La crisis económica y social provocada por el COVID obligó en 2020 a Cáritas Valladolid a incrementar sus ayudas directas un 42 por ciento, hasta superar los 716.000 euros, en un año que también estuvo marcado por una respuesta solidaria y por la subida de los donativos en un 35 por ciento, tanto de los socios, como de aportaciones privadas, de entidades o de administraciones.

Estos datos se dieron a conocer hoy durante la presentación de la memoria de Cáritas correspondiente al pasado ejercicio, en la que su delegado episcopal, Luis Miguel Rojo, destacó que además del incremento de las ayudas económicas, durante el pasado año se intensificó la atención a las personas en todos los programas sociales y de atención de la ONG. Además, Rojo advirtió de que “probablemente estemos ante el inicio de las consecuencias provocadas por la crisis”.

Mientras tanto, el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, lamentó que la memoria de Cáritas ponga de manifiesto el crecimiento que experimentaron el pasado año los problemas sociales, a la vez que argumentó que la pandemia ha situado a la sociedad en una contradicción, ya mientras se lanzan mensajes de unión y de “sentirnos pueblo”, incluso a través de campañas institucionales que hacen un llamamiento a salir juntos de la crisis, la realidad es que los efectos de la crisis han tenido efectos muy distintos en la sociedad.

En total, según indicó el director de Cáritas Valladolid, Guenther Eduardo Boelhoff, el pasado año se atendió a 4.379 hogares, 300 más que un año antes, mientras que directamente se atendieron a 9.324 personas.

Además de incrementarse notablemente el número de hogares con pocos ingresos y en situación de pobreza, incapaces de hacer frente a los gastos de suministro, el director de Cáritas recalcó las dificultades de acceso al empleo, en especial en los sectores de actividad en los que se ocupan mayoritariamente las personas más vulnerables (hostelería, turismo, trabajo doméstico, agricultura...).

Al mismo tiempo, Boelhoff hizo referencia a la brecha digital que sacó a relucir el confinamiento domiciliario y recalcó que, desde un punto de vista escolar y de formación, el acceso a internet se ha convertido ahora en un suministro de similar importancia que el agua o la calefacción.

En su exposición también hizo referencia al incremento de las situaciones de estres y ansiedad provocadas por la crisis, así como a crecimiento de la soledad y el aislamiento, en especial entre las personas mayores.

En este sentido, indicó que el servicio de atención psicológica de Cáritas atendió a más de 400 personas, con más de 3.000 intervenciones, ya que fue necesario aumentar la frecuencia de los contactos. Además, en el ámbito laboral, las gestiones de información y orientación del Programa de Empleo y Economía Solidaria se incrementaron un 8 por ciento.

Presupuesto



El presupuesto total de Cáritas el pasado año fue de 3,2 millones de euros, de los que el 67 por ciento fue de procedencia privada y el resto pública. Así, las aportaciones de los donantes ascendieron a 1,2 millones y las aportaciones de la Iglesia a 641.000 euros. En cuanto a la financiación pública, hay que destacar como fuente importante la asignación tributaria para fines sociales, que supuso un 34 por ciento.

Por último, Boelhoff también se refirió a dos iniciativas puestas en marcha el pasado año como el proyecto ‘San José’, de acogida temporal para personas sin hogar, y ‘Comunidad 2020’ para apoyar a personas y familias en una nueva situación de precariedad económica, “en la que nunca se habían imaginado que podían estar”, y con la que se busca tejer redes de afecto y de protección. Gracias a esta iniciativa el pasado año se atendieron a 153 personas.