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Es una de las actrices más veteranas e icónicas del panorama nacional y, aunque dejó Valladolid, su tierra natal, a muy pronta edad, ella sigue hablando y presumiendo de sus orígenes en la ciudad.

Es bien sabido que la actriz Lola Herrera es de Valladolid. Pero ¿en qué zona nació, dónde se crió, cómo fue su vida en la capital del Pisuerga?

María Dolores Herrera Arranz, comúnmente conocida como Lola Herrera, nació el 30 de junio de 1935 en el número 2 de la calle Catalina Adulce, detrás de la Plaza de Toros.

Sin embargo, fue en el barrio de Las Delicias donde realmente creció, en el seno de una familia humilde. Allí se trasladó a los dos años.

Su padre trabajaba en los talleres de Renfe mientras su madre se ocupaba de cuidar de sus seis hijos, de los cuales ella era la mayor, en una época muy dura marcada por la Guerra Civil, la posguerra y la dictadura, aunque también salpicada por muchos momentos felices.

La casa de la actriz se encontraba en la calle Arca Real, estudió en el colegio de las Hermanas de la Cruz y en el de El Pilar; y creció en las calles del barrio junto a su pandilla y también a sus primos, con los que guarda entrañables y divertidas anécdotas de su infancia y adolescencia.

Además, Las Delicias fue el escenario de muchas primeras veces de Lola Herrera. De su primer amor a sus inicios profesionales.

De hecho, con su primer novio, César Menéndez, se reencontró después de 20 años en Valladolid, en un programa de RTVE con el que la actriz regresó a su tierra natal para rememorar su pasado.

Durante su vuelta a Las Delicias, además de reencontrarse con amigos y vecinos, Lola también recordó sus comienzos profesionales, los cuales fueron en Radio Valladolid, donde se ganaba la vida poniendo discos y haciendo programas infantiles interpretando un personaje que se hizo muy conocido en la ciudad, el Pajarito Azulín.

La actriz Lola Herrera en el colegio de las Teresianas de Valladolid durante la inauguración de un aula con su nombre Eduardo Margareto / ICAL

Si bien, la infancia y juventud de Lola Herrera no solo se limitan a Las Delicias, ya que la actriz también hizo mucha vida en el corazón de la ciudad.

En el Teatro Carrión se subió por primera vez a un escenario para participar en un concurso musical; y la calle Santiago la pateó en infinitas ocasiones con amigas como Pili Macho.

La zona de Las Moreras también fue testigo de muchas de sus reuniones con la pandilla, con la que, según confesó en el citado programa, solía recorrer el Pisuerga a bordo del barco turístico; mientras que el restaurante La Criolla, propiedad de su gran amigo Paco, siempre ha sido para ella su segunda casa.

De hecho, hasta tiene un comedor dedicado a su persona, con imágenes y objetos clave de su trayectoria como actriz.

Lola Herrera significa mucho para Valladolid, pero Valladolid también es mucho para Lola Herrera.

Es su hogar, el lugar donde se encuentran sus años más difíciles, pero también muy felices; el punto de unión familiar, infinidad de anécdotas y recuerdos, y un enclave en el que creció hasta convertirse en lo que es hoy: todo un referente en el mundo de la interpretación.

Todo ello, hace que la denominada ciudad del Pisuerga ocupe un destacado lugar en su memoria y en su corazón, y, con ello, que sean infinitas las veces que la actriz haya presumido de su patria pucelana.

Esto, a su vez, le ha valido numerosos homenajes y reconocimientos por parte de su tierra natal. Desde una plaza con su nombre en el barrio de Las Delicias en 2007, hasta el nombramiento como embajadora del Teatro Calderón.

Allí también tiene dedicada una placa de bronce en el soportal y en la que se puede leer: "El teatro me ha regalado un montón de vidas".

A esto se suma, además, la Medalla de Oro de la ciudad. Una distinción que le fue entregada en febrero de 2022 en el Teatro Calderón y que ella misma llegó a definir como "un regalo".

Las Delicias

Las Delicias es un barrio vallisoletano que se remonta al siglo XIX y que nació como el primer barrio ubicado al otro lado de las vías del tren, muy ligado a la industria ferroviaria.

Pues, en sus primeros años, la gran mayoría de sus vecinos eran trabajadores de los talleres que más tarde pasaron a manos de Renfe.

Años después, la apertura de la factoría de Renault hizo que el barrio se llenara de empleados de la fábrica, conocida como Fasa, en una época en la que Las Delicias sufrió la transformación más importante registrada hasta la fecha.

Tanta población obligó a la construcción urgente de bloques de viviendas que eliminaron las casas molineras que definían la estética del barrio y al Ayuntamiento a la creación de dos túneles que diesen paso, con total seguridad, a vehículos y peatones.

La actriz vallisoletana Lola Herrera en la inauguración de la plaza con su nombre en el barrio de Las Delicias Eduardo Margareto / ICAL

Todo ello, al tiempo que el barrio fue creciendo y, con ello, dando lugar a varias zonas diferenciadas como el complejo de Las Viudas, Arca Real, el polígono Jesús Aramburu y los poblados de Canterac y Fasa, entre otros.

En ellas, además, se aprovechó para instalar infraestructuras de todo tipo con las que poder dar servicio a los vecinos. Desde centros educativos y culturales, a complejos sanitarios, instalaciones deportivas y comercios.

Y así es hoy Las Delicias, el barrio más famoso de Valladolid que, según ha confesado la propia Lola Herrera en alguna ocasión, ya resulta irreconocible para ella. Pues hoy, poco o nada queda de aquellas calles y ambiente en el que creció la actriz.