Publicada

Más de 300 niños y 40 monitores participan o participarán este verano en el Campamento Doney, una propuesta estival asentada en plena naturaleza. La actividad se organiza en cuatro turnos. Durante el mes de julio, 200 jóvenes ya han tomado parte en esta experiencia ideada por el incansable sacerdote claretiano Fernando Sotillo.

Durante diez días, el campamento se convierte para ellos en un entorno de sana convivencia, con la preciosa comarca de Sanabria como escenario de lujo. Está previsto que el cuarto y último grupo llegue en los próximos días. Lo formarán 70 jóvenes, muchos de ellos con la intención de convertirse en monitores en futuras ediciones, como es tradición en Doney.

Según la organización, "Doney no es solo un campamento". Lo definen como "un lugar donde el tiempo se detiene", con una rutina basada en el juego, la convivencia y el contacto con la naturaleza. Aseguran que se trata de "un entorno idílico que se recuerda todo el año" y al que tanto monitores como acampados desean regresar.

Campamento Doney

El equipo está formado por más de 40 monitores, coordinadores y responsables de apoyo. En el segundo turno, que concluyó el pasado domingo bajo la dirección de José Toribio, el trabajo de los monitores fue especialmente destacado por la organización. “Un grupo incansable que cambia vacaciones por madrugones”, señalan desde la coordinación.

Los responsables insisten en que el proyecto educativo del campamento tiene como objetivo la transmisión de valores. Y explican que los participantes "aprenden sin darse cuenta" y desarrollan actitudes como la fortaleza, la generosidad o la empatía.

La organización subraya que el impacto de la experiencia va más allá del propio verano. “Cuando termine agosto y todo vuelva a la normalidad, Doney seguirá vivo en los recuerdos”, señalan. A su juicio, "quien ha pasado por Doney sabe que no se trata solo de un campamento".

El proyecto, nacido del proyecto personal de Fernando Sotillo, se mantiene en activo cada verano con una estructura organizada por turnos, personal voluntario y una propuesta educativa basada en el ocio, el respeto y el trabajo en equipo.