“No me arrepiento de nada, de absolutamente nada. En esa decisión pesó mucho el ser médico y el principio de no maleficencia”, ha asegurado la consejera de Sanidad, Verónica Casado, tras la polémica decisión del día de ayer de suspender la vacunación con AstraZeneca en nuestra Comunidad.

Casado, tras el Consejo de Gobierno, ha asegurado que en una confrontación a una deliberación ética en la que “tiene que tomar una decisión” para “evitar que haya cualquier problema de salud desconocido” contra “retrasar unas horas la vacunación”, en el platillo de su balanza, prima lo segundo, como hizo.

La consejera de Sanidad ha pedido disculpas a todas las personas que se desplazaron hasta sus puntos de vacunación en el día de ayer para no recibir la dosis tras la suspensión, pero ha apuntado que “sentiría mucho más que una decisión equivocada hubiera provocado un fallecimiento”.

“Perdimos unas horas pero nos preocupaba perder vidas”



El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, en consonancia con la consejera, ha asegurado que “ayer perdimos unas horas pero lo que preocupaba era haber perdido vidas de forma innecesaria”.

Igea ha añadido que todas las decisiones en medicina y política se toman “midiendo el riesgo y el beneficio” y ha asegurado que “el riesgo que corrían ayer al tomar esta decisión” pasaba por generar “una decisión impopular” además de “recibir críticas en medios y oposición” pero primó el criterio médico para evitar “casos de trombosis severa”.

“Pesó menos nuestra popularidad que la vida de los ciudadanos de la Comunidad”, ha finalizado el vicepresidente.