Castilla y León ha vivido un otoño muy tranquilo donde la pandemia casi se había convertido en una mala pesadilla. Sin embargo, el despertar de los últimos días está siendo preocupante. La tendencia en la región ha cambiado. La incidencia a 14 días que llegó a ser de menos de 30 ya ha aumentado a 89. En los hospitales, como es habitual, el nuevo escenario tardará en llegar. Actualmente hay 105 ingresados en planta y 18 en las unidades de críticos. En ellas, los pacientes por COVID ocupan el 5% de las camas.

El miedo viene desde Europa. Alemania, Austria y Países Bajos, con menores coberturas vacunales que España, han registrado las mayores cifras de casos diarios diagnosticados de la pandemia, suben los fallecimientos y la pregunta más repetida en estos momentos es si España y Castilla y León están a las puertas de la sexta ola.

¿Y ahora qué? Pues lo mejor es acudir a los expertos, y en estas lides, Valladolid cuenta con una inminencia en estos parámetros. El inmunólogo vallisoletano y divulgador del coronavirus en colaboraciones en televisión, Alfredo Corell, tiene claro que estamos ante una “subida suave pero contenida” de los datos de incidencia a 7 y 14 días, sobre todo “en el personal mayor de 65 años” como afirma en declaraciones a este periódico. Esto hace indicar que “no sería de extrañar” que “según se aproxime el invierno tengamos una nueva ola”. No obstante, hace un llamamiento a la calma porque “en la mayor parte de los casos serán asintomáticos”. Una ola que afectaría, según el experto, “a personas muy vulnerables con defensas bajas por edad o por estar en algún tratamiento”.

Mejores medidas que en Europa

Aunque cada día los datos de contagios en la Comunidad aumentan, para Corell, “la situación está controlada y no será una ola de grandes consecuencias”. Así, el experto apunta a la mejora de las coberturas vacunales respecto a anteriores olas como razón de peso para confiar en que los indicadores no empeoren demasiado. Por eso, no nos debemos comparar con el resto de los países de Europa donde la incidencia, como Austria o Bélgica, está por encima de 1.000 casos x 100.000 habitantes. “Nos diferencian de otros países dos situaciones, la alta vacunación y que todavía permanecemos con algunas medidas en interiores, por ejemplo la mascarilla. Incluso en las calles se siguen viendo. Esto ayuda a que los brotes y la trasmisión sean menores. Aunque tengamos un rebrote, no creo que sea una gran ola”, apunta. Eso sí, cree que habrá que prestar mucha atención a las residencias de ancianos, las grandes damnificadas en las primeras olas, a las personas inmunodeprimidos y seguir con algunas medidas.

Más rastreo de positivos

Corell deja claro que la Incidencia “no debe mirarse como el único parámetro y menos en este momento”. Por eso apuesta por un seguimiento y rastreo de los brotes que siguen “siendo las asignaturas pendientes” de este país. “Hay que controlar el número de test positivos, porque parece ahora mismo una incidencia alta, pero eso puede dar a entender que los test se hacen solo a personas positivas. De esta manera insiste en que hay que hacer rastreos, más test y rastrear los nuevos cosas para que no se nos escape de las manos.

El profesor de la UVA analiza otros parámetros para mandar un mensaje de tranquilidad. “La ocupación de hospitales en Castilla y León es baja, y el otro dato importante, el de ocupación de Ucis ha superado el 5%, en este aspecto, hay que vigilarlo”, ya que opina que si los casos que se están produciendo ahora son de gravedad, “provocaría que la ocupación aumentaría”.

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