Valladolid se cuela en la retina de miles de seguidores a través de los ojos de Oli y Roger, creadores del canal Tiempo con Oli, que han dedicado uno de sus últimos videoblogs a mostrar su experiencia por la capital castellana. La creadora de contenido es una youtuber cubana llamada Olivia Solís Rojas y su canal se dedica a documentar la vida cotidiana en Cuba y compartir blogs sobre su experiencia, así como sus múltiples viajes por todo el mundo
Con su estilo espontáneo, entre anécdotas y reflexiones, recorren calles, sabores y emociones que terminan rindiendo tributo a algo que —según dicen— en España aún se respira: tiempo para vivir.
Uno de sus destinos más recientes, Valladolid, ciudad a la que ha dedicado su vídeo Descubriendo nuevas tradiciones en Valladolid. Mis días en España.
“Estamos en la calle como siempre, ustedes saben. Aquí está Roger… Buenas, buenas”, arranca Oli mientras camina por las calles del centro de Valladolid. “Tenía deseos de comer comida mexicana hoy, taquitos y esas cosas”, dice. El plan comienza en Mamataco, un restaurante que ya conocían y al que deciden volver. “Vamos a llegarnos y todo lo que vayamos haciendo se los voy a estar grabando”.
Enseguida muestran su mesa. Oli ha pedido un “wrap crujiente” y Roger opta por tacos y una ensalada. “Está riquísima”, comenta ella sobre la ensalada de pollo y guacamole. “Yo tampoco soy de estar comiendo vegetales y estaba bueno”.
Él también da su veredicto: “Está bueno el taco”. Y como en toda buena crónica urbana, no falta la observación meta: “Ya estamos aquí y me van a dar tremendo perro copyright”, bromea sobre la música del local, aunque confía en que “esta lista es sin copyright… a ver si YouTube piensa lo mismo”.
Tras la comida, con “la pancita llena”, reanudan su paseo por el centro. Oli compara el ambiente con otra ciudad: “Esto es como decir la Habana Vieja, el centro histórico, el casco histórico y eso… no quiere decir que sea exactamente igual ni nada… Estoy hablando de la referencia de algo céntrico, que hay más personas saliendo y eso”.
La caminata incluye tiendas de antigüedades —“mira, el martillo de torno… dos gallos”— y otras con aparatos electrónicos curiosos. Pero también hay tiempo para una reflexión: “Aquí no se puede poner música alta… aquí te llaman a la poli. Eso era en Cuba, que uno formaba el escándalo”.
La jornada coincide con la festividad del Apóstol Santiago y terminan encontrando a varios gaiteros en la plaza. “Están calentando”, dice Roger, mientras busca la historia del santo para contarla. “El 25 de julio es la fiesta del patrón de España y Galicia, Santiago el Mayor, un apóstol de Jesús que según la tradición predicó en Hispania… es un fiestón en Santiago de Compostela con misas, procesiones y empanada a tope”.
Siguiendo a la comitiva hasta la Iglesia de Santa María La Antigua, concluyen: “Aquí hay tradiciones bonitas”. Y es justo entonces cuando Roger se detiene. “Se vive en tiempos modernos de los que uno no tiene tiempo prácticamente para nada… más en un país capitalista donde el tiempo es dinero… Y aún así España tiene una gracia, de decir: ‘Eh, son las 7 de la tarde y me voy a poner a pasear al perro, o me voy a sentar en una esquina a hablar con alguien o a tomarme una copa’… Se toman sus 10, 15, sus media hora, sus dos horas para eso”.
A su manera, Oli también lo resume: “Eso me gusta… salir un rato, coger un aire, tomarte algo por ahí… Eso sí me gusta, que no en todas partes se hace así”.
Terminan el día con un vino tinto y una clara. “Está buena la clara. Si yo hubiera descubierto antes la cerveza con limón… quizás me gustara más la cerveza”, dice Roger. Oli prefiere su tinto. “Y si hubiera sangría, sangría”. A su alrededor, gente en las terrazas, perros jugando y un gato callejero al fondo. “Eso me gusta… que los perritos se encuentran así en los parques y se ponen a jugar entre ellos”.
Valladolid, por unas horas, les ha dado lo que buscaban. Una ciudad viva, que permite parar y mirar. Una pausa en un mundo acelerado.
