Eran las 12.33 horas del lunes 28 de abril de 2025 cuando un bofetón de realidad paralizó España y Portugal. De repente: la oscuridad. Peatones desorientados, llamadas que no existían, teléfonos que no sonaban.
Un apagón dejó a millones de personas incomunicadas en sus domicilios, atrapadas en ascensores, en medio de la nada en un tren, o en los hospitales deseando que los generadores pudieran soportar el peso de cada minuto sin poder recuperar un bien tan básico y poco preciado -hasta ahora- como era la luz.
Sin duda, uno de los sectores que más caos ha sufrido y más afectado se ha visto por el peor apagón eléctrico de la historia reciente de España ha sido el transporte. Las estaciones de trenes, durante horas, estaban abarrotadas de personas buscando una alternativa para llegar a su destino. Gritos, viajeros en el suelo, y maletas que pesaban más que cualquier otro día.
Pero el problema también vino después. Al día siguiente, cuando todos aquellos viajeros que se vieron paralizados exigen buscar de nuevo otra alternativa para poder llegar a su destino. Josefa Estébanez, de 79 años, intenta llegar desde la Estación de tren Valladolid Campo Grande hasta Aguilar de Campoo (Palencia) pero no sabe si podrá hacerlo: "Nadie te dice nada, te sientes impotente".
Son las 08.40 horas del 29 de abril, 20 horas después del gran apagón, y el ambiente en las instalaciones de la estación es de tensa tranquilidad. No hay gritos, ni caos, pero sí incertidumbre entre los viajeros. Para Estébanez, residente en Valladolid lo peor, es que no sabe si va a poder viajar: "Mi tren debería salir a las 09.02 pero no hay nada seguro, no sé ni si podré viajar".
Mientras observa con atención los paneles y escucha lo que grita la megafonía, señala que de momento todo lo que se sabe de lo ocurrido son "hipótesis": "Lo que pienses no siempre es acertado, no se puede asegurar nada".
Respecto al reflejo de cómo se encuentra la sociedad, indica que somos "dependientes" de la electricidad y que solo algunos, los que tenían fuego, han podido llevarlo de la "mejor manera".
Instalaciones de la estación de tren Valladolid Campo Grande un día después del apagón
"Tardó mucho la luz en volver"
Maria Ángeles, viajera que espera tomando un café en la estación de Valladolid, tenía el tren el día del apagón. "Lo tenía a las 18.30 horas de la tarde, vine a las 17:00 horas, pero había mucho follón", indica.
Residente en Valladolid, iba a coger el tren pero se volvió a casa cuando vio la situación. "Enseguida me fui, y me sentía muy mal porque no tenía luz ni agua allí", señala.
María Ángeles, viajera afectada en Valladolid
Sobre cómo se encuentra la situación ahora, indica que de momento "no sabe nada", y está esperando a ver si le dan "algún hueco para entrar".
Distinta es la situación de Raquel Muñoz, que intentaba llegar a Bilbao, y a las 09.10 horas de la mañana aún no se había producido ningún traslado al norte de España: "Tenemos el hotel reservado, pero aún no nos dicen nada".
"Nos pilló a todos de repente, ha sido muy difícil", indica, al mismo tiempo que señala que aunque "no sabe a quién", es importante "pedir responsabilidades".
Retrasos a primera hora un día después del apagón en la estación de tren de Valladolid
Sobre la dependencia de la sociedad a la electricidad, indica que no tenían para comer, y ha demostrado que la gente cambiará: "Todos comprarán un transistor o una radio".
Mariana Rivera, residente de Valladolid, espera que Renfe le encuentre una solución para poder trasladarse hasta Pamplona. "Tenía que llegar ayer porque tenía unos eventos en Pamplona, pero ni salió ni me dicen que vaya a salir hoy", indica.
Sobre las alternativas, indica que "no tiene ni le dan" ya no hay autobuses tampoco desde Valladolid. "No es culpa de nadie, pero necesitamos solución", sentencia.