César A.C., de 26 años, ha reconocido en el juicio que se celebra en Bruselas que apuñaló a su expareja, la enfermera vallisoletana de 23 años Teresa Rodríguez, hasta 153 veces para matarla cuando fue a visitarla al país belga en octubre de 2022.
El juicio, que comenzó este pasado jueves después de que el lunes se constituyese el jurado popular, se está celebrando en el Palacio de Justicia de la capital belga.
Durante la primera sesión, el exguardia civil, a día de hoy expulsado y que en el momento de los hechos se encontraba en prácticas, aprovechó la presencia de los padres de Teresa para pedirles perdón por sus hechos, según informa el diario local l'Avenir.
Teresa había decidido dejar la relación sentimental con César poco antes de los hechos debido a que la enfermera se iba a trasladar a vivir al país belga y ante la imposibilidad de continuar juntos por la distancia.
El acusado, residente en Valladolid, manifestó ante el tribunal, siempre según el diario belga, que viajó hasta Bruselas con el objetivo de "recuperarla". Aprovechó que tenía cuatro días libres en su trabajo en prácticas en la Guardia Civil para viajar al país centro europeo.
"Es obvio que cuando tomé esta decisión (de viajar a Bruselas), fue porque quería verla, quería recuperarla", insistió en el juicio según las declaraciones recogidas por l'Avenir. Tras el testimonio de la madre, el exguardia civil pidió perdón por su acto porque "no tiene nombre".
Durante la sesión, el exguardia civil recordó que para perpetrar los hechos había usado dos cuchillos que encontró en la habitación de su expareja. Tras matar a Teresa, relató que subió hasta el tejado del edificio para intentar acabar con su vida saltando.
El propio acusado reconoció que "fue muy violento" y que llegó a apagar la luz de la habitación para no ver lo que estaba haciendo, según el diario local belga. "Quería que terminara, que dejara de escuchar sus gritos. Eso es todo lo que tenía en mente", declaró.
Achacó su acto a una pérdida de control cuando llegó al apartamento en la mañana del 27 de octubre de 2022, aunque reconoció que estaba "decidido" a hacerlo cuando entró a la vivienda de Teresa. "Estaba en mi cabeza", admitió ante el tribunal.
En su declaración, apuntó que había "asociado" su propia muerte con la de su expareja y asegura no saber "por qué hice esto". La relación entre ambos había comenzado tres años antes de los hechos, en 2019, con un parón en 2020 y una reconciliación en 2021.
La madre de Teresa, Blanca Llamazares, apuntó durante su declaración que César A.C. era una persona "controladora" y no ocultó su sorpresa porque el exguardia civil, a pesar de que la relación se había acabado, viajase hasta Bruselas para verla.
De esta forma, César A.C. se enfrenta ahora a cadena perpetua por estos hechos, según reclama la Fiscalía, por un presunto delito de homicidio premeditado.
