Un emocionado César Villafañe abría la rueda de prensa de despedida de David Movilla: “Gracias por acudir a una cosa que no queríamos ni esperábamos que era despedir a nuestro entrenador y a nuestro amigo David Movilla. Para mí es un momento muy duro: se me va un entrenador, pero se me va mi amigo, que es lo que más me duele. La situación ha surgido hoy por la mañana, nos hemos reunido como otras veces para ver la situación del equipo, y él en todo momento como entrenador del proyecto nos ha transmitido que a lo mejor era el momento para que él diera un paso al lado y el club tomara un camino distinto, y al final ha sido una decisión de mutuo acuerdo, por la disponibilidad que él ha puesto en todo momento de querer el bien del club”.

Y añadía: “Desde el club solo tener palabras de agradecimiento hasta el último momento, porque tenemos claro que sin él no estaríamos aquí. Ha hecho porque podamos estar a día de hoy en el fútbol en Primera RFEF con la cabeza muy alta. Se lo he dicho tanto a él como a Borja, la palabra de entrenador y de profesional la tiene por encima de todo, porque es una persona que desde el primer día se entregó al cien por cien, incluso más de lo que una persona se puede entregar en su trabajo. Para nosotros era un lujo, primero tenerle en Tercera División, ya era un súper lujo tenerle en Segunda B, y que este año se quedara con nosotros era un lujo mayor. Por parte de todo el club, le doy las gracias a él y a Borja, que es otro fenómeno, son una pareja que se complementa fenomenal. Y nada más por mi parte, solo gratitud y desearle mucha suerte en todo lo que venga de aquí en adelante”.

A continuación, era el propio Movilla el que tomaba la palabra, recordando que hace justo un año falleció su padre: “Es uno de los muchos recuerdos que me vienen a la cabeza que he vivido con este escudo, con este club, el más doloroso sin duda, nos pilló en Vigo, y se cumple esa efeméride. Y el día de hoy comparado con aquel día, es evidente que es más fácil sacar una sonrisa, aunque sea doloroso”.

Tras más de tres años formando parte del Zamora, Movilla recordaba a todas y cada una de las personas que ha tenido la suerte de conocer. Además, hablaba también sobre la conversación que esta misma mañana había mantenido con Villafañe: “He hablado con César y hemos llegado a este punto de la situación actual, con la preocupación de que este equipo milite la próxima temporada en esta categoría, con la responsabilidad que tenemos de mirar antes el escudo que los intereses o el ego propio. Ese paso que se da un lado es con la esperanza que sea positivo para el Zamora y, sobre todo, en la dinámica de los resultados, que ha sido algo desde el principio de temporada como especialmente de los dos últimos partidos, y cambiar esa energía de la que muchas veces he hablado en el vestuario y de la que también estoy convencido de que se va a lograr, y tengo esa esperanza de que el nuevo entrenador que venga se le reciba como se me recibió a mí, que fue con los brazos abiertos, y que esta decisión lleve al Zamora a conseguir ese reto que se tiene. Le he transmitido a César que una vez que esté el nuevo entrenador ponerme a disposición suya para lo que corresponda, si corresponde algo, porque en estas situaciones lo último que quieres es incomodar”.

 

 

 

El míster trasladaba también su gratitud para aquellos con los que ha convivido: “Primero a César, hace cuatro años, después de 19 meses en el paro apostó a por mí, y estaré agradecido eternamente, independientemente de las veces que hemos discutido y hemos tenido pareceres diferentes, siempre ha prevalecido el respeto y la admiración del uno hacia el otro. Después quería dar las gracias a Víctor y a Alfredo, como los máximos representantes de esta institución, porque sin ellos este club no estaría donde está ahora, y me siento tremendamente agradecido de haber formado parte del crecimiento y de lo que este club lleva implementando en los últimos años. También al cuerpo técnico, me quito el sombrero. Sois unos tíos cojonudos, unos profesionales de la hostia, y que os lo debo todo. A todos los trabajadores del club, no voy a mencionar uno a uno, pero es que la verdad que no hay ni uno solo del que no esté agradecido de todo lo que me han dado, humana y profesionalmente, pero sobre todo lo primero”.

 

Movilla tenía unas palabras especiales para algunos de ellos: “Sí quiero diferenciar, no porque los demás no sean importantes, sino porque José y María nos han dado hasta una boda en el Ruta, y Gabino que es parte del escudo de este club. Aparte de que son grandes profesionales que llevan muchos años en este club, son grandes personas, como Manolín y todas las veces que nos ha permitido comer aquí”.

David también agradecía a los medios zamoranos su relación con él a lo largo de este tiempo: “Siempre me he sentido respetado y cuando no ha sido así y os lo he transmitido siempre he encontrado una respuesta humilde y acorde con las circunstancias. Así que gracias porque me habías hecho mejor”. Añadía además para la afición: “Gracias porque tengo el teléfono que me echa humo de tantos mensajes que no he tenido tiempo de atender. Hace poco estaba viendo un partido en un campo de esta categoría y vi como un club, con bastantes más puntos que nosotros, al entrenador no hacían más que gritarle dimisión, y yo siento que aquí todo lo contrario. Hasta el otro día oí palabras de aliento y gente coreando mi nombre, y siento que me habéis dado mucho más de lo que merezco. Son innumerables las muestras de cariño que recibo de una manera o de otra, es algo que se personaliza en mí pero que se ha ganado este club por todo lo que el equipo ha transmitido en estos últimos años”.

Por último, el técnico se dirigía a la plantilla: “No os esperaba aquí, os lo agradezco. Ya os lo he dicho toda esta mañana, pero habéis sido mis maestros, me habéis hecho mejor entrenador, mejor persona, no solo los que estáis aquí, también los que habéis estado estos tres años atrás, todos y cada uno de vosotros, tenéis un amigo y os doy las gracias. Y agradecido al Zamora y a Zamora en toda su extensión, vine aquí un 1 de octubre de 2018 y la verdad que me he sentido como en casa, llegué aquí en una situación personal y profesional complicada, y miro para atrás y veo mi vida, mi nivel de conciencia, mi felicidad, adquirió otra dimensión y el Zamora ha sido parte fundamental del proceso y de todo lo que me llevo en este camino”.

Para finalizar, Movilla señalaba: “Este cuerpo técnico, este equipo y mi persona se han dejado todo con la voluntad de llevar a puerto este barco, y si no hemos sido capaces de más hasta la fecha no ha sido porque no lo hemos intentado. Soy el mismo entrenador que ficharon, al mismo que han renovado, y hasta el último día en esencia he sido yo y a estos chavales no se les puede reprochar nada porque en todo momento han hecho lo que les he pedido. Espero, deseo y estoy convencido de que lo van a sacar porque la fuerza del vestuario, ese espíritu, ese Ubuntu, cada día está más impregnado y, poco a poco, con la ayuda del nuevo entrenador, se va a convertir en ese equipo de alto rendimiento que perseguimos y que se va a lograr. A partir de ahí solo transmitir que soy un zamorano más, lo digo de corazón, de sentimiento, y que la manera que se me reclame o pueda estaré sumando desde fuera, porque ahora es momento de sumar todos, y por mi parte no va a haber nada que no vaya orientado a eso, a sumar, y sumar es apoyar al entrenador que viene, es apoyar a los jugadores, es apoyar a esta directiva, a esta dirección  deportiva, porque todos los que estáis aquí y todo zamorano tenemos el mismo propósito, y no es momento ni de críticas ni de culpables, porque aquí el único responsable hasta la fecha era yo”.

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