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Quintanilla de Trigueros es un pintoresco pueblo de la provincia de Valladolid en el que hace años sus habitantes vivían en casas-cueva que protegían del frío en invierno y del calor en los meses veraniegos.

Hoy en día ya no se usan, pero esta localidad pucelana sigue manteniendo su sabor de antaño con sus callejuelas estrechas que están salpicadas por casas de adobe y también de piedra. En algunas se pueden ver los escudos de viejas familias señoriales de época medieval.

Una de las curiosidades del lugar está en que no alejaron la ermita a las afueras del municipio, como ocurre en otros lugares de la meseta castellana, sino que se alza cerca de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.

En la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el pueblo viven un total de 101 habitantes entre los que se encuentra su alcalde, desde hace seis años, Alberto Palomo Revilla, de 42 años de edad.

La localidad solo dispone de un bar de titularidad municipal, el Bar Vivaldi, como apunta el primer edil en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León y ha realizado la adjudicación esta semana a María Encarnación Téllez Tejedor, mujer de 56 años, de Trigueros del Valle, que coge las riendas del establecimiento hostelero.

Alberto y María Encarnación en el Bar Vivaldi de Quintanilla de Trigueros Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Un bar municipal con 30 años de historia

Todo el equipamiento del bar es del Ayuntamiento por lo que la persona que quiere gestionarlo no tiene que realizar ninguna inversión previa, lo que facilita mucho que podamos encontrar a gente que quiera gestionarlo”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, el alcalde de Quintanilla de Trigueros.

Un establecimiento hostelero que cuenta con 100 metros cuadrados y que dispone de una cocina completa y de zona de comedor. Se ubica en la plaza del municipio y en los meses de verano dispone de una amplia terraza libre de tránsito de vehículos con un parque infantil cerca.

Nuestro bar municipal tiene unos 30 años y el Ayuntamiento hace mejoras de forma continua y compra nuevos elementos para que esté actualizada. Sin ir más lejos, este año se ha instalado una cocina industrial completa con todo lo necesario”, asegura el primer edil.

Alberto Palomo explica, a este medio, que “por suerte para el municipio” desde que se construyó el establecimiento hostelero, allá por los años 90, “siempre ha estado abierto” salvo en “procesos de cambios de gestor”, como es el caso. Lleva cerrado desde el 16 de septiembre, pero abrirá muy pronto de la mano de María Encarnación.

El Bar Vivaldi en Quintanilla de Trigueros Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

La apuesta de una intrépida

María Encarnación Téllez Tejedor es una mujer de 56 años, nacida en Trigueros del Valle, que suma un total de 20 en el mundo de los negocios y que ahora se va a poner al frente del bar municipal de la localidad.

“Me considero una persona sociable, amiga de mis amigos, que lucha por sacar adelante todos los proyectos en los que se implica. Mi infancia fue divertida y de pequeña quería ser muchas cosas”, asegura nuestra entrevistada.

La valiente mujer añade que ha cogido las riendas del Bar Vivaldi porque “descubrió que era el lugar de sus sueños” y que “la gente del pueblo le ha acogido como una más”.

Desde el 15 de septiembre y a la espera de adjudicación por parte del Ayuntamiento, lleva el bar preparándose para esta nueva aventura que comenzará el próximo miércoles, 1 de octubre. 

Interior del Bar Vivaldi en Quintanilla de Trigueros Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

“Voy a ofrecer amabilidad, simpatía y sopas de ajo en el único bar del pueblo que se ubica en la Plaza del Ayuntamiento. Sin el establecimiento hostelero, el municipio se moriría”, añade nuestra protagonista.

María Encarnación busca “estabilidad y durabilidad” con este bar para dar un servicio indispensable a Quintanilla de Trigueros.

Un lugar de reunión

“La suerte que hemos tenido en Quintanilla de Trigueros es que siempre se ha interesado alguien en gestionar nuestro bar. En un municipio, un establecimiento hostelero es básico. Un lugar de reunión donde los vecinos se relacionan y que favorece a la convivencia”, añade el primer edil.

Además, asegura que “atrae a los turistas a otros lugares del municipio” y también de “muchos ciclistas que hacen ruta por la zona para tomar algo y descansar”.

Pero, sobre todo, es muy importante para que las personas mayores del lugar, con apenas 100 habitantes, puedan “jugar a las cartas o charlar”, para pasar un buen rato en su día a día en el lugar.

“En Quintanilla de Trigueros, aunque hay muchas personas mayores en la actualidad, aún veo a gente joven interesada en venir al pueblo. De hecho, últimamente se han vendido varias viviendas adquiridas por matrimonios jóvenes”, añade el primer edil.

La gente “se interesa en el Ayuntamiento” por “adquirir parcelas o viviendas” en una localidad que “goza de buena comunicación con ciudades como Valladolid o Palencia”.