El geógrafo ambiental, montañero y cooperante internacional sanabrés Daniel Boyano, presidente de la asociación para el estudio de las montañas Cryosanabria, está trabajando para la Universidad de Córdoba en un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para frenar el Cambio Climático, la Reducción de emisiones de Gases Efecto Invernadero y la Conservación del bosque tropical de Angola. 

Asimismo, Boyano está realizando colaboraciones en otros proyectos sociales y ambientales en países vecinos del Centro y Sur de África. Este proyecto en concreto trata de mejorar la calidad de vida de las personas y la conservación del bosque tropical con sus principales servicios ecosistémicos que benefician tanto a las personas locales como a escala regional, nacional, continental e incluso mundial con el freno al cambio climático.

El proyecto se centra también en la formación de técnicos del Gabinete de Alteraciones Climáticas del Ministerio de Ambiente de Angola y del Instituto de Desarrollo Forestal y la formación de miembros de las comunidades rurales de Bonga y Cachindungo de la provincia de Huambo, Angola.

El objetivo principal es fortalecer a miembros de las comunidades rurales de la provincia de Huambo (Angola) en materia de gestión forestal sostenible, eficiencia energética, además de crear y poner en marcha un Plan de Gestión Forestal Sostenible y Participativa gestionado por Grupos de Acción Forestales creados por el propio proyecto.

Objetivos

Tal y como explica Boyano en un comunicado, los puntos claves de esta iniciativa se centran en los procesos de transformación de biomasa, las demostraciones prácticas de tecnologías mejoradas de transformación de biomasa (hornos de producción de carbón vegetal mejorados sostenibles, cocinas mejoradas sostenibles, briquetas elaboradas a partir de residuos), la fiscalización forestal participativa, la higiene y seguridad laboral, la creación y gestión de estructuras empresariales y la formación en cadenas de valor de productos forestales no madereros como setas, frutos silvestres o miel, ente otros productos.

Los servicios ecosistémicos del bosque tropical hacen posible la vida humana a todas las escalas, por ejemplo, al proporcionar alimentos nutritivos, oxígeno y agua limpia; al regular las enfermedades y el clima; al apoyar la polinización de los cultivos y la formación de suelos, y al ofrecer beneficios recreativos, culturales y espirituales.

"Tenemos que respetar y aprender de los árboles ya que son capaces de convertir lo que para nosotros es un gran problema, el CO2, en algo fundamental para la vida en la Tierra, el oxígeno. Los árboles también nos enseñan que la naturaleza premia los procesos de asociación, colaboración y cooperación frente a los de competencia. Los humanos todavía estamos a tiempo de revertir nuestro comportamiento e imitar estos procesos exitosos que la naturaleza nos muestra y que han triunfado durante millones de años", destaca Boyano.

El sanabrés que ha llevado a cabo trabajos similares en los bosques tropicales de Camboya, Colombia, Panamá, Brasil, Laos, Buthán, Nepal, Senegal, Paraguay, Venezuela, Nepal, China, Ecuador, Costa Rica o India, entre otros países.