La Semana Santa de Valladolid es una tradición con siglos de historia y que es reconocida en toda España, además de por su austeirdad y sobriedad, por la especial belleza y la importancia histórica de las tallas barrocas que atraviesan las calles de la ciudad durante las jornadas de la Pasión.
Un evento reconocido como de Interés Turístico Internacional desde 1981 y que congrega a decenas de miles de turistas, algunos de ellos debido a su fe pero, en otros muchos casos, interesados por el museo al aire libre compuesto por las majestuosas tallas que recorren la ciudad.
Se trata de unos días en los que la ciudad se llena de cofrades, de fervor religioso y de espiritualidad con procesiones icónicas como la de La Borriquilla, que tendrá lugar este año el 13 de abril, la del Encuentro del martes, el 15 de abril, o la Procesión General en la que todas las cofradías salen a la calle, el Viernes Santo, 18 de abril.
"Son días muy buenos"
La Semana Santa es una época muy especial para el peluquero Mariano Castaño, de 68 años, que abrió su negocio, la peluquería Team, hace ya 47 años, en 1978, en el número 1 de la calle Marqués del Duero, junto a la conocida calle vallisoletana de Paraíso.
Castaño, que asegura disfrutar mucho de las jornadas de la Pasión, ya que se siente "muy vallisoletano" y su mujer e hija son cofrades, afirma que en Semana Santa acude más gente de lo normal a la peluquería los tres días en los que abre el negocio, el lunes, el martes y el miércoles, ya que de jueves a domingo cierra.
"Desde hace muchos años el 90% de las peluquerías cierran los sábados y que se llegó a un acuerdo a través de la Asociación de Peluquerías de no abrir el sábado y, entonces, en Semana Santa, solo abrimos esos tres días", comenta.
Este peluquero vallisoletano señala que durante esos tres días "se acumula bastante trabajo" y apunta a una mayor afluencia de niños y adolescentes ante la suspensión de las clases.
"Como los colegios no tienen clase pues hay más trabajo también porque vienen más niños y adolescentes que aprovechan para venir a cortarse el pelo o arreglarse y también se nota durante los días posteriores a la Semana Santa. Hay una mayor afluencia y son días muy buenos", afirma.
Las calles cortadas
Castaño asegura que en la peluquería no suelen peinar a las manolas antes de las procesiones ya que normalmente "se lo hacen entre ellas porque tienen cogido el truco de como sujetar la peineta".
Mariano Castaño en su peluquería de Valladolid durante la entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León
Con todo, reconoce tener experiencia en la materia tras haber colocado la peineta en muchas ocasiones a su mujer y a su hija, que forman parte de la cofradía de Nuestra Señora de La Piedad, de la Iglesia de San Martín.
Este peluquero señala que por el entorno de la peluquería pasan varias procesiones, como la del Cristo de Santa María de la Antigua y la de La Piedad. "Van al Hospital Clínico y luego pasan por aquí para subir a la iglesia", comenta.
Y asegura que, cuando hay procesiones el lunes, martes y miércoles por la tarde, se nota que hay "mucha calle cortada" por el centro. "A los clientes les cuesta llegar porque tienen que dar mucha vuelta y tienen que salir de casa antes", apunta. Pero, a pesar de esas ligeras molestias, asegura que no hay quejas graves.
Pasión por la Semana Santa
Castaño se considera un gran aficionado a la Semana Santa de Valladolid. "A mí me gusta mucho la Semana Santa, soy muy de Valladolid y me gusta mucho la Semana Santa de Valladolid. Me gusta porque es algo muy singular y muy particular de Valladolid", apunta.
Este peluquero vallisoletano señala que suele acudir a ver procesiones y comenta que ver las imágenes atravesando las calles es "muy atractivo" ya que "es como si fuera un museo al aire libre". Además, reconoce que, en los últimos años, ha notado que entran algunos turistas a cortarse el pelo o peinarse en su peluquería.
El buen periodo de la Semana Santa para la peluquería, además, no se queda ahí y se extiende a los días posteriores a las jornadas de la Pasión, ante la acumulación de trabajo después de cuatro días de cierre del negocio.
"Una vez que ha pasado la Semana Santa se acumula algo de trabajo por haber estado cerrados cuatro días y coincide que los chavales no tienen colegio y también aprovechan. Es una época de mucho trabajo, es buena época", zanja este peluquero vallisoletano.
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