Da pena, mucha pena, pasar por la calle Ferrari, en el centro de Valladolid y ver las persianas bajadas, para siempre, de un negocio mítico en la ciudad del Pisuerga como era Calzados Villalonga.
Uno de esos comercios de proximidad que hacían ciudad. De los de trato sumamente cercano y que se pierden como pasó, entre otros, con la Pastelería Cubero, a escasos metros del lugar.
El pasado 29 de agosto, Gonzalo Villalonga Martín de Aguilera, se jubilaba después de 44 años de trabajo y cerraba la “zapatería más antigua de Valladolid”.
Con 146 años de historia, el negocio pucelano deja un gran vacío en una zona muy cercana a la Plaza Mayor, el corazón de la ciudad.
146 años de historia
“Desde el primer día que entré a la tienda y hasta el último en el que me tocó bajar la persiana de forma indefinida”, mi trabajo y dedicación, anteriormente junto a mis hermanos, ha sido absoluta, asegura el empresario en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Gonzalo Villalonga.
El vallisoletano, de 65 años confiesa que es un pucelano “de los de toda la vida”. Vivió una infancia muy “entretenida” con un total de 11 hermanos y con sus padres José María y Águeda. “Nuestra casa parecía más un colegio mayor que otra cosa”, apunta.
Su familia lleva vendiendo zapatos en Valladolid, nada más y nada menos que 146 años. En sus inicios se llamaba Zapatería La Barcelonesa pero, durante la República, y por temas políticos, se cambió el nombre a Villalonga, el apellido de la familia
“La afición por los zapatos me llegó cuando tenía unos 20 años, mi padre, José María Villalonga, tenía entonces la emblemática tienda “Calzados Villalonga”, en la Vallisoletana calle de Santiago, 23.
Zapatería Villalonga en Valladolid
Una tienda para el recuerdo
En 1985, Gonzalo y sus hermanos crearon una sociedad para continuar con el negocio familiar. Aunque nuestro entrevistado ya trabajaba unos años antes en el lugar, tras la jubilación de su padre.
“En el año 2016 se cerraron varias tiendas y continuamos varios hermanos en la calle Ferrari,26 hasta que llegó la pandemia y por el año 2020 me quedé solo en la zapatería más antigua de Valladolid con 146 años de historia”, apunta.
La marca Villalonga llegó a tener en sus tiempos de bonanza un total de 10 tiendas. Ocho tiendas en Valladolid, a los que hay que sumar otras dos en Oviedo. La empresa llegó a tener un total de 22 empleados.
“Cuando se enteraron del cierre, la verdad es que los clientes se disgustaron bastante. Han pasado muchos clientes durante muchos años por aquí. Los mayores se pusieron muy tristes. Fuimos un referente en la ciudad”, añade nuestro entrevistado.
Cartel de la Zapatería Villalonga
Jubilación e internet
“El comercio ya no tiene continuidad. La siguiente generación tiene otras profesiones y se dedica a otros trabajos. Ya no hay relevo”, asegura Gonzalo.
Nuestro entrevistado no tiene reparo en afirmar que el comercio “atraviesa un momento muy malo” y “es entendible que nadie quiera seguir o que cueste emprender”. Ya que no existe ningún apoyo por parte de la administración y los impuestos son muy elevados, asfixian los negocios. “Eso da mucha pena”, añade.
“El problema es que el sistema actual del comercio de proximidad no es el adecuado. Es muy difícil la adaptación a un sistema nuevo. Internet es lo que tira ahora y el resto del comercio tiene poco futuro”, asegura.
Tras la merecida jubilación, ahora Gonzalo quiere disfrutar de sus aficiones, como la pesca, y de su familia.
Bien merecido lo tiene.
