La Junta de Castilla y León ha confirmado un foco de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), subtipo H5N1, en una explotación de gallinas ponedoras ubicada en Olmedo, Valladolid.
La confirmación fue realizada hoy por el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, centro de referencia nacional.
Se trata del sexto brote de este tipo de influenza en aves domésticas registrado en España durante 2025 y el primero en Castilla y León, tras los focos declarados en Extremadura (1), Castilla-La Mancha (2) y Andalucía (2). En aves silvestres, por su parte, se han detectado 38 casos.
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural activó el pasado 17 de septiembre el protocolo del Programa de Vigilancia de la Influenza Aviar en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Consejería de Sanidad y el sector avícola. La medida se adoptó después de que la propia granja comunicara un leve aumento de mortalidad en su censo de aproximadamente 760.000 aves.
Ese mismo día se inmovilizó la explotación para minimizar el riesgo de propagación, proteger la sanidad animal y garantizar la seguridad del resto de las granjas de la zona. Además, los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta tomaron muestras enviadas al laboratorio nacional de referencia.
Zona de restricción y medidas sanitarias
Siguiendo la normativa europea, se ha establecido una zona de protección de tres kilómetros alrededor de la explotación y una zona de vigilancia de diez kilómetros.
También se realiza una encuesta epidemiológica para determinar el posible origen del foco, junto con el sacrificio y destrucción de las aves afectadas, y labores de limpieza y desinfección de la instalación.
Aunque el brote no representa un riesgo para la salud pública general, las consejerías de Agricultura y Sanidad trabajan de manera coordinada desde la detección.
El riesgo para los trabajadores con exposición directa en la explotación se considera bajo y no existe peligro asociado al consumo de carne o huevos cocinados. Se recomienda, no obstante, evitar el contacto con aves muertas o con síntomas clínicos.
Asimismo, se hace un llamado a reforzar las medidas de bioseguridad en todas las explotaciones avícolas para prevenir el contacto con aves silvestres y a mantener la vigilancia activa en aves domésticas y salvajes, notificando cualquier sospecha de enfermedad a los Servicios Veterinarios Oficiales.
El virus de la influenza aviar tiene presencia mundial y elevada variabilidad genética, por lo que España mantiene un programa nacional de vigilancia basado en el riesgo, que abarca tanto aves domésticas como silvestres.
