Adif y las empresas adjudicatarias de las obras de la nueva estación de trenes de Valladolid-Campo Grande han rubricado este jueves el acta de replanteo, lo que significa el inicio oficial de los trabajos para la construcción de la nueva infraestructura ferroviaria que conllevará una inversión de 215,82 millones de euros.
Tal y como han trasladado fuentes oficiales de Adif a este periódico. Un último paso administrativo que implica que en un "muy breve" lapso de tiempo, incluso "en unos días", puedan dar comienzo los trabajos sobre el propio terreno de la estación de trenes.
El conglomerado de empresas adjudicatarias, formado por Vías y Construcciones, Ferrovial y Zarzuela, puede ya de esta forma iniciar el calendario de obras previsto con un plazo de ejecución máximo de 43 meses, es decir, tres años y siete meses.
El proyecto de renovación de la estación de tren de Valladolid está impulsado por el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, dirigido por el vallisoletano y exalcalde de la ciudad Óscar Puente. Según ha informado la agencia Ical, el departamento dirigido por el ministro baraja la posibilidad de celebrar un acto institucional en un par de semanas, aunque todavía no han fijado una fecha.
Cabe resaltar que la nueva terminal, que será anexa al actual edificio histórico de la estación, sería, según los informes de los técnicos de Adif, incompatible con un hipotético soterramiento de las vías en Valladolid a llevar a cabo en un futuro, pues los cimientos impiden construir un túnel subterráneo en toda esa zona.
Durante todo el transcurso de las obras el servicio ferroviario actual y los trabajos de construcción podrán compaginarse, sin alterarse el primero con motivo de las actuaciones. De esta forma, el actual edificio se mantendrá operativo hasta que se complete la nueva terminal.
Los trabajos contemplan una remodelación y ampliación de la zona de vías y andenes, creándose además una nueva pasarela peatonal que conecta ambos lados de la estación.
Todo el conjunto se presenta como un edificio para viajeros "nuevo, sostenible e innovador diseño". Contará también con aparcamiento subterráneo que es, precisamente, el argumento que ha llevado al Ayuntamiento de Valladolid a la justicia al considerar que sobrepasa las actuaciones meramente ferroviarias para tratar de frenar las obras y, por ende, que este proyecto acabe con la posibilidad de un futuro soterramiento.
Se renovará igualmente todo el entorno urbano de la estación y los accesos. Habrá también un edificio de servicios ferroviarios técnico y de oficinas. Con la actuación, Valladolid-Campo Grande pretende ser un nodo de la alta velocidad en la mitad norte del país y del Corredor Atlántico.
El nuevo edificio contará con 7.900 metros cuadrados, el doble que el actual, y dispondrá de una zona de espera, información, venta de billetes y otros servicios, sala de embarque, un área comercial y acceso a andenes.
Uno de los elementos distintivos será la monumental escalinata de su fachada principal, que incluirán igualmente rampas, escaleras mecánicas y ascensores en todos sus accesos y en la conexión con los andenes para cumplir con las políticas de accesibilidad.
Al mismo tiempo que cumple su función ferroviaria, el proyecto, el más importante en la historia de Valladolid en materia de infraestructuras, se presenta también como un refuerzo de la integración y la permeabilidad urbana.
Debido a su diseño como edificio-puente sobre las vías y sus dos fachadas, servirán también de nexo entre ambos lados de la estación, cosiendo de esta forma la brecha que provoca el ferrocarril entre la zona centro de la ciudad y los barrios.
