Tordehumos es un pequeño municipio que se ubica al norte de la capital vallisoletana, dentro de la comarca de Tierra de Campos. En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con una población de 375 habitantes.
El nombre de la localidad proviene de Todo, en referencia a las prácticas antiguas medievales en las que se realizaban señales con el fin de alentar a la población de ciertos peligros, con hogueras de noche y señales de humo durante el día.
En el pasado, el pueblo estuvo amurallado, e incluso, contó con fortaleza. En la actualidad, solo pueden verse algunas de las piedras de su castillo del siglo XII, que fue declarado Bien de Interés Cultural.
Roberto Grande Villa vivió en el lugar hasta que tenía 18 años. El ingeniero industrial, de 42 años, y que cuenta además con varios másteres y es técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales, guarda un gran recuerdo del que es su pueblo.
En la actualidad, el amante del deporte y la cocina, es director de Obras y Servicios de Oriente Medio para Otis Mobility, la multinacional más grande del mundo en el sector de la elevación.
Nuestro entrevistado se irá, en enero de 2026, a vivir a Dubái. Casi nada. Lo hará con su mujer y sus dos hijos en una experiencia única. Roberto charla con EL ESPAÑOL de Castilla y León para contarnos una historia que no tiene desperdicio y nos habla también de sus planes futuros en Dubái.
Su vida y Tordehumos
“Me defino como una persona sencilla. Trabajador y amigo de mis amigos. Es algo que define a la gente de Tierra de Campos. Me gusta hablar con alguien y que te mire a los ojos con la verdad por delante”, afirma nuestro entrevistado.
Roberto vivirá, hasta los 18 años, en Tordehumos. Desarrolló una infancia como la de cualquier joven por aquel entonces, hace más de 40 años. En la calle y libertad para jugar, hasta la hora de la cena, tras salir de la escuela.
“De pequeño quería ser futbolista. Es un deporte que he practicado durante muchos años. Estando, incluso, federado. En mi casa somos todos muy futboleros. Incluso jugué en la Selección de Castilla y León”, apunta Roberto.
Sin embargo, el vallisoletano, tras estudiar en Tordehumos, Villabrágima y pasar por Medina de Rioseco, donde acabó el instituto y conserva amigos, apostó por la Ingeniería Industrial.
Tras cinco años completando su formación se lanzó a la aventura del mundo laboral donde no le va nada mal, de momento.
17 años de progresión y el reto de Dubái
“Estuve un total de cinco años con la carrera y cuando tenía unos 23 me fui a Alemania, a Stuttgart, para hacer el proyecto fin de carrera. Llegué el 30 de mayo, pasé dos meses en una pequeña ingeniería de Palencia y, en septiembre de ese 2008, entré en Otis Mobility”, confiesa nuestro protagonista.
Lleva, ni más ni menos, que 17 años en la compañía. Empezó en un programa de formación para futuros directivos. Fue seleccionado para pasar varios meses en las oficina centrales y supervisar todos los puestos hasta que marchó a León, donde pasó cinco años, siendo técnico comercial. Luego, otros tres de delegado en El Bierzo, otros cuatro, entre 2017 y 2021, como delegado en Burgos y después en Valladolid como delegado Gestor de Castilla y León, hasta que este año, 2025, llegó la aventura de Dubái.
“En febrero de este año, entramos en conversaciones para asumir la responsabilidad los próximos años en Dubái. Hasta ahora, he estado viajando dos semanas al mes allí yo solo y, el dos de enero, toda la familia comenzaremos una nueva aventura en esta ciudad”, apunta el ingeniero.
Es una ciudad “con mucha actividad, en pleno crecimiento y con muchas oportunidades”, confiesa. Allí, nuestro protagonista, será el director de obras dentro de la parte de servicios de la empresa.
“La actividad de la compañía se desarrolla en dos partes. Por un lado, está la instalación de ascensores nuevos y por otra la parte de postventa, atender averías, mantener equipos y demás. Soy el director de esta segunda parte, no solo en Dubái sino en todo Oriente Medio”, añade.
Una nueva vida desde el 2 de enero
En la actualidad, Roberto va y viene y vive en un hotel cuando tiene que desplazarse hasta Dubái. Sin embargo, desde el 2 de enero, él, junto a su mujer Cristina y sus dos hijos, Mateo de 10 años y Lucía de 12, emprenderán una nueva aventura en ese destino.
“La vida es muy distinta en Dubái, si la comparamos con Tordehumos. Sin embargo, puedo asegurar, que no he perdido la vinculación con el pueblo. Mis mejores amigos están allí, sigo acudiendo habitualmente al bar del pueblo, que fue de mis abuelos, y que durante los últimos 25 años han regentado mis padres y mis tías. Creo que haber crecido en ese ambiente me ha enseñado mucho a relacionarme con gente de todo tipo”, añade.
A nuestro protagonista no le da miedo trasladarse a Dubái con toda la familia. La palabra es “respeto”. Estaba en Valladolid, su casa, con un buen puesto de trabajo… no lo hace por necesidad, sino para que sus hijos puedan vivir una experiencia que siempre recordarán.
“Queremos que puedan disfrutar de una vivencia internacional, se quiten esa barrera de salir al extranjero y aprendan a vivir con otras culturas. Se han criado en Valladolid y pensamos que es un buen momento para dar el paso y que disfruten de esta experiencia durante unos años en Dubái”, apunta.
Ese es el objetivo que se marca nuestro entrevistado. Que, dentro de un tiempo, sus pequeños aprendan de la experiencia y el idioma, y conocer toda esa zona. Coger la mochila y viajar.
“En Dubái el coste de la vida es mayor. El combustible es tres veces más barato pero la vivienda y el ocio son bastante más caros. Una caña de medio litro vale unos 12 euros”, finaliza nuestro protagonista.
Él y toda su familia se lanzan a una aventura que seguro que resulta enriquecedora y todo un acierto.
