Palazuelo de Vedija es un municipio vallisoletano de la comarca de Tierra de Campos que se ubica al noroeste de la provincia pucelana. En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con una población de 164 habitantes.
María del Mar Rodríguez Rodríguez llegó hasta el lugar en el año 2022 para coger el conocido como Bar de Las Escuelas. Que abrió sus puertas por primera vez en el año 1985, pero que, por aquel entonces, estaba cerrado.
Todo después de nacer en Madrid y de pasar por Sevilla, donde junto a su marido, llevaron un karaoke en tierras andaluzas que tuvo que cerrar sus puertas allá por el año 2020.
EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con una auténtica luchadora que saca adelante, ella sola, el establecimiento hostelero tras el fallecimiento de su madre y su marido.
Su vida
“Me considero una persona trabajadora que abre a las 9 de la mañana el bar del pueblo y que intenta dar el mejor trato a sus clientes, cada día, para que salgan de aquí con la mejor de las sonrisas. Cierro al mediodía y en invierno estoy de 9 a 15:30 de lunes a jueves y los viernes y fines de semana por la mañana y por la tarde”, explica nuestra entrevistada.
Nuestra protagonista nació hace 59 años en Madrid. Su madre nació en Palazuelo de Vedija y todos los veranos los pasaba en la localidad vallisoletana. Siempre ha llevado el nombre de la localidad pucelana allá por donde ha ido.
“De Madrid me marché a Sevilla, cuando tenía 29 años. Mi marido tenía un karaoke allí y lo gestionamos hasta que llegó el coronavirus y mi pareja sufrió problemas de salud. Los últimos años en Andalucía, mi madre vivió con nosotros”, añade nuestra protagonista.
En 2020, la crisis de la pandemia llevó a que tuvieran que cerrar ese karaoke y, en 2022, falleció su madre, por lo que decidió hacer vida en Palazuelo de Vedija, el pueblo de su madre, donde se puso a los mandos de uno de los dos establecimientos hosteleros del lugar.
Al frente del Bar de Las Escuelas
“Mi madre nació en Palazuelo de Vedija, falleció en Sevilla, pero la enterramos en el pueblo. Ese mismo año 2022 decidimos, mi marido y yo, coger el Bar de Las Antiguas Escuelas que abrió allá por 1985. Estuvo con actividad mucho tiempo, pero se cerró desde hacía un par de años. Siempre me encantó y decidir reabrirlo el pasado 3 de junio de 2022”, explica la hostelera.
Nuestra protagonista tuvo que afrontar, este mes de julio, un duro golpe. Su marido, el que le echaba una mano en El Otro Bar, ya que Mari cambió el nombre con su entrada, falleció. Con él vivía en la casa familiar.
“En la actualidad llevo el bar yo sola. Mi hermano y mis sobrinas me echan un cable cuando hay mucho trabajo”, afirma nuestra entrevistada que recuerda con cariño sus veranos en el municipio vallisoletano, al que siempre iba de pequeña.
El Otro Bar, el de Mari, convive con el Bar Dulcinea. Son dos familias que siempre se “han llevado bien” y que “están unidas”. De hecho, la madre de nuestra entrevistada tenía una gran relación con los dueños del otro bar del pequeño pueblo vallisoletano.
El establecimiento hostelero de María del Mar Rodríguez se sitúa en la calle La Plazuela y tiene, más o menos, cien metros cuadrados por el que pasan los vecinos del pueblo para echar una parlada o disfrutar de un buen refresco, vino o cerveza.
Sus sopas de ajo y patatas bravas
“Como aperitivo en invierno pongo sopas de ajo al mediodía. Los fines de semana, algún guiso como potaje con garbanzos y en verano aliños, o ensaladilla. Todo gratis con la consumición”, señala nuestra protagonista.
Está sola en barra por lo que hace lo que puede. Los domingos, reinan las patatas bravas, de hecho, la receta de la salsa se la dio una de las personas que tuvo el bar hace muchos años. “Las sopas de ajo y las bravas tienen mucha fama”, ensalza Mari.
Para ella, contar con dos bares en un municipio como Palazuelo de Vedija que no llega a los 200 habitantes “tiene mucha importancia” al ser “el sitio de reunión de los vecinos”, sobre todo en invierno cuando el frío aprieta.
“No me puedo quejar. Aquí no te vas a hacer rico, pero da para ir tirando. Pienso en jubilarme con el bar. Me gusta y estoy muy cómoda aquí”, finaliza.
