Valoria la Buena está situado a unos 27 kilómetros de Valladolid en la comarca de Campiña de Pisuerga y cuenta, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 745 habitantes.
Es un lugar perfecto para disfrutar de una escapada por sus calles y de disfrutar de la iglesia de San Pedro Apóstol, por ejemplo, declarada Bien de Interés Cultural y construida sobre una antigua iglesia gótica del siglo XVI.
También destaca por su bello entorno natural. Merece la pena darse un paseo por el lugar y respirar aire limpio y fresco en un municipio que ofrece un montón de posibilidades y en el que también se puede uno plantear su proyecto vital.
Allí nació y vive Ignacio Romero, de 64 años y que está al mando de la Panadería Romero del pueblo que cuenta con una gran historia. EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con él para repasar su larga trayectoria y la de un negocio muy querido en el lugar.
La vida de Ignacio
“Me defino como una persona normal, con mi trabajo y mis hobbies y con mi trabajo, que intento sacar adelante cada día dando el mejor servicio a los clientes”, asegura nuestro entrevistado.
Ignacio Romero nació en Valoria la Buena hace 64 años y del pueblo de su vida no se ha movido. Estudió en el colegio del lugar y después estuvo en Maristas, en la ciudad del Pisuerga.
“De pequeño quería ser futbolista, pero el destino me llevó por otro camino muy diferente. Fue en el año 1983, después del Mundial, cuando, junto con mi hermano mayor, que falleció en 2005, cogimos las riendas de la Panadería Romero”, explica.
Más de 40 años al frente de una panadería que los vecinos adoran en el lugar.
La panadería
“Cuando mi hermano y yo cogimos las riendas de la Panadería Romero ya estaba abierta. Tiene de historia unos cien años, aproximadamente”, asegura nuestro entrevistado hablando de la amplia historia del lugar.
Imagen del pan de Panadería Romero.
Ubicada en la Avenida Santiago Hidalgo de Valoria La Buena, la panadería cuenta con unos 130 metros cuadrados donde se afanan en elaborar el mejor pan un total de tres trabajadores, contando a nuestro protagonista.
“Vendemos pan y dulces tradicionales que los elaboramos cada día en nuestra panadería. Los vecinos vienen con alegría hasta aquí y nos dicen que nuestros productos están muy buenos”, añade Ignacio.
Un pan único, indispensable en todas las mesas a la hora de comer, cenar o merendar y unas elaboraciones dulces que, incluso, los forasteros que llegan al pueblo se llevan para ofrecer de regalo a familiares y amigos.
“Las cosas han cambiado. Las harinas no son las mismas. Intentamos hacer el mismo pan que antes con la materia prima que hay en el mercado. Podemos decir que el pan cambia, pero el nuestro no pierde su calidad”, asegura nuestro entrevistado.
Un servicio indispensable en el pueblo
La Panadería Romero es indispensable para Valoria la Buena. Pero no solo da servicio al municipio, también a los de alrededor. Contar con un establecimiento de estas características en cualquier localidad es indispensable.
Fotografía de Ignacio trabajando en su panaería de Valoria la Buena
“Es complicado sacar adelante un negocio en el mundo rural porque, cada vez, los pueblos tienen menos vecinos. En verano se nota un poco que la población crece, pero no sirve”, asegura nuestro entrevistado.
“Veo el futuro jubilado y disfrutando”, apunta nuestro protagonista que colgará el mandil allá por el mes de diciembre.
Cuando eso llegue toca disfrutar del descanso después de años de trabajo bien hecho.