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El verano ya está aquí y las altas temperaturas aprietan. Son muchos los trabajadores que tienen que estar en la calle y soportar este calor incesante. Entre ellos, los de la Limpieza Municipal en Valladolid.

Una de ellas es Natalia Andrés, vallisoletana de 52 años que se cita con EL ESPAÑOL de Castilla y León para contar su experiencia a pie de calle en estos meses calurosos.

“Son muchos los vecinos que nos ven desde sus casas y nos dan agua fría en estos duros meses en los que el sol más calienta”, asegura nuestra entrevistada.

La solidaridad vallisoletana no tiene límites.

Amplia experiencia

“Soy una persona sencilla. Me gustan las cosas fáciles y me considero muy cercana a los demás”, asegura Natalia, amante de viajar, correr, del deporte en general y también de la lectura. Disfruta, a partes iguales, con la playa y la montaña.

Nuestra protagonista tenía en mente realizar la carrera de Fisioterapia, pero las altas notas le hicieron optar por un plan b y ser trabajadora del servicio de la limpieza.

“Mi marido era trabajador del Servicio de la Limpieza en Valladolid durante 30 años. Lo conocía muy bien. En 2005 realicé los exámenes y entré en la bolsa”, asegura nuestra entrevistada.

Natalia durante la entrevista

Desde entonces ha trabajado en Valladolid, también en Venta de Baños y en la localidad vallisoletana de Tudela de Duero hasta que ha conseguido una plaza fija en Valladolid, su ciudad natal.

“En agosto de 2024 se convocaron un total de 81 plazas por el Ayuntamiento de Valladolid para entrar a formar parte del Servicio de Limpieza. Saqué la plaza fija y ahora ya puedo descansar un poco”, indica.

Cuenta con una amplia experiencia en su sector, con más de 12 años en total.

“Llevo bien el calor”

Me gusta el sol y llevo bien el calor, pero reconozco que no es fácil. Todos los años nos dan una serie de pautas, a través de una hoja del Ministerio de Sanidad y de Trabajo con consejos a seguir para evitar problemas graves”, añade la profesional.

Entre esas pautas, a las que ha tenido acceso este periódico, están el “protegerse del sol con gorras, gafas y cremas solares”, el “beber agua fresca de forma frecuente, aunque no se tenga sed” el “hacer comidas ligeras y usar ropa de colores claros” o “hacer pausas y descansar a la sombra” además de “ducharse y refrescarse tras la jornada laboral”.

Esto para los trabajadores, para las empresas también se estipulan una serie de consejos que deben cumplir para evitar sustos con estas temperaturas extremadamente altas.

Entre ellas destaca la de “adecuar el horario y la carga de trabajo al calor del sol” programando “las tareas de mayor esfuerzo en las horas de menos calor” y proporcionar al personal “agua fresca abundante y sitios de descanso frescos, cubiertos o a la sombra para que los trabajadores puedan descansar”.

“Todos los años nos dan esta serie de pautas cuando llegan los meses de calor. Sin embargo, hay momentos en los que es inevitable estar, sí o sí, al sol mientras hacemos nuestro trabajo”, añade.

Imagen de un camión de la basura en el depósito municipal

Incluso cambio de horarios

Además, la Agencia Estatal de Meteorología tiene una gran importancia a la hora de marcar los turnos, tanto de mañana como de tarde y cuando se activan los avisos tanto naranjas, cuando las temperaturas llegan a los 39º, como la roja, cuando alcanzan los 42º.

“Tenemos el turno de mañana, entre las 6:30 y las 7:00 de entrada y las 13:00-14:00 dependiendo del contrato. El de tarde, que es de 14:00 a 21:00-22:00 y el de noche, desde las 22:00 hasta las 6:30 horas. Cuando el calor aprieta se modifican esas horas para combatir al calor”, explica Natalia.

Entrar antes si se está en el turno de mañana o más tarde si hablamos del turno de tarde, para evitar una exposición directa al sol de forma prolongada.

“Nos ceñimos a todo lo que nos marcan desde la Aemet y los ministerios de Sanidad y Trabajo. Cuando estamos en la calle procuramos protegernos. Todos los años, desde el Ayuntamiento nos facilitan tanto gorras como cremas y demás”, añade.

Natalia con una de las furgonetas

El calor al frío y una ciudad “limpia”

“Prefiero el calor al frío. El frío, en el momento en el que te pones a trabajar desaparece. Hasta el momento, no he tenido problemas, mientras trabajo, con el sol y el calor. Cuando notas el calor extremo, el cuerpo te avisa. Toca parar y llamar. No hay problema”, afirma.

Sobre el estado de la ciudad y la acción desde el Servicio Municipal de Limpieza de Valladolid, nuestra entrevistada asegura que su percepción “es que está limpia”.

En general creo que Valladolid es una ciudad que está limpia y cuidada. Hay puntos que no se pueden cubrir como otros y el dispositivo tiene los trabajadores que tiene, pero creo que se está haciendo un buen trabajo”, apunta.

Mirando al futuro apuesta “siempre” por “mejorar” ya que “lo de estancarse no entra en su concepto de vida”.

Natalia, una mujer de ideas claras y que hace una gran labor, también en verano, para mantener impoluta la ciudad vallisoletana.