Cristofer Caamaño es un joven natural de Salamanca que a sus 25 años se adentró en el arte del drag, no siendo hasta hace apenas unos meses cuando realmente se dio a conocer gracias a su participación en la tercera temporada de Drag Race España, un programa de Atresplayer sobre drag queens basado en la serie estadounidense RuPaul's Drag Race y en el que concursó de la mano de su personaje artístico, Chanel Anorex. 

Su inclusión en la que con el paso de los años ha convertido en su segunda profesión se remonta a hace ocho años y esta parte de su afición por los disfraces, así como por el citado programa de Estados Unidos. Así lo ha confesado él mismo en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, en la que, más allá de resumir su paso por el talent show español y desvelar hasta qué punto le ha cambiado la vida, ha narrado, con todo detalle, la historia de su vida. 

"Desde pequeñito tengo la cultura de disfrazarme. En la universidad tampoco dejé de hacerlo y cuando empecé a ver a RuPaul pensé que el drag era una auténtica maravilla", ha reconocido. 

Cristofer Caamaño

Por aquel entonces, en Salamanca "apenas existía la cultura drag". Por ello, en cuanto se mudó a Madrid para buscar trabajo de lo suyo, una de las primeras cosas que hizo fue disfrazarse de drag con un amigo. Y es que, Cristofer quedó tan encantado con el resultado que desde ese momento decidió seguir dedicando parte de su tiempo a la que ya se había convertido en una pasión. 

Así, fue profesionalizándose poco a poco hasta que empezó a trabajar de ello, momento en el que creó el personaje de Chanel Anorex, su drag queen. "Mi drag comparte todo con Cristofer, la forma de ser, el humor... no adopto roles diferentes, aunque la energía sí que me cambia la mayoría de las veces". 

Sobre ella Cristofer tiene una cosa que aclarar y es que su nombre nada tiene que ver con la anorexia, tal y como creen algunos, sino que este viene de una serie llamada 'Scream Queen' en la que tanto la protagonista como sus amigas se llaman todas Chanel, nombre calificado por él mismo como "un chiguagua insoportable como yo", y de dos personajes de la película 'Dos rubias de pelo en pecho' a los que denominan 'las hermanas Anorex': "Como en el drag yo empecé con mi amigo, nos empezaron a llamar 'hermanas Anorex' y ya me quedé con ello", ha asegurado.  

Cristofer Caamaño transformándose en Chanel Anorex

Personalmente, el salmantino hace una valoración "muy positiva" de su paso por Drag Race España, pues no solo es que se lo haya pasado "genial", sino que además ha conseguido su cometido, "ir a demostrar lo que me gusta hacer y enseñar cómo es mi drag con cero intenciones de ganar y de llegar a la final". 

Reconoce haber cumplido un sueño con su participación en el concurso, del que se lleva una experiencia personal "muy guay" y grandes amistades tanto con sus compañeras como con parte del equipo. Sin embargo, asegura que para él ha sido una experiencia un tanto dura, ya que esta te obliga a romper con tu vida habitual "y a llevar al límite tu mente": "Soy una de esas personas que dicen haber cumplido un sueño participando en el programa. Es una experiencia que en ningún otro momento vas a tener. Estás allí sin teléfono móvil, sin tus amigos, sin tu familia, te meten 12 desconocidas y de repente vives en un universo en el que todo es el drag, entonces es duro porque nunca te has enfrentado a una situación así". 

En cuanto a si el programa ha llegado a cambiarle la vida, el salmantino sostiene que no en gran medida: "Yo sigo teniendo la misma vida que antes, aunque sí es verdad que cuando la gente me reconoce me doy cuenta de que en ese sentido sí que me ha cambiado un poquito. Además, ahora tengo doble rutina por los dos trabajos", ha espetado, antes de revelar los motivos que le han llevado a definirse como 'la monster queen del concurso': "Se debe a que, aunque Chanel Anorex vaya vestida de monster, no es tétrica ni oscura, sino que es divertida y alegre, pero con ese puntito monstruoso. Tiene un puntito monster, pero elevado a lo contrario a lo que se espera la gente porque es divertido, es color y tiene referencias que van ligadas a mis gustos, como el cine de terror, los videojuegos, los cómics, los mundos de superhéroes...", ha confesado. 

