La segunda ola del coronavirus en Castilla y León está golpeando duramente. Con veintenas ya de fallecidos diarios, la comunidad ha comunicado en la última semana ya más de cien fallecidos mientras los contagios superan el millar diarios. 

Con estos datos, ya desde hace días, es lógico que todas las cifras vayan en aumento, también en los hospitales de la comunidad. Y lo cierto es que la tendencia en la curva preocupa sobremanera con ya más de mil personas ingresadas solo en planta, a los que se suman los 157 en la UCI. 

Cierto es que falta bastante para legar a las cifras cercanas a los 2.500 ingresados en planta y los más de 350 en UCI pero también lo es que el aumento es constante y que, incluso, en los últimos días ha sido más grande que en los anteriores. 

Esto ha llevado a la Junta a tomar medidas más serias que, sin embargo, en las principales ciudades todavía no están teniendo el efecto deseado. Son ya cuatro las que han visto limitada su movilidad, así como otra serie de medidas restrictivas, como León, Palencia, Salamanca y Burgos. Se sumará Ponferrada a partir del viernes, mientras que Miranda de Ebro, Aranda de Duero, Íscar, Medina del Campo o Pedrajas de San Esteban, entre otras, también mantienen estas medidas. 

Y es que comienza a hacerse esencial el parar la curva de contagios para así parar también el ascenso en hospitales y en la mortalidad. No hay que olvidar que a los fallecidos por coronavirus se le han sumado otros durante la pandemia por la saturación en la Sanidad que no debe volver a producirse. Sin embargo, en lo que respecta a la curva ya formalizada y la que se espera que venga ante los contagios que sigue habiendo, lo cierto es que nadie sabe dónde acabará pero sí que seguirá su tendencia. Parar la transmisión del virus se debe hacer ya para descender los contagios y no vivir la misma situación sanitaria y social, con confinamientos estrictos para descender una curva que, de momento, solo descendió en aquella ocasión.