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Su sonrisa es inconfundible. Es de esas personas que siempre transmiten alegría, pasión y electricidad en lo que hacen. Carlos Jean (15-6-1973, Ferrol) desembarca en las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo 2025 de Valladolid este próximo domingo, 7 de septiembre, y promete una sesión cargada de muchas sorpresas.

Conocido por muchos por su pasado televisivo en El Hormiguero, como productor musical y DJ por otros tantos, el gallego de ascendencia haitiana será uno de los protagonistas en el escenario de la Plaza Mayor junto a otros nombres como Don Diablo o Joyse. Su turno llegará a partir de las 21:45 horas, siendo el encargado de abrir la sesión en la que los vallisoletanos podrán disfrutar de la mesa de mezcla.

Justo un día antes atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, en una entrevista en la que habla de su momento actual, la situación del sector, su etapa en El Hormiguero, la originalidad y, sobre todo, de Valladolid.

Acostumbro a empezar con presentaciones, pero resulta evidente que Carlos Jean no las necesita. Son ya muchos años de carrera, ¿en qué punto te encuentras ahora mismo?

Ahora mismo estoy en un momento muy bonito de mi carrera. Después de tantos años, sigo con las mismas ganas de crear, pero con una visión más amplia. Estoy produciendo bandas sonoras para cine y series, sigo pinchando y componiendo canciones, y me gusta esa mezcla: nunca quedarme quieto, siempre en evolución.

Ha cambiado la música y la producción mucho desde tus inicios…

Muchísimo. Cuando empecé, lo digital apenas asomaba y ahora vivimos en un mundo hiperconectado. La democratización de las herramientas ha hecho que cualquiera pueda producir en su casa, lo cual es fantástico. Pero también exige que cada uno encuentre su propia voz, porque lo técnico ya no es lo que diferencia, sino lo creativo.

Da la sensación de que los DJ han “recuperado terreno” ¿no? Ahora son muchísimos los jóvenes que se introducen en este mundo, cuando en la década 2010-2020 parece que no tenía tanta atracción

Sí, y me encanta verlo. Durante un tiempo parecía que el mundo del DJ se quedaba en un segundo plano, pero ahora hay una generación entera que lo ha puesto de nuevo en el centro. Y ojo, no solo como alguien que pincha música: hoy un DJ es creador, productor, selector, y tiene que conectar con la gente de una forma muy personal.

Mucha gente de mi generación, tengo 27 años, te descubrió en El Hormiguero y después te conoció por tu música ¿Qué recuerdas de esa etapa?

Fue una experiencia increíble. Para mí fue un cambio brutal. Que en un momento de la música te dieran una oportunidad tan grande para tener una sección en un programa de prime time, haciendo minutos de oro y enseñando tus canciones, es algo impagable. Lo recuerdo con mucho cariño porque me permitió acercarme a un público que quizá no conocía mi música. Y todavía hoy hay gente que me recuerda solo por esa etapa.

Era una sección muy pegadiza y, sobre todo, original ahora hace ya más de 12 años…

Totalmente. Y creo que esa es la clave: hacer algo fresco, distinto, sin copiar a nadie. Fue un reto enorme cada semana, pero también muy divertido.

Cada vez es más difícil ser original, parece que se ha inventado todo… ¿Cómo hay que hacerlo?

Siendo honesto contigo mismo. No se trata de inventar la pólvora cada día, sino de darle tu toque a lo que haces. Yo creo que la originalidad está en la manera de mirar las cosas, en no conformarse y en arriesgar un poco siempre.

Este domingo Valladolid, justo el día antes de la patrona, que es festivo… esa Plaza Mayor se va a llenar, ¿crees que te va a impresionar, a pesar de tener ya un bagaje muy alto?

Ya estuve en la Plaza Mayor de Valladolid hace años, en un evento que me suena que eran como unos camiones que recorrían la calle, pinchando arriba y luego acabando en la propia plaza. No lo recuerdo muy bien, pero sí sé que he estado allí y fue increíble. Así que tengo muchísimas ganas de volver, porque sé que va a haber una conexión bestial. Quiero hacer una sesión muy abierta, transversal, como soy yo: conectar con todo el público, hacer bootlegs en directo que le gusten a todo el mundo, y entrelazar canciones de siempre con ritmos actuales. Estoy convencido de que puede ser una sesión increíble.

Como buen colchonero sabes lo que es sufrir, pero vaya temporada la del año pasado del Real Valladolid, eso es otro nivel

(Risas) Mejor no hablemos de fútbol.

¿Has estado alguna vez en Valladolid? ¿Te ha gustado?

Claro que sí. Me encanta. De hecho, suelo pinchar un par de veces en una sala que se llama Desierto Rojo y siempre me han tratado de maravilla. Valladolid tiene una energía especial y una cultura musical muy potente.

Está mal que yo lo diga, pero no comemos mal aquí… ¿Prefieres el lechazo o unas sopas de ajo? ¿Un Ribera del Duero, un Cigales o un Rueda?

Te diría que un buen lechazo con un Ribera, aunque las sopas de ajo también tienen su punto. Y con un Rueda fresquito, para alargar la noche, tampoco se falla.

No han salido malos DJs de Valladolid como Óscar de Rivera… o Los del lío, que en la ciudad son la sensación y artistas emergentes ¿Qué opinas de todos ellos?

Óscar es amigo desde hace muchísimos años. Siempre que vengo compartimos mesa y mantel, y me encanta su estilo. Soy fan de esa manera de pinchar, de la energía que transmite. Y Los del lío son pura energía también. Demuestran que la escena electrónica en España está más viva que nunca.

¿Qué esperas de tu espectáculo este domingo?

Sobre todo, conexión con la gente. Que no sea solo un show mío, sino una fiesta compartida. Además, hay DJs potentes en el cartel, hay mucha energía y va a ser un fiestón.

¿Qué le puedes prometer a la gente que te vaya a ver?

Les prometo que van a vivir una experiencia distinta, muy viva. Que sepan que todos los bootlegs que voy a hacer, la mayoría los haré en directo, porque me gusta mucho improvisarlos según la energía de la gente. Eso hace que cada sesión sea irrepetible.

¿Habrá alguna sorpresa?

Creo que desde la primera hasta la última canción, porque ni yo mismo sé todavía lo que voy a poner. Y eso me encanta, porque cada sesión se convierte en un viaje inesperado tanto para el público como para mí.