Un día a día tranquilo y dedicado al marketing

No cabe duda de que Drag Race España han marcado tanto a Cristofer como a Chanel para el resto de sus días. Sin embargo, no es en lo único en lo que el salmantino tiene puesta su atención. 

De lunes a viernes ejerce otra profesión, la de marketing: "Yo trabajo en una agencia de marketing. Estudié comunicación audiovisual en Salamanca y cuando terminé la carrera decidí venirme a Madrid a buscar trabajo. Aparte, mis amigos también se vinieron aquí, o sea que se podría decir que en ese momento empezó mi vida", ha explicado.  

De este modo, su vida se resume al mundo drag aquellos fines de semana que tiene compromisos relacionados con su hobbie, pero también a una vida diaria "de señora mayor que va a la oficina, viene a casa, pone lavadoras, va al gimnasio, cena pollo a la plancha y una ensalada, se ve una serie y va a dormir" y también dedicada a pasar tiempo de calidad tanto con sus amigos como con su familia, de la que ha recibido un apoyo incondicional desde el minuto uno a pesar de que quedaran realmente sorprendidos con su decisión de iniciar una fulgurante andadura en el mundo del drag. 

"En realidad se lo conté hace relativamente poco. Meses antes de entrar al programa les fui enseñando cosas y se lo conté, entonces cuando me cogieron ellos ya sabían de qué iba el tema. Aun así, se asustaron un poco cuando les dije que quería ser drag queen, pero es lógico, porque evidentemente unos padres siempre quieren una vida normal, tranquila y estable para sus hijos, que tengan una casita, un coche, un perro y una pareja", ha revelado. A lo que ha añadido: "No fue una reacción negativa, ni mucho menos. Ellos siempre me han apoyado. Es más, mi madre me ha cosido trajes para el concurso". 

Chanel Anorex preparándose para un show

"Hace años a una drag la tachaban de prostituta"

Ahora mismo, las únicas expectativas Cristofer en lo relacionado con el mundo drag son "disfrutar del momento y de lo que venga, y seguir conociendo historias y saliendo de mi zona de confort", las que él mismo define como las grandes aportaciones del drag a su vida personal.

Para él apenas existen contras en este sector, pues, de lo contrario, no lo hubiese elegido: "No es la profesión principal que desde que eres adolescente te obligan a tener, esta la he elegido yo, entonces son todo pros para mí, a pesar de que a veces no me resulta rentable".

Además, se siente satisfecho con el lugar que ocupa actualmente el drag en la sociedad, ya que considera que ya no tiene "ese ámbito negativo que tenía hace años porque la gente no lo terminaba de ver bien": "Hace años a una drag la tachaban de prostituta. Ahora, la gente se ha abierto mucho más porque cada vez hay un drag más diverso y para todos los públicos, incluso para niños. Ya no es el mamarracheo de antes que no permitía darse cuenta de que nosotros también somos personas que sufrimos, que lloramos, que reímos y que tenemos que pagar facturas". 

Por ello, anima a todos aquellos que se están replanteando meterse al mundillo, el cual define como una diversión, una manera de contar quién eres a través de shows y "un lienzo en blanco en el que puedes hacer contigo lo que te de la gana", siempre y cuando se metan "porque realmente les apetece el drag y no porque su meta sea un programa de televisión", mientras que de aquellos que lo siguen rechazando tiene dos opiniones contrarias: "Entiendo que no te guste el drag por el hecho ético y tampoco tenemos que meter el drag a la gente y obligarle a que le guste. Lo que no entiendo es que la desprecien, porque entonces el problema lo tienes tú. En realidad no te rechazan por tu show, te rechazan por algo más fuerte. Le dan la capa del drag, pero realmente son homófobos", ha concluido.