La vega de Toro, uno de los espacios agrícolas más productivos de la provincia de Zamora, dedicada desde la antigüedad a cultivos de regadío y hortofrutícolas, así como su campiña, donde se ubican gran parte de los viñedos de la DO Toro, y una zona con gran potencial enoturístico, se ve amenazada en la actualidad por varios macroproyectos de plantas solares fotovoltaicas que alterarán el paisaje vitivinícola y los suelos agrícolas, según denuncia Ecologistas en Acción Zamora.



Dichas instalaciones conllevan no sólo la ocupación de centenares de hectáreas, generalmente de suelo agrícola, sino también la necesidad de líneas de evacuación que, como en el caso que nos ocupa, se extienden a lo largo de decenas de kilómetros. 

Las riberas del Duero, Red Natura 2000

Los proyectos de cuatro plantas fotovoltaicas al noroeste del término municipal de Toro, junto a la autovía, requerirán su correspondiente estructura de evacuación. A pesar de que todavía no se ha presentado el proyecto ni el estudio de impacto ambiental de la línea de evacuación, en el estudio de impacto ambiental de las plantas sí aparece la línea de evacuación que constará de un tramo subterráneo de 1.533 m, en proximidad a las plantas, y de un tramo aéreo de más de 19 kilómetros que cruzará el Duero y sus riberas, considerada zona importante para la conservación de las aves y la biodiversidad (IBA) y catalogada como corredor ecológico, es decir Zona de Especial Conservación (ZEC). Además, la línea se proyecta muy cerca del Espacio Natural Protegido, Riberas de Castronuño – Vega del Duero, próxima a un área crítica para  varias especies.

La línea recorrerá la vega de Toro hasta la subestación eléctrica Valdecarretas 30/132/400 KV, lo que supondrá más de 50 apoyos con sus correspondientes torres, más la construcción de dicha subestación, de la cual partirá otra línea de alta tensión hasta la subestación de Valdecarretas 400 KV perteneciente a Red Eléctrica Española.



La vega de Toro, una de las zonas más fértiles de la comarca y zona hortofrutícola importante de la provincia de Zamora, ha visto como en los últimos años los agricultores han ido diversificando los cultivos y racionalizando los sistemas de riego para limitar el consumo excesivo de agua. Se está abandonando paulatinamente el riego “a manta” que se sustituye por el riego por aspersión y por goteo. En colaboración con el ITACyL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) se está llevando a cabo  la modernización del sistema de riego y para ello está en marcha una nueva concentración parcelaria.

En cuanto a los cultivos, paulatinamente se abandona el monocultivo del maíz y de la remolacha apostando en los últimos años por el cultivo de guisantes verdes, cebollas, patatas y cultivos leñosos como los almendros, pistachos, granados, manzanas y otros frutales.

En los últimos años ha habido una incorporación de jóvenes agricultores, que se ha visto incrementada por la situación de pandemia que estamos viviendo y que dejando las ciudades ven un futuro en las tierras familiares, emprendiendo nuevos proyectos que son una esperanza para fijar población en la España vacía.

El sitio histórico de la Batalla de Toro

Es precisamente en esta zona llena de esperanza donde se pretende instalar una línea de alta tensión que atravesando el Duero y la zona más fértil de la vega de Toro con sus postes de 14 metros de altura degradarían las tierras de cultivo, produciendo al mismo tiempo un impacto medioambiental y visual muy significativos y permanentes.

Dichas instalaciones afectarán igualmente al paisaje cultural e histórico donde tuvo lugar la batalla de Toro en el siglo XV, también conocida como de Peleagonzalo, un lugar para el que el Pleno del Ayuntamiento solicitó unánimemente a la Junta de Castilla y León en octubre de 2020 la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico o ampliar la delimitación de conjunto histórico al lugar de la batalla.

Necesidad de planificación

Desde Ecologistas en Acción de Zamora, reclamamos a la Administración regional una planificación seria de las renovables que tenga en cuenta ante todo la necesidad real de un aumento en la producción eléctrica, que se haga una distribución justa de los nuevos proyectos teniendo en cuenta la producción y el consumo de cada provincia, la idoneidad de los terrenos en los que se pretenden instalar nuevas plantas fotovoltaicas, nuevos parques eólicos y todas sus infraestructuras de evacuación (subestaciones y líneas de alta tensión), para así minimizar el impacto medio ambiental, el impacto en la agricultura y la ganadería extensiva, frenar la pérdida de suelos fértiles y contribuir a la fijación de población. Lógicamente la disminución de terreno agrícola y de pastos no contribuirá a asentar población, sino a aumentar aún más el problema de la llamada España vacía.