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Cada ciudad tiene algo especial, diferente, ha ido acuñando con el paso del tiempo ciertas costumbres que las diferencian del resto. Señas de identidad que, a veces, solo ellos mismos conocen y son capaces de identificar.

Señas de identidad que tienen que ver, en muchas ocasiones, con el lenguaje. Y es que si por algo se caracteriza España es por su diversidad lingüística debida a la cantidad de lenguas y dialectos que se hablan en el mismo territorio nacional.

En Castilla y León hay palabras y expresiones utilizadas en las diferentes provincias que conforman la Comunidad, pero también otras que solo se escuchan en algunas provincias o, incluso, en pueblos.

Siempre se ha dicho que Valladolid tiene uno de los mejores usos del castellano. Sin embargo, en ocasiones, son criticados por el uso que hacen del leísmo cuando deberían utilizar el 'lo', al igual que ocurre con los laísmos.

Lo cierto es que, pese a ello, los vallisoletanos han logrado crear un diccionario propio y personalizado formado por multitud de vocablos y expresiones que siguen siendo una sorpresa para quienes visitan la ciudad cada año.

Hay una que destaca por encima del resto, que sorprende excesivamente, que pocos entienden y muchos confunden. Pero es muy utilizada en Valladolid.

"La he mangado", esta es una de las expresiones más utilizadas en la provincia, que encanta a los vallisoletanos y que hace que los foráneos miren con cara de sorpresa e incertidumbre sin saber a qué se refieren.

Pero, ¿qué significa esta expresión? Pues bien, los vallisoletanos la utilizan cuando quieren hacer referencia a que la han 'liado' o algo no lo han hecho bien. Sin embargo, provoca confusión porque el término 'mangar' también significa sustraer, robar, hurtar.

Los vallisoletanos lo tienen interiorizado, pero son conscientes de que crea confusión. Algunos aseguran que les "miran raro" y otros que "se asustan" al escucharla por primera vez. Y todos coinciden en que la tienen que terminar explicando y que es realmente desconocida al salir de la ciudad del Pisuerga.

No es la única expresión vallisoletana, ya que son muchas las que se utilizan frecuentemente. Por ejemplo, 'no me amueles', 'a mayores', o 'no chanas', son otras de las más pronunciadas en esta provincia de Castilla y León.

Por otra parte, también destacan algunas de las palabras más utilizadas, no solo expresiones, como puedan ser 'hijo o majo', que usan para referirse a alguien de forma directa o 'pelele', un insulto muy frecuente utilizarlo como insulto con el significado de 'tonto o bobo'.

A la playa no llevan un bolso de mimbre, llevan el serrillo; para hacer ejercicio no utilizan zapatillas de deporte sino playeras y, cuando hace frío, cogen una albarda en lugar de una cazadora o de un abrigo.

No quedan ahí el sinfín de palabras y expresiones propias de los pucelanos. Los bordillos o escalones son banzos; las pinzas de la ropa son pitos y, en lugar de egoísta, llaman usmia.

Está claro que cada lugar tiene un lenguaje propio que, tristemente, a veces va desapareciendo por el paso de los años y la falta de uso. En los pueblos, es más frecuente escuchar algunas de estas palabras que en la ciudad suelen escasear más.