Foncastín es una localidad que pertenece al municipio de Rueda, en la provincia de Valladolid. Es uno de los poblados que surgieron en la década de los 40 al amparo del Instituto Nacional de Colonización.
Sus primeros habitantes se instalaron en el lugar en 1945 procedentes de la localidad leonesa de Oliegos. La construcción del embalse de Villameca en habría forzado su abandono. En un primer momento, recibió el nombre de Foncastín de Oliegos.
“La historia de Oliegos es la de un pueblo en un valle cerca del monte de San Bartolo. Por allí pasaba el río Tuerto que bañaba sus tierras. Se decidió instalar en el lugar un embalse que obligó a 175 personas a marcharse del lugar. 38 familias se instalaron en Foncastín y el resto en otras localidades leonesas cercanas”, explica, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Miguel Fernández Herrera, alcalde de Foncastín.
La pedanía de Rueda celebra este año 80 años de su nacimiento, desde que esas familias se instalaron en el lugar después de abandonar Oliegos.
En la actualidad, en este pueblo vallisoletano, aún hay unas “30 personas” de las que se instalaron en Foncastín en 1945 procedentes de la localidad leonesa, que recuerdan el momento de la marcha de sus casas “con mucha nostalgia”.
El alcalde de Foncastín, Miguel Fernández Herrera.
De Oliegos a Foncastín
“En el siglo XX, las tierras de Foncastín pertenecían al marqués de la Conquista, Pedro Jordán de Urries y Ulloa que en el 1944 las vendió al Instituto Nacional de Colonización. Una institución que dispuso su parcelación para un futuro asentamiento de colonos”, explica nuestro entrevistado.
Miguel Fernández Herrera nació en Valladolid. Tiene 48 años, pero lleva desde los 16 viviendo en Foncastín. Es el alcalde de la pedanía de Rueda, desde hace dos años y medio, y nos cuenta todos los detalles de una historia que no tiene desperdicio.
“Esos colonos eran los habitantes de un pueblo de León que llevaba el nombre de Oliegos y se situaba en la Comarca de la Cepeda. Quedó anegado por las aguas del embalse de Villameca que retiene las aguas del río Tuerto. Salieron de allí el 28 de noviembre de 1945, rumbo a Foncastín, para llegar el 1 de diciembre de ese año, aproximadamente”, añade el alcalde.
Salieron de sus casas con sus enseres, carros, animales, santos y campanas de la iglesia, a pie, hasta llegar a la estación de tren de Porqueros, todo para comenzar una nueva vida en Foncastín.
38 familias
“Hasta Foncastín llegaron un total de 38 familias procedentes de Oliegos. Foncastín era, por aquel entonces, una finca del marqués, dentro del término municipal de Rueda. Ellos se reubican en paneras y cuadras y comienzan a vivir en el lugar”, añade nuestro entrevistado.
Apunta que fue “dos o tres años después” cuando el Instituto Nacional de Colonización “levantó un total de 38 casas para esas tantas familias” que habían llegado al lugar. Fue ahí cuando se empieza a vislumbrar el Foncastín que conocemos a día de hoy. Un pueblo nuevo.
“Abandonaron Oliegos con todo el dolor de su corazón. Aún quedan vivas 40 personas de esas que afrontaron su particular éxodo. No todas viven en Foncastín. Calculamos que unas 30 sí que lo hacen aún”, explica Miguel Fernández Herrera.
Fueron ellos los que construyeron la iglesia, el Ayuntamiento y los que dieron vida a un pueblo que cumple 80 años. “Las campanas de la Iglesia de San Pedro son de Oliegos”, matiza nuestro protagonista.
80 años
El pasado 28 de septiembre se hizo una fiesta para conmemorar estos 80 años de vida. Además, han elaborado un cuento que han llevado a cabo las personas que quedan de Oliegos y los niños de Foncastín que lleva el nombre de ‘Juana y su hermana’.
Actos en Foncastín por el 80 aniversario
“Además, hemos recopilado con los historiadores información para crear un pendón que desapareció. Ahora es nuevo y es el Pendón de Foncastín de Oliegos”, asegura orgulloso el alcalde de la pedanía de Rueda.
Un pueblo vallisoletano que está realizando diferentes acciones para rememorar todo lo ocurrido y dar voz a todas esas familias que tuvieron que abandonar sus casas para recalar en Foncastín.
Una localidad pequeña con una extensión de unos 17 kilómetros cuadrados que tiene 110 habitantes censados, con 84-85 que viven en el lugar.
Un pueblo pequeño, pero con mucha historia
“Estamos a unos siete kilómetros de Rueda. Contamos con un establecimiento hostelero que lleva el nombre de El Rincón de Oliegos. Es vital para que los vecinos puedan socializar. También tenemos consultorio médico, biblioteca y centro de jubilados”, explica Miguel Fernández Herrera, hablando del lugar.
El alcalde está “muy orgulloso” de la historia del lugar, pero no ve el futuro con optimismo debido a que el efecto de la España vaciada también hace mella en esta pequeña pedanía vallisoletana.
“La gente fallece. Poco a poco se va muriendo la historia de pueblos como el nuestro y es una pena. El mundo rural debe sobrevivir y contar con una mayor atención para que historias como la de Foncastín no desaparezcan”, finaliza el primer edil.
Toda la razón lleva.
