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Laguna de Duero vive un nuevo episodio de crispación política. Los tres grupos de la oposición municipal, PSOE, Izquierda Unida-Podemos y Por Laguna, han registrado de manera conjunta una moción que será debatida en el Pleno de este martes.

En ella reclaman la reprobación formal del concejal de Servicios Económicos, Juan Carlos Rodríguez, del partido Independientes por Laguna (IL).

La iniciativa se produce tras el enfrentamiento ocurrido el pasado 26 de agosto en el vestíbulo del Ayuntamiento, a la salida del último Pleno ordinario, cuando Rodríguez protagonizó un altercado con un grupo de vecinos que había asistido a la sesión.

Según la oposición, el edil mostró “una agresividad desproporcionada e impropia de un cargo público”, llegando a encararse y a gritar a las vecinas, hasta el punto de que tuvo que intervenir la Policía Local para separar a las partes.

Los grupos opositores califican lo ocurrido de “absolutamente intolerable” y recuerdan que no se trata de un hecho aislado, sino de la culminación de una “escalada de agresividad” que, aseguran, se repite Pleno tras Pleno.

En su moción denuncian que Rodríguez ha lanzado “amenazas a concejales de la oposición, a funcionarios municipales e incluso a representantes de asociaciones vecinales”, además de recurrir a “insultos, descalificaciones y faltas de respeto continuadas”.

“La política puede y debe basarse en la confrontación dialéctica, pero nunca en actitudes violentas ni en agresiones verbales”, sostienen los grupos firmantes, que consideran que la permisividad del resto del equipo de gobierno, formado por Partido Popular y Vox, ha favorecido este “clima autoritario y excluyente”.

La moción subraya además la “negación del derecho a la participación ciudadana” en el Ayuntamiento, recordando que en varias ocasiones se ha impedido la intervención de colectivos vecinales a pesar de que habían solicitado la palabra dentro del plazo reglamentario.

Eva Díez: “Un tono desproporcionado”

En declaraciones exclusivas a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León, Eva Díez, portavoz de Izquierda Unida-Podemos en Laguna de Duero, ha ofrecido más detalles sobre lo ocurrido el 26 de agosto y sobre el comportamiento habitual del concejal.

“Ese día unas vecinas, muy afectadas por el cambio de fechas de las fiestas, habían solicitado intervenir en el Pleno. Lo habían registrado en tiempo y forma, como marca el reglamento, pero cuando llegó el turno de palabra, el alcalde les dijo que no podían hablar. Tras dos horas y media de espera, se les negó su derecho. La indignación fue lógica. Y mientras el alcalde permanecía en la sala, quien salió a encararse con ellas en el vestíbulo fue este concejal, a gritos, con una actitud que rozaba la violencia. Incluso llegó a quitarle el móvil a una vecina, hasta que la Policía Local intervino para que lo devolviera”, relata Díez.

La edil también asegura haber sido personalmente víctima de ataques verbales de Rodríguez: “En el último Pleno me acusó de ser una paraca que había llegado aquí, cuando llevo más de 35 años en Laguna. Es curioso, porque él tampoco es de aquí. Además, suele lanzarnos frases despectivas como ‘ustedes no se van a ir de rositas’. Siempre es un tono de amenaza.”

La portavoz denuncia que estos comportamientos se producen de forma “sistemática” y que el edil no duda en deslegitimar la labor de la oposición.

“Cuando presentamos mociones, nos dice que solo sirven para crear un expediente y meterlo en un cajón. Que se lo diga en público, delante de todos los vecinos, me parece gravísimo”, argumenta.

La oposición teme que la moción ni siquiera llegue a debatirse. Según Díez, en Laguna de Duero todas las mociones deben votarse antes como “urgentes”, y advierte de que “lo más probable es que PP, Vox e IL voten en contra de esa urgencia para evitar el debate”.

“Estamos cansadas”, reconoce la portavoz, que recuerda que son tres mujeres las que lideran los grupos opositores. “El trato hacia nosotras es especialmente duro. Son insultos continuos, mentiras, desprecio. Esto no es política, es un ataque constante a la democracia y a las normas básicas de respeto”.

Un clima enrarecido

Más allá de la disputa personal, Díez subraya que la crispación política se traslada a la gestión municipal. “No nos pasan los expedientes necesarios para trabajar, no se facilita la participación ciudadana y cada Pleno es una batalla. Es una situación incomprensible que nunca se había vivido en Laguna”, lamenta.

La edil también recuerda que en los últimos meses los vecinos han mostrado su descontento con cuestiones como la gestión del agua, los problemas en las piscinas o el deterioro del lago de la localidad, motivo por el que presentará una nueva moción.

“La democracia se basa en el respeto y en dar voz a la ciudadanía. Aquí, en cambio, se están cerrando puertas, silenciando a vecinos y atacando a la oposición. Por eso pedimos esta reprobación: porque un concejal no puede seguir actuando así, como si el Ayuntamiento fuera su cortijo”, concluye Díez.

El Pleno municipal de este martes decidirá si la moción de reprobación se debate y, en su caso, si prospera.