El gas radón es un enemigo silencioso. Está en todas partes y se acumula en los edificios. Un gas que es un auténtico veneno para las personas. El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón en el mundo. Sin embargo, sigue siendo un gran desconocido lo que impide que los ciudadanos tomen las medidas necesarias para evitar sus efectos en la salud.
"No se habla de ello". Afirma sin rodeos el decano del Colegio Oficial de Físicos de Castilla y León, Jesús Díez, aunque "es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco. No es la contaminación, es el radón". Sin embargo, "la sociedad no se ha preocupado por ello". Este gas se va acumulando en el cuerpo, "se te queda en el pulmón", sin que la persona note nada.
Para ayudar en la concienciación sobre las consecuencias de no controlar este gas el Colegio Oficial de Físicos de Castilla y León organiza este viernes en el Aula Magna de la Facultad de Físicas de la Universidad de Valladolid una jornada en la que participarán expertos nacionales e internacionales en el radón.
Jesús Díez explica que "es un gas inoloro e incoloro. O sea, que es imposible saber si lo tienes o no en casa. Sin medir no hay forma de saberlo". Sin embargo, huye de despertar cualquier alarma social porque las soluciones son sencillas. "Hay que medirlo y dependiendo de esas medidas hay que tomar una serie de acciones para evacuar".
Para evitar la acumulación de radón en hogares o en oficinas en muchas ocasiones basta con ventilar las estancias tanto en verano como en invierno. Y si en el inmueble suele acumularse este gas "ventilar a primera hora de la mañana y por la tarde, porque si hasta el día siguiente no vuelvo a ventilar, se irá acumulando igual".
También existen otras formas de combatir a este enemigo silencioso, como instalar paneles que impidan su acumulación. Según Díez, "se ponen en el suelo unas membranas plásticas que evitan que traspase el radón. Y se sacan por los laterales del edificio las emanaciones que llegan al suelo".
Cómo medir el radón
Desde el Colegio Oficial de Físicos de Castilla y León insisten en que el primer paso para combatir el radón es medirlo en todos los edificios. "La medición es bastante sencilla", asegura Jesús Díez.
Hay laboratorios certificados con los que puede contactar por Internet que te envían unas cajitas para poner en la estancia. "Te mandan unas instrucciones de dónde ponerlo, cómo ponerlo, cuánto tiempo ponerlo. Y luego lo envías en un sobre y te mandan tu informe". Estos detectores contienen un plástico especial que el radón atraviesa dejando quemaduras. Tienen un coste de en torno a los 50 euros.
También han aparecido medidores electrónicos y detectores de radón que funcionan en el móvil. Pero el experto alerta de "que no están homologados todavía, aunque te pueden dar una idea".
No sirve con hacer una medición única y despreocuparse si el nivel es bajo. Díez explica que hay que medir cada poco tiempo "en verano, en invierno" y para tener resultados más precisos a distintas horas del día para comprobar cómo aumenta la acumulación a lo largo de la jornada, "porque lo peligroso es la acumulación".
Aconsejan repetir las mediciones de forma anual porque la concentración de este gas puede cambiar.
El radón está en todas partes, pero hay territorios donde hay más. En Castilla y León, hay mayor cantidad de este gas en la provincia de Salamanca y en las sierras de Ávila o Segovia. "Se da principalmente en terrenos graníticos".
Normativa
Aunque sea un gran desconocido "desde el año pasado, existe la obligación legal de medirlo", apunta Jesús Díez. "De momento solo en los centros de trabajo, pero con el tiempo será una medición generalizada". Asegura este experto que en unos años habrá detectores de radón en todos los espacios donde haya personas.
Una vez que se realicen las mediciones y se obtengan los resultados "los arquitectos y aparejadores tienen que planificar la actuación que haya que hacer".
La normativa de edificación de viviendas nuevas incluye tomar medidas para evitar la acumulación de radón, "otra cosa es con qué calidad se haga".
España no es el único país que ignora el peligro del radón, pero hay otros lugares del mundo, "donde el riesgo es más alto", en los que sí se han tomado en serio la amenaza. Sobre todo en Canadá y en los países nórdicos.
En Suecia está una de las empresas dedicadas al radón más importantes del mundo. En nuestro país "no hay ninguna empresa específica dedicada a esto".
Por este motivo, el radón también es una oportunidad laboral tanto para físicos como para especialistas sanitarios. "Los chavales seguramente no sepan, la mayoría de ellos, que hay una oportunidad laboral real. Se puede trabajar midiendo radón, haciendo análisis de radón", proponen desde el Colegio Oficial de Físicos de Castilla y León.
