En un nuevo capítulo de desigualdad territorial, Renfe ha dejado claro que los servicios ferroviarios en Zamora solo se restablecerán si otras administraciones asumen el coste económico.
Así lo ha criticado el presidente de la Diputación Provincial, Javier Faúndez Domínguez (PP), tras una reunión esta tarde mantenida con el presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, en la que se plantearon alternativas para recuperar las paradas de tren suprimidas que afectan gravemente a la movilidad en la provincia, especialmente en la comarca de Sanabria.
La principal propuesta, un tren tipo Avant (bonificado y funcional para quienes se desplazan por trabajo, estudios o salud), fue recibida inicialmente “con buena disposición”.
Sin embargo, la sorpresa llegó cuando Renfe condicionó su viabilidad a que fuese sufragado por la Junta de Castilla y León, el Gobierno central y la propia Diputación de Zamora. Una exigencia sin precedentes que, según Faúndez, "no se da en ninguna otra comunidad autónoma de España".
“Alternativas hay, pero solo si las pagamos nosotros. Esto supone un agravio comparativo enorme con cualquier parte del territorio español”, ha criticado con dureza el presidente de la Diputación.
Durante la reunión, también se rechazaron de plano otras propuestas como adelantar horarios o hacer paradas estratégicas en La Gudiña o Sanabria.
Renfe se escudó en la necesidad de rentabilidad económica, ignorando lo que Faúndez considera un principio básico del transporte público, “su función social”, algo que ya ha sido denunciado por la Junta de Castilla y León.
A la indignación por la postura de la empresa pública se sumó un gesto que el presidente calificó de “sorprendente y desleal”. Mientras la reunión aún estaba en marcha, Renfe ya había emitido una nota de prensa, a las 15:49 horas, cuatro minutos después del inicio del encuentro, en la que afirmaba que tanto la Junta como la Diputación rechazaban colaborar en la mejora del servicio. Todo ello, sin haber escuchado aún las propuestas de la parte zamorana.
“Es inaudito. Ni siquiera nos habían escuchado, y ya estaban responsabilizándonos públicamente de la situación”, ha señalado Faúndez. “Y para colmo, nos atribuyen competencias en materia de ferrocarril que no tenemos. Asumimos muchas cosas que no nos corresponden, pero esta ya es el colmo.”
Con esta decisión, Renfe dibuja un mapa ferroviario de dos velocidades, es decir, territorios con servicios públicos financiados por el Estado y otros, como Zamora, donde para mantener un tren hay que pasar por caja. Una realidad que, según denuncia la Diputación, “margina a las zonas rurales y vaciadas, y dinamita cualquier intento de cohesión territorial”.
La Diputación convocará una rueda de prensa para ampliar detalles, pero el mensaje ya ha calado: en el nuevo modelo ferroviario, “hay territorios de primera y otros de tercera que tenemos que pagarlo”.