Cañones escondidos, animales difíciles de ver en otros lugares, sabinares milenarios y pueblos donde el tiempo parece haberse detenido, todo esto y mucho más. Castilla y León guarda un tesoro poco explorado que son sus rutas secretas por la meseta más salvaje.
Más allá de los itinerarios turísticos habituales y que son muy conocidos, esta tierra esconde caminos que revelan su esencia más pura y desconocida. Son trayectos perfectos para hacer en familia, con amigos o simplemente en solitario.
Muchas de estas rutas no salen en las guías de viaje, tampoco en las rutas de Internet, pero son tesoros escondidos que hay que conocer.
Emprendemos un viaje por los rincones más auténticos de la comunidad, con rutas secretas que cuando se sabe de su existencia, los visitantes caen rendidos ante ellas. Y todos ellos tienen un secreto por descubrir.
Mirador del Cornisoto, en Las Tuerces, dentro del geoparque de Las Loras (Palencia)
Laberinto de las Tuerces (Palencia)
El Laberinto de las Tuerces, situado entre Villaescusa de las Torres y Mave, cerca de Aguilar de Campoo (Palencia), es un espectacular paraje de formaciones calizas moldeadas por la erosión del agua, que se extiende por más de 50 hectáreas y ha sido declarado Monumento Natural.
Su peculiar relieve crea un auténtico laberinto pétreo que se puede recorrer a través de varias rutas, siendo la más sencilla la que parte desde Villaescusa de las Torres y lleva hasta Peña Mesa, una de sus formaciones más emblemáticas.
En las cercanías destaca también la Cascada de Covalagua, un salto de agua especialmente bello en primavera.
Constituye uno de los paisajes más singulares y ricos en biodiversidad de la meseta norte, un espacio donde geología, flora y fauna se funden en un entorno de gran valor natural y paisajístico.
Su secreto lo puedes encontrar en un Laberinto de Piedra que crea un paisaje que parece una ciudad encantada en miniatura.
Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón (Burgos)
El parque se encuentra en el noroeste de la provincia de Burgos. Su superficie está en torno a las 46.000 hectáreas y fue declarado Parque Natural.
Parque Natural Hoces del Alto Ebro y Rudrón (Burgos)
Se trata de un territorio de relieve escarpado: los ríos Río Ebro y Río Rudrón han labrado durante millones de años cañones, desfiladeros y hoces en el páramo calizo de La Lora, gracias al proceso de erosión kárstica.
Algunos de los cañones alcanzan profundidades de hasta 200 metros o más. Un dato curioso y llamativo, el caudal del Ebro atraviesa la provincia de Burgos en una sucesión de cañones durante unos 150 kilómetros de recorrido.
Uno de los ‘secretos’ más llamativos del parque es la surgencia kárstica conocida como Pozo Azul, en Covanera. Aquí se puede observar un pozo de aguas cristalinas que es además objetivo de espeleobuceo. Su paraíso natural.
Reserva Natural Lagunas de Villafáfila (Zamora)
La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila, en la provincia de Zamora (comarca de Tierra de Campos), es un espectacular conjunto de humedales salinos y estepas cerealistas que rompen la monotonía del paisaje castellano
No es tan mediático como otros destinos de grandes parques nacionales de la Comunidad, lo cual le da un carácter más “auténtico”.
Además, combina la inmensidad de la estepa cerealista, con los humedales y la magnitud de miles de aves migratorias. Aquí el secreto es ver a la avutarda, el ave voladora más pesada del mundo.
Por este motivo, ofrece infraestructura ligera (miradores, centros de interpretación) para el visitante, manteniendo intacta la naturaleza.
Parque Natural Hoces del Río Riaza (Segovia)
Este parque se encuentra al noreste de la provincia de Segovia, muy próximo al límite con las provincias de Burgos y Soria. Fue declarado parque natural el 18 de enero de 2005.
Parque Natural Hoces del Río Riaza (Segovia)
El espacio alberga un paisaje geomorfológico muy significativo, con páramos, sabinares, encinares y fondos de valle de ribera; y es muy relevante para las aves rupícolas (aquellas que anidan en los cortados) y otras rapaces. Un dato llamativo es que aquí puedes encontrar una colonia de buitre leonado, en el parque se estimó en 653 parejas hace ya unos años.
Dispone de rutas de senderismo, miradores, por ejemplo, el del Cerro el Alto de Valdevacas de Montejo.
El secreto es que su entorno incluye el Hayedo de Riofrío de Riaza, uno de los hayedos más meridionales de Europa, un espectáculo de color en otoño.
Reserva Natural Acebal de Garagüeta (Soria)
La Reserva Natural Acebal de Garagüeta, ubicada en el norte de la provincia de Soria, dentro del término municipal de Arévalo de la Sierra (Comarca de Almarza), es una joya de la naturaleza que reúne varios factores que la hacen única.
La atmósfera del bosque de acebos, con sus frutos rojos, su vegetación perenne, su densidad y el entorno ilustre de montaña le da un carácter casi de “bosque de cuento”.
Además, tiene un microclima. La Casa del Parque del Acebal (en Arévalo de la Sierra) sirve como centro de interpretación.
Esta reserva natural está atravesada longitudinalmente por el sendero PR-SO-69 o lo que es lo mismo, La ruta de los Castros, un sendero que no te puedes perder.
Monumento Natural Lago de Truchillas y La Baña (León)
Estos dos lagos están en la comarca de la Sierra de la Cabrera, provincia de León. Ambos fueron declarados Monumentos Naturales en 1990.
Truchillas (León)
El paisaje es de alta montaña, de origen glaciar y bastante aislado, lo que ayuda a conservar una atmósfera de tranquilidad que los hace aún más especiales.
Uno de los datos interesantes y desconocidos es que para llegar al Lago de Truchillas hay que hacer una caminata por un entorno que en parte era de origen minero romano. Además, se encuentra en un anfiteatro montañoso que lo hace visualmente espectacular.
Y como curiosidad, en la vegetación aparece la especie Juniperus nana (enebro rastrero) en altitud, poco común en otros parajes, lo que demuestra la singularidad botánica del lugar.
Pinar de Hoyocasero (Ávila)
El Pinar de Hoyocasero se encuentra en la provincia de Ávila en la vertiente norte del sistema de la Sierra de Gredos, entre la sierra de Gredos y la Paramera, en la cuenca del río. Su extensión es relativamente pequeña, se citan cifras como unas 150 hectáreas, pero es apasionante de ver.
Cerro Gallinero, en Hoyocasero (Ávila)
Aunque a primera vista parezca ‘un pinar más’, lo que lo hace extraordinario es su sotobosque y flora herbácea, ya que se han catalogado unas 500 especies de plantas superiores en ese pequeño espacio.
Además, es también destacado para la micología. Hay una gran variedad de hongos y setas, con jornadas específicas de micología organizadas en el lugar.
Existe una senda señalizada de baja dificultad que permite al visitante observar tanto el bosque como esos elementos botánicos especiales, sin duda un espacio natural único.
