Más de 3.500 personas voluntarias de Cruz Roja colaboran con la Institución en la atención de la población ucraniana llegada a España. En Castilla y León, casi un centenar de personas voluntarias contribuyen, junto a los equipos técnicos, a dar respuesta a más 1.200 personas desplazadas desde el inicio de la crisis. Las respuestas van desde la primera atención y cobertura de sus necesidades básicas de alimentación o alivio emocional, hasta los traslados hasta los recursos de alojamiento, asistencia jurídica o actividades dinamizadas para menores de edad.

Son 18 los proyectos que Cruz Roja tiene en marcha para dar respuesta a todas las necesidades que se han detectado en la población desplazada, y más de 9.000 los voluntarios y voluntarias, 464 en Castilla y León, dispuestas para ayudar en todo lo necesario, y que forman parte de la red de voluntariado que conforman más de 250.000 personas a nivel nacional, 14.242 en Castilla y León (9.023 voluntarias y 5.219 voluntarios), en sus proyectos habituales.

A su vez, muchas personas de origen ucraniano que fueron atendidas en diferentes programas de Cruz Roja, se han sumado al voluntariado para ayudar colaborando en la atención, en tareas como traducción e interpretación y acompañamiento social. Convirtiéndose en un ciclo de ayuda que se retroalimenta con estas respuestas.

Voluntarios en una estación

El acompañamiento individualizado caracteriza a Cruz Roja, que garantiza una atención integral, y que una vez quedan cubiertas las necesidades básicas propias de la emergencia, se preocupa en el largo plazo de la estancia de las personas desplazadas, con planes individualizados que incluyen aprendizaje del idioma o planes de empleo específicos, sin dejar a un lado las ayudas directas o sociales establecidas. Además, para que puedan desarrollar una nueva vida en condiciones dignas y que se adapten a sus necesidades, el voluntariado identifica viviendas que cumplan con mínimos de accesibilidad, comunicaciones, cercanía a servicios educativos o sanitarios, y, en definitiva, con acceso a todos los recursos básicos que necesiten.

La primera atención de las personas refugiadas

La antelación en la preparación de Cruz Roja de recursos y organización de posible voluntariado en el mes de febrero, ha permitido optimizar la respuesta y estar en activo para todos los escenarios que pudieran ser posibles, incluido el que vivimos en el día de hoy. Ejemplo de ello, en Castilla y León ha sido posible articular un servicio telefónico de apoyo a la traducción con el objetivo de garantizar la comunicación entre los equipos de Cruz Roja y las personas solicitantes.

La primera acogida de personas refugiadas es muy importante, no solo por la cobertura de necesidades inmediatas, sino porque se ofrece un espacio para recuperarse y, poco a poco, adaptarse a la nueva situación, además de orientación e información relativa al Sistema de Protección Internacional, dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

En este contexto, es importante destacar el impacto emocional que supone cualquier trayecto migratorio, especialmente en contextos de crisis, y cómo puede afectar a madres e hijos que llegan a día de hoy a los diferentes dispositivos de la geografía española el hecho de que sus parejas y padres puedan perder la vida en el conflicto, “esas necesidades son importante tenerlas en cuenta, y a largo plazo hay que atenderlas también.

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