede acabar causando una infección, por lo que, antes de tener que ir al médico, es bueno conocer como prevenir y cómo tratar este tipo de problema.

¿Por qué crece la uña encarnada?

Para prevenir el problema el primer paso es saber por qué las uñas crecen encarnadas, ya que muchas veces se debe a comportamientos nuestros y podemos evitarlo prestando un poco de atención a nuestros pies. Hay cuatro causas básicas para el encarnamiento de las uñas de los pies:

  • Zapatos inadecuados. Los zapatos excesivamente estrechos en la punta hacen que no exista el necesario hueco entre los dedos y que las uñas, que son rígidas, crezcan invadiendo el espacio de la carne. Por eso lo ideal es llevar siempre zapatos cómodos, que se adapten a los pies en lugar de provocar la situación inversa. No obstante, como es evidente que no siempre se puede elegir qué tipo de zapato llevar, es bueno contrarrestar la presión del calzado sobre los dedos manteniendo el pie sin calzar el máximo tiempo posible. Aprovechad cualquier momento de descanso para quitaros los zapatos y mover los dedos. Vuestros pies os lo agradecerán. 
  • Uñas mal cortadas. La forma correcta de cortar las uñas de los pies es en línea recta, nunca redondeadas o puntiagudas, ya que eso favorece que crezcan torcidas, y mantener siempre las uñas unos milímetros por delante de dónde acaba la carne, de manera que no se rocen al crecer la uña. También es importante prestar atención al entorno de la uña, usando con regularidad una piedra pómez o una lima suave en la carne del extremo del dedo. Así evitaréis la formación de durezas y pliegues sobre la uña.
  • Uñas excesivamente curvas. Las uñas con apariencia de garra son complicadas de cortar y suelen crecer de manera desigual, por lo que, si tenéis ese tipo de uñas debéis estar muy atentos a la manera en que crecen e ir recortándolas o limándolas con asiduidad para evitar que se encarnen. Hacerse la pedicura ayuda, aunque el tipo de uña no puede cambiarse.
  • Uñas rotas. Nadie puede evitar todos los accidentes, y quién más quién menos todos hemos dado algún mal golpe con los pies alguna vez. Pero si eso provoca que la uña se parta hay que estar muy atento a como crece después, ya que las heridas no sólo convierten una uña recta en una uña más gruesa y desigual, sino que pueden derivar en un crecimiento anormal de la carne alrededor de la zona lastimada. Por eso, en caso de que después de partiros una uña del pie tengáis bastante enrojecimiento y dolor, lo mejor es acudir a un profesional, ya que en algunos casos será necesario recurrir a la cirugía.

La atención a las uñas de los pies debe ser aún más extrema si tenéis diabetes, ya que esta enfermedad complica los tratamientos porque entorpece el normal flujo de sangre en las extremidades inferiores. 

Tratamientos para uñas encarnadas

Una vez que ya han aparecido las uñas encarnadas, los tratamientos estéticos deberán adaptarse a cada caso, pero hay distintos remedios caseros que pueden ser de utilidad. 

  • Baños de pies. Los baños de pies pueden ayudar a reblandecer la uña y facilitar que esta pueda ser recolocada. Pueden ser baños con agua y algún jabón suave, que no irrite en la zona de la herida, pero si queremos ayudar a una mejor y más rápida curación es recomendable añadir al agua algún astringente, como el vinagre de manzana, en una proporción de 50/50 (medio vaso de agua y medio de vinagre). Las sales de Epsom, que están disponibles en herbolarios, también van muy bien. Y, una vez reblandecida la uña, se puede intentar levantar la punta con unas pinzas y poner una pequeña porción de gasa debajo de la misma para que crezca hacia afuera. Pero, ¡cuidado!: ésta maniobra es dolorosa, así que mejor no intentarlo si vuestro umbral del dolor es bajo. 
  • Aplicación de cremas o ungüentos. Existen cremas específicas para uñas encarnadas, pero si no tenéis ninguna en casa no os preocupéis, muchos tipos de productos de uso habitual pueden ayudar a curar las uñas encarnadas antes de que se infecten y así evitar que haya que recurrir a la cirugía. Uno de ellos es el limón, que se puede aplicar directamente sobre la zona (atando una rodajita de limón alrededor del dedo afectado y dejándola ahí unas horas), y otro el Vicks Vaporup, que la mayoría de familias usan para descongestionar la nariz durante los procesos catarrales, pero que también tiene características antisépticas muy importantes. La cúrcuma mezclada con unas gotas de aceite también es muy eficaz.
  • Andar descalzo. Más que un remedio en sí mismo, se trata de un complemento de los tratamientos anteriores, ya que lo mejor para favorecer la curación de una inflamación o una herida es dejarla al descubierto, así que durante la curación desterrad en la medida de lo posible los zapatos y calcetines cuando estéis en casa, y usad sandalias abiertas fuera de casa si es verano.