La campaña de riesgo alto de incendios forestales ha finalizado este jueves, 30 de septiembre, después de un verano en el que se ha registrado el peor fuego de la historia de Castilla y León, el de Navalacruz, en Ávila, que calcinó más de 22.000 hectáreas y cuyos daños se han cifrado en 29 millones de euros, según la Diputación de Ávila.

En el fuego, que se declaró el 14 de agosto, se dieron "las peores circunstancias" y "le realidad superó las previsiones", al registrarse una climatología peor de la que se esperaba, lo que contribuyó a un incendio "devastador", según señaló el propio consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en su comparecencia en las Cortes el pasado 20 de septiembre.

Por su parte, el Consejo de Ministros ya ha autorizado las actuaciones de recuperación medioambiental en las áreas afectadas por el incendio forestal de Navalacruz por un importe máximo de 699.999 euros.

Además, el fin de esta campaña ha llegado de mano del descontento manifiesto de los bomberos forestales de la Comunidad, quienes, tras concentrarse el pasado 22 de septiembre ante las Cortes de Castilla y León, repetirán protesta este sábado, 2 de octubre, para reclamar el reconocimiento de su categoría profesional, contratos y salarios dignos y continuidad laboral, entre otras reivindicaciones, después de que haya sido también el incendio de Navalacruz el que, según critican, haya "colmado el vaso